Estaba denunciando los nexos entre autodefensas y militares en Antioquia cuando fue asesinado.
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Valle Jaramillo nació en una humilde familia de campesinos el 29 de febrero de 1943 en Ituango, Antioquia. Tenían una pequeña parcela con la que sobrevivían su padre, Jesús, , Blanca, su madre, y sus diez hermanos. Valle siempre sostuvo que las difíciles de su infancia lo comprometieron toda su vida con la defensa de los más débiles.
A finales de los años cincuenta la familia vendió la parcela que tenía y se fue a vivir a Medellín en busca de nuevos horizontes. Apoyado por sus hermanos, Jesús María terminó el bachillerato en el Liceo Antioqueño donde fue un líder del movimiento estudiantil.
Con la ayuda de sus familiares, Valle se graduó en Derecho en la Universidad de Antioquia, siempre comprometido con los más débiles y con una excepcional oratoria. En 1972, el abogado llegó con el Partido Conservador a la Asamblea Departamental de Antioquia. Lo eligieron además al concejo de Ituango en 1987. Fue fundador del Comité Permanente de Derechos Humanos de Antioquia en 1979, institución que dirigió después del asesinato de Héctor Abad en 1987. Valle también fue profesor de Derecho en la Universidad de Antioquia, de la Autónoma y de la Universidad, todas en Medellín.
Desde el Comité, Valle fue uno de los primeros en denunciar el terror de las autodefensas en Antioquia y particularmente en Ituango. “Yo escuchaba decir que el meridiano de la cultura y la política pasaban por Antioquia. Hoy puedo decir que el meridiano de la violencia pasa por Antioquia”, dijo en un recordado discurso en 1997.
Las actividades de Valle Jaramillo en defensa de los derechos humanos comenzaron a ser incómodas tanto para los grupos paramilitares como para algunos funcionarios cómplices de estas acciones.
En 1996 en una entrevista en El Colombiano, Valle dijo “desde el año pasado le pedí al Gobernador y al comandante de la IV Brigada que protegiera la población civil de mi pueblo, porque de septiembre a hoy han muerto más de 150 personas”. No le creyeron. Pocos días después, el entonces gobernador y hoy presidente, Álvaro Uribe, lo señaló como “enemigo de las Fuerzas Armadas” y fue denunciado por calumnia ante los tribunales.
Aún así, Valle denunció con gran coraje la complicidad del Ejército en las masacres de La Granja en 1996 y El Aro en 1997, corregimientos de Ituango, perpetradas por comandos paramilitares. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) terminó dándole la razón y condenó al Estado colombiano por la relación de algunos militares con esas masacres de Ituango.
Un día antes de su asesinato, se presentó en la Fiscalía para rendir indagatoria por la denuncia por calumnia. Alegó que no había cometido ningún delito, pues su versión sobre los nexos entre miembros del Ejército y la Policía con los grupos paramilitares había sido comprobada por organizaciones internacionales de derechos humanos.
El 27 de febrero de 1998 dos hombres y una mujer llegaron a suoficina en el centro de Medellín. Después de intimidar a su hermana, que trabajaba con él, los sicarios le dijeron “usted para nosotros es muy importante, pero también es un problema”. Lo obligaron a tenderse en el piso boca abajo y le dispararon dos balazos.
En el crimen al parecer 16 personas más cubrieron la entrada y la retirada de los tres sicarios. La familia denunció además que cuando Valle fue asesinado tropas de la IV Brigada del Ejército realizaban operativos de control al porte ilegal de armas en el sector.
En el sepelio de Valle el sacerdote Joaquín Vargas dijo que “un apóstol nunca piensa en sí mismo sino en los demás. Por ello, Jesús María Valle representa esa clase de hombres que luchan por la dignidad del otro, aún a costa de su propia vida”.
La justicia
Por el asesinato de Jesús María Valle el Juzgado Tercero Penal Especializado de Medellín condenó a 40 años de prisión como coautores a Álvaro Gómez Mesa y a Jorge Eliécer Rodríguez Guzmán. Sin embargo estas personas aún no han sido capturadas por las autoridades.
El Juzgado también condenó a Carlos Castaño como autor intelectual del crimen, pero fue absuelto en segunda instancia. Varios miembros de la familia Angulo, una prestante familia de Ituango, relacionados con el homicidio, fueron absueltos.
En mayo del 2007 el Consejo de Estado consideró que no se adoptaron medidas efectivas para proteger la vida de Jesús María Valle y condenó la Nación al pago de una indemnización de 1.700 millones de pesos a la familia del abogado.
El caso de Valle fue llevado a la CIDH que falló contra el Estado colombiano el 27 de noviembre de 2008. La sentencia obliga reabrir la investigación, así como a realizar un acto público de reconocimiento de la responsabilidad del Estado en la universidad de Antioquia y colocar una placa en la memoria de Valle en el Palacio de Justicia de Antioquia.
En 2009 la Fiscalía reabrió el caso y vinculó a Salvatore Mancuso y a Isaías Montes Hernández, alias ‘Junior’ al considerar que “están surgiendo evidencias que habrán de contribuir a aclarar los hechos”. En el proceso además se está investigando la participación de militares.
La verdad
En 2001 varios integrantes de la banda de sicarios ‘La Terraza’ se responsabilizaron por el asesinato de Valle en un comunicado publicado en Tele Antioquia. Añadieron que Carlos Castaño les pagó por este y otros crímenes contra defensores de derecho humanos.
La reparación
En 2007 el Concejo de Estado condenó la Nación a pagar una indemnización de 1.700 millones de pesos a la familia de Valle. Pero varios familiares del abogado la rechazaron al considerar que “no se establece la verdad sobre su crimen”. Liliana Uribe, abogada de la Corporación Jurídica Libertad de Medellín, dijo que “queda el vacío sobre sí hubo o no responsabilidad directa del Estado en su muerte o en los casos que él denunció”.