“Canciller” de las Auc, postulado a Justicia y Paz

      
Uno de los paramilitares que conspiró contra la Corte Suprema de Justicia y fue el puente de las Auc con sectores sociales, políticos y económicos del país, comenzará versiones libres en mayo. 

Rodrigo Zapata Sierra, alias ‘Ricardo’, sería versionado en mayo próximo en Medellín.
Si bien se había negado a comparecer a los tribunales de la Unidad de Justicia y Paz, Rodrigo Alberto Zapata Sierra, alias ‘Ricardo’, cercano a Vicente Castaño Gil y considerado el “canciller” de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), hace parte ya de la lista de aquellos que tendrán que aportar su verdad para esclarecer cientos de delitos cometidos en diversas regiones del país y asumir su responsabilidad en ellos.
 
‘Ricardo’ se hizo notorio cuando fue descubierto en una conversación en la que hablaba sobre un complot que montaron varios paramilitares en complicidad con funcionarios para desacreditar a la Corte Suprema de Justicia.  
 
En esas conversaciones se puso en evidencia los detalles de una reunión que sostuvieron Antonio López, alias ‘Job’, desmovilizado del Bloque Cacique Nutibara que fungía como vocero político de los reinsertados y cómplice de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘don Berna’, y el abogado Diego Álvarez Betancur, apoderado del ex jefe paramilitar y confeso narcotraficante, con varios funcionarios del Alto Gobierno para conspirar contra la Corte Suprema de Justicia.
Las interceptaciones de varias conversaciones telefónicas, realizadas antes de la reunión, celebrada en la Casa de Nariño el 23 de abril de 2008,y después de ella, permitieron establecer que alias ‘Ricardo’ hizo todas las gestiones para que ese encuentro fuese posible.
 
Dicho encuentro se hacía para analizar unas presuntas pruebas entregadas por los paramilitares y que implicaban a la Corte Suprema. Nunca se mencionó que otras personas asistieron a dicha reunión y que en la misma se tocaron temas relacionados con casos puntuales de la para-política. Y que de allí surgió una polémica relación entre ‘Job’ y Juan José Chaux, exembajador en República Dominicana, exgobernador del Cauca e investigado por para-política. (Ver artículo “‘Job’ y el embajador” de Semana)
Zapata Sierra era seguido por dos fiscales, uno de Justicia y Paz y otro especializado, quienes lo procesaban por varias investigaciones: por el crimen de tres personas ocurridos en los municipios de Amagá y Angelópolis, Suroeste antioqueño, en febrero y octubre de 2003; por una versión libre del ex jefe paramilitar Ever Velosa García, alias ‘HH’, quien lo responsabilizó de ordenar varios crímenes realizados por las Auc en el Suroeste antioqueño; y la captura el 18 de julio de 2008 de Diego Alejando Serna, alias ‘Kenner’, un ex integrante del Frente Titiribí de las Auc e instructor militar de varias estructuras paramilitares, quien lo señaló como su jefe directo.

