Elkin Casarrubia Posada, alias ‘El Cura’, ex cabecilla de los Bloques Calima y Bananero de las Auc, fue condenado a 24 años de prisión por su responsabilidad en la masacre de Maparipán, Meta.
El Juzgado Tercero Penal de Villavicencio también condenó en la misma sentencia a Dumar de Jesús Guerrero Castillo, alias ‘Caracuchillo’.
Este Juzgado condenó a los dos ex paramilitarespor los delitos de coautoría, de homicidio agravado, secuestro extorsivo agravado, concierto para delinquir agravado y terrorismo, luego de que ambos aceptaran estos cargos en sentencia anticipada ante un fiscal de Derechos Humanos y DIH.
Esta masacre ocurrió entre el 15 y el 20 de julio de 1997, cuando 140 paramilitares asesinaron alrededor de 50 personas en Mapiripán y contaron con la complicidad de miembros del Ejérctio.
Durante una audiencia ante la Unidad de Justicia y Paz en Medellín, Eliécer Manuel Herrera Marcado, alias ‘El Moña’, habló sobre la participación del Ejército en esta masacre. “Hubo una descoordinación, porque (la idea era que) el Ejército saliera y nosotros entrábamos al otro día, pero las Auc entraron de una”, explicó Herrera Mercado, cuando reietró que la masacre se planeó desde principios de 1997 en una finca ubicada en San Pedro de Urabá y bajo las instrucciones de Carlos y Vicente Castaño Gil; Salvatore Mancuso; Carlos Mauricio García, alias ‘Doble Cero’ y 50 mandos medios.
“Nos dijeron que no nos diera miedo que eso ya estaba cuadrado… Cuando llegamos me ubicaron en una parte a prestar seguridad… Vi que le estaban dando a la población civil, que yo sepa (a unas) 50 personas”, agregó.
El ex paramilitar reiteró que después de las instrucciones que recibieron en Urabá salieron en dos aviones (un DC-3 y un Antonov 32) de las pistas de los aeropuertos Los Cedros y de Necoclí, custodiadas por efectivos de la XVII Brigada (en ese entonces comandada por el polémico general (r), Rito Alejo del Río), para evitar requisas de la Policía.
Agregó que en estos aviones llegaron a la pista del aeropuerto de San José de Guaviare, vigilada también por hombres del Batallón Juaquín París y de la Policía Antinarcóticos, que tiene su más grande sede de operaciones en esa región del país.
Recordó que no sólo se bajaron de las naves sin que nadie les pidiera una explicación sobre su presencia en la zona sino que se dividieron para partir, unos por tierra y otros por agua, hasta un sitio conocido como Charras, un puerto cercano a Mapiripán sobre el río Guaviare.
Para hacer eso tuvieron que pasar por varias instalaciones de la fuerza pública y por algunos retenes; es decir, sortear la presencia de unos 1.800 hombres del Ejército y la Policía Antinarcóticos. En Charras se les unieron otros 60 hombres de las autodefensas, a quienes les decían los Buitragueños, pues esa estructura era comandada por Héctor Germán Buitrago, alias Martín Llano.
En su testimonio, ‘El Moña’ contó que los paramilitares permanecieron en Mapiripán hasta el 20 de julio, lapso durante el cual impidieron la libre circulación a los habitantes, “torturaron, desmembraron, desvisceraron y degollaron unas a 49 personas y arrojaron sus restos al río Guaviare”.
Lea esta historia completa en el artículo “El camino despejado hacia Mapiripan”.
Por esta masacre fueron condenados el coronel (r) Lino Hernando Sánchez Prado, los suboficiales (r) José Miller Urueña Díaz y Juan Carlos Gamarra Polo. También fue procesado Raúl Emilio Hasbun Mendoza, alias ‘Pedro Bonito’, quien supuestamente por orden de Vicente Castaño Gil estuvo al frente del entrenamiento, el aprovisionamiento y el transporte del grupo que se desplazó desde Urabá al Meta.
Con información de Fiscalía.
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