“Podemos superar un problema histórico”

      

Carlo Vigna Taglianti, ejecutivo de Poligrow en Colombia, le contó a VerdadAbierta.com cómo la empresa ítalo-española llegó a Mapiripán a comprar tierras para desarrollar un proyecto de 15 mil hectáreas de palma africana. Asegura que la firma compró las tierras bajo regla y de buena fe.

VerdadAbierta (V.A.): ¿Cómo llegan ustedes a Mapiripán, cómo saben de las tierras?

Carlo Vigna Taglianti (C.V.T): Llegamos a Mapiripán en 2004 pero al país como tal en 1998. Somos una empresa relacionada con la energía renovable que promueve el Protocolo de Kioto. Llegamos para presentarnos a una licitación en Medellín. La idea era construir una planta para captar los gases de relleno sanitario. No ganamos. Tenemos inversiones en Brasil y en Europa.
(V.A.): Pero cómo supieron de las tierras de Mapiripán…

(C.V.T.): Me amañé acá. Estuve hablando con diferentes inversionistas de Poligrow sobre el tema del agro porque encontré una realidad de Mapiripán y es que ningún colombiano creía en el pueblo. No había inversión, nada. Entonces en 2008 enviamos unos trabajadores sociales e ingenieros agrónomos para que hicieran un trabajo sobre los problemas de campo de la zona.

Supimos de estas tierras porque durante la gobernación de Antioquia de Aníbal Gaviria (2003-2007), el gobierno promovió un viaje a Europa promoviendo la inversión en Colombia. Supimos entonces que para la época se estaban haciendo inversiones en los Llanos en Vichada, Casanare y Meta. Yo viajé a la zona, me recorrí todos los Llanos y me di cuenta que para el ojo del colombiano Mapiripán estaba lejísimo, cuando en realidad es uno de los municipios más conectados. Pero me di cuenta que allí no había ninguna posibilidad de empleo, que había unos climas aptos para el cultivo de palma y que faltaba era un músculo financiero para adecuar los suelos. Compramos los predios y nos instalamos a finales de 2008.

(V.A.): ¿A quién le compraron la tierra?
(C.V.T.): Eran de dos familias de Medellín. Una era la familia Mejía y la otra no recuerdo. Son familias que tienen tierra también en Puerto Lleras y Puerto Gaitán. En 2008 compramos los tres predios, Macondo 1, 2 y 3 que son 5.500 hectáreas. Eran tierras de estas dos familias que eran conocidos en la zona y que yo conocí en Medellín.
(V.A.): ¿Cuál es el proyecto que quiere desarrollar Poligrow?
(C.V.T.): Hicimos los estudios de los títulos y decidimos dejar el 40% de la finca en conservación. Nuestra idea es desarrollar un cultivo de palma, que requiere mucha mano de otra porque está proyectado a 25 años. En la actualidad generamos 300 empleos y buena parte de los trabajadores son gente de Mapiripán. La idea es llegar a las 15 mil hectáreas de palma pero por ahora tenemos sembradas 4.500 hectáreas y ya sacamos la primera producción en 2012. Vendemos el fruto porque todavía no tenemos planta. Queremos construir una con vocación industrial en el mismo Mapiripán. Tenemos como empleados muchas personas desplazadas, que alguna vez fueron raspachines y desmovilizados. Hemos desarrollado con el Sena cursos para capacitar a la gente y estamos dando una beca de estudios universitarios para el mejor estudiante de bachillerato.
(V.A.): ¿Ustedes sabían que estaban acumulando de forma irregular tierras, lo que se conoce como UAF, porque las tierras que compraron provenían originalmente de baldíos?
(C.V.T.): Con la UAF (Unidad Agrícola Familiar) hay una confusión porque que hay diferentes leyes y resoluciones que modificaron la cantidad de tierra que se podía acumular. Yo este tema lo conozco muy bien. Me leí y analicé todas las leyes. Y porque hicimos un estudio de títulos fue que compramos. Nosotros no llegamos a robar tierra a campesinos ni a venir a hacer cosas ilegales. Hay una actuación de la Superintendencia de Notariado y Registro y otra del Incora. Queremos que el Estado investigue. Nosotros compramos legal, estudiamos los títulos y creemos que se debe aplicar la retroactividad de la Ley 160 de 1994. Esa Ley es la que prohíbe la acumulación de tierras cuando éstas provienen originalmente de baldíos. Pero las tierras que compramos habían sido adjudicadas en los años 80 cuando este concepto de acumulación no existía y no estaban definidas las UAF. Las investigaciones que hay hacia Poligrow intentan determinar si violamos el artículo 72 de la Ley del 94 que es la que define la acumulación y si excedimos los límites de la Resolución 041 de 1996 que estableció los límites de las UAF. Pero como le digo, nosotros compramos unas tierras que fueron adjudicadas cuando no había una limitación de títulos.
(V.A.): Tras la masacre de 1997 y la violencia que siguió durante los siguientes años, las tierras de Mapiripán fueron protegidas por el Comité para la Atención de la Población Desplazada para evitar su comercialización. ¿Cómo Poligrow compró entonces los predios Macondo?
(C.V.T.): Eso efectivamente era una situación que debía decidir el Comité. El Comité se reunió y aprobó retirar la protección a los predios Macondo. Maribel Mahecha, que era la alcaldesa de Mapiripán, nos entregó la aprobación en una carta que ahora mismo les puedo suministrar.
(V.A.): ¿Ustedes sabían que los Macondo fueron comprados por Ángela María Santamaría por $30 millones de pesos? Ustedes finalmente compraron por casi $4 mil millones…
(C.V.T.): Nos hemos dado que en este país en las escrituras no siempre se registra lo que vale la tierra. Somos inversionistas extranjeros y estamos obligados a justificar el dinero que ingresa al país y que se va a invertir… Hay gente que nos dice que compramos barato. Le digo que yo renuncié a comprar más fincas en la zona porque la gente no quería registrar lo que era. En este caso, la gente está obligada a reportar la ganancia ocasional.
(V.A.): ¿Cuál es la inversión que está haciendo Poligrow?
(C.V.T.): Estamos haciendo una inversión de 20 a 25 millones de dólares. Una gran parte del dinero la invertimos en la adecuación del suelo para poder desarrollar el cultivo. En nómina nos estamos gastando entre $150 y $130 millones de pesos según la temporada. Hemos hecho muchas cosas buenas. Montamos la electricidad. En Mapiripán había luz por horas y nosotros desarrollamos toda la planta y ahora el pueblo tiene luz permanente. Este es un lugar con problemas, con presencia de grupos con intereses ilegales. Pero nosotros queremos invertir. Y yo veo el cultivo de la palma con orgullo; no como un estigma. Estoy orgulloso de sembrar palma. Cuando yo fui por primera vez a socializar el proyecto, la gente me decía que nadie iba allá a invertir. Nosotros queremos crear una red de aliados estratégicos, donde los pequeños productores hagan una alianza con nosotros. Podemos superar un problema histórico. La idea es darles capacitación. Así podemos lograr las 15 mil hectáreas de palma sembrada.
(V.A.): ¿Cuántas alianzas productivas han realizado a la fecha?
(C.V.T.): Por ahora hemos realizado sólo tenemos dos aliados estratégicos, que suman 100 hectáreas. Estas alianzas van a mejorar su calidad de vida. Queremos destinar unas de las 1.000 hectáreas que tenemos para que la gente que no tiene tierra realice una alianza con nosotros. Les entregaríamos de a 10 hectáreas para que las siembren palma. Desde que llegamos a la región comenzamos a hacer trabajo social. En 2010, creamos la Fundación Poligrow con la que hacemos todo el trabajo de la comunidad.
(V.A.): ¿Cómo está el tema de seguridad en la zona?
(C.V.T.): Hay violencia. Ojalá haya un proceso de paz. En todo negocio siempre hay una dificultad, en nuestro caso es el tema de seguridad, pero no nos vamos a salir. No nos vamos a rendir al orden público porque nuestro proyecto es a largo tiempo. Yo por ejemplo no he podido volver a la zona y supe que diciembre los diferentes grupos armados ilegales asesinaron a 36 personas. Hay gente que ha venido proponerme que le compre la tierra. Yo les digo que apresten a esta región, que nosotros estamos generando progreso.
(V.A.): En Mapiripán hay otro predio llamado El Secreto, que fue confesado por alias ‘Don Mario’ de haber sido una tierra en la que ellos querían desarrollar un proyecto de palma. ¿Qué saben de eso?
(C.V.T.): El Secreto queda como a unos 60 kilómetros de aquí. Esos predios están abandonados y están generando un problema fitosanitario, de plaga y de enfermedades. Ya nosotros le avisamos a la autoridad ambiental para que esté pendiente de eso.
(V.A.): ¿En qué va el trámite de la planta extractora de aceite?
(C.V.T.): Ya hicimos la solicitud. Se va a construir acá en un terreno de 12 hectáreas. Si aprueban la zona franca esto es importante porque ésta genera unos beneficios sobre impuestos. Pero quiero contarles de todo lo que ha hecho la Fundación Poligrow. Hemos hecho convenios con el Sena para capacitar a la gente, estamos en un proyecto de realizar una granja sostenible en el internado del colegio, hemos realizado cursos agrarios con los estudiantes y hemos hecho un convenio con la Universidad Agroindustrial en la que 60 trabajadores han recibido cursos. Estamos buscando que haya una sede permanente del Sena y estamos impulsando 37 huertas en el casco urbano para el cultivo de pancoger. Desarrollamos la planta de energía y desde septiembre de 2012 manejamos el 98% del recaudo. Queremos generar energía renovable trayendo unas plantas hidroeléctricas, que funcionan poniendo unos planchones sobre el río. También realizamos unos protocolos de comunicación con los Jiw, que es el pueblo indígena ancestral de la zona; un proyecto productivo de lechería para la comunidad y un inventario de las plantas y animales de la región. Nos dimos cuenta que hay que hacer una protección especial sobre los tigrillos y caimanes llaneros.