La postulación de ‘Ricardo’ a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz fue aceptada por el Gobierno Nacional el 7 de octubre de 2010 y la carta de admisión a este proceso fue firmada por el Ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras, pero se mantuvo de manera discreta dadas las características de este ex paramilitar, quien puso al servicio de las Auc sus conexiones sociales, políticas y económicas. 
“Rodrigo es una persona muy preparada, muy estudiada, no es un desmovilizado cualquiera, es una persona muy estructurada, que sabe y es consciente cómo es este proceso. Su postulación nos tomó por sorpresa, pues no la esperábamos”, le dijo a VerdadAbierta.com un funcionario judicial.
La trayectoria paramilitar de Zapata Sierra es amplia, por lo que las autoridades judiciales esperan que contribuya a esclarecer asuntos tan complejos como las circunstancias que rodearon el proyecto de siembra de palma de aceite en los territorios colectivos de Jiguamiandó y Curvaradó en el Chocó, donde este ex paramilitar cumplió un papel fundamental en la expropiación de predios a las comunidades afrodescendientes desplazadas de manera forzada de esas zonas a favor de las Auc.
De alias ‘Ricardo’ también se esperan explicaciones concretas sobre su responsabilidad en la creación de varios frentes paramilitares en los departamentos del Huila, Tolima, Chocó, Cundinamarca y Antioquia, que dejaron miles de muertos, desaparecidos y desplazados.
Los expedientes sobre Zapata Sierra  que hoy reposan en la Fiscalía permiten conocer algunos de sus rasgos personales, tales como su origen familiar, su formación académica y su paso por las Auc, donde se mantuvo en los círculos de confianza de los hermanos Castaño.
Alias ‘Ricardo’ estudió hasta sexto semestre de Agronomía en la Universidad Nacional, seccional Medellín, y antes de incorporarse a las Auc en 1996, administraba varios negocios familiares y se dedicada a la compra y venta de ganado. 
En indagatoria rendida a mediados del 2010, explicó cómo llegó a esa organización paramilitar: “Ingresé porque Byron Alfredo Jiménez Castañeda, alias ‘Gordo Pepe’, casado con una prima mía, me invitó a Urabá. Yo sabía que trabajaba con los Castaño. Ahí conocí a Vicente. Él supo que yo venía de una familia de tradición y me dijo que si le podía ayudar a comprar cosas para las fincas o para lo que ellos necesitaran”.
Y es que alias ‘Ricardo’ hace parte de una familia de particular relevancia en la vida política de Antioquia: su padre fue Gerente de Empresas Varias de Medellín, de la Beneficencia de Antioquia y avaluador de la Lonja de Propiedad Raíz de Medellín. 
“Hice muy buena amistad con Vicente y empecé a ser su gestor ante varias personas y a manejarle una especie de cancillería, como si fuera su canciller”, agregó. Asimismo, admitió que fue mediador entre la llamada ‘Oficina de Envigado’ y amigos de la ‘Casa Castaño’ que tenían problemas de cobro con esa empresa criminal. 
Su desmovilización se hizo efectiva en el Bloque Calima de las Auc el 18 de diciembre de 2004. “Yo me fui con orden de Carlos Castaño de desmovilizarme como político del Bloque”, explicó el ex paramilitar. No obstante, detrás de esa orden había una estrategia para que pasara desapercibido, lograra burlar la justicia y se mantuviera en la clandestinidad. 
Según le confesó al ente judicial, en el 2004 tuvo conocimiento que el DAS estaba efectuando unos seguimientos con el objeto de capturarlo antes de la desmovilización. Frente al temor de ser detenido y no tener condiciones adecuadas para desplazarse por el territorio nacional, le pidió ayuda a Vicente Castaño Gil, quien días después le dijo que ya había hablado del tema con el entonces Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo. 
El Alto Comisionado recomendó que se desmovilizara con el bloque Calima para obtener el carnet de desmovilizado. Fue así como alias ‘Ricardo’ se hizo presente en la finca El Jardín, del corregimiento Galicia, municipio de Bugalagrande, en el Valle del Cauca, y una vez realizado el protocolo de dejación de armas, abandonó el lugar y siguió en la clandestinidad.
Sus actividades posteriores, según él, se limitaron a las de un mediador político: “yo fui uno de los hombres que más ayudó en la desmovilización de grupos en el proceso de paz. Por orden de Vicente Castaño me relacioné con varias personalidades para ambientar mejor el proceso”.
Los hechos demostraron que efectivamente sí tenía “muy buenos contactos”, especialmente con algunos funcionarios del Gobierno Nacional y amigos cercanos a la Casa de Nariño. Sus relaciones quedaron al descubierto cuando se conocieron detalles de la reunión que sostuvieron Antonio López, alias ‘Job’, desmovilizado del Bloque Cacique Nutibara que fungía como vocero político de los reinsertados y cómplice de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘don Berna’, y el abogado Diego Álvarez Betancur, apoderado del ex jefe paramilitar y confeso narcotraficante, con varios funcionarios del Alto Gobierno para conspirar contra la Corte Suprema de Justicia.
Las interceptaciones de varias conversaciones telefónicas, realizadas antes de la reunión, celebrada en la Casa de Nariño el 23 de abril de 2008, y después de ella, permitieron establecer que alias ‘Ricardo’ hizo todas las gestiones para que ese encuentro fuese posible.
Lo que no intuyó Zapata Sierra fue que dos fiscales de Medellín, una de la Unidad de Justicia y Paz y otra de la Fiscalía Especializada, le seguían sus pasos gracias a varias coincidencias: la primera, que su nombre había salido a relucir en una investigación por el crimen de tres personas ocurridos en los municipios de Amagá y Angelópolis, Suroeste antioqueño, en febrero y octubre de 2003; la segunda, que en versión libre ante Justicia y Paz, el ex jefe paramilitar Ever Velosa García, alias ‘HH’, responsabilizó a alias ‘Ricardo’ de ordenar varios crímenes perpetrados por las Auc en el Suroeste antioqueño; y la tercera y más concluyente, fue la captura el 18 de julio de 2008 de Diego Alejando Serna, alias ‘Kenner’, un ex integrante del Frente Titiribí de las Auc e instructor militar de varias estructuras paramilitares, quien señaló sin ambages a Zapata Sierra como su jefe directo.
En versión libre entregada a la Fiscalía 41 de Justicia y Paz, alias ‘HH’ reiteró la responsabilidad de Zapata Sierra en los crímenes cometidos en el Suroeste antioqueño: “no puedo aceptar los crímenes que sucedieron en este sector, no puedo ayudar a esclarecerlos, no tengo ningún conocimiento sobre los hechos. El comandante era Rodrigo Zapata. Se desmovilizó en otro bloque para evadir la responsabilidad”.
Siguiendo entonces algunas pistas a partir de estas coincidencias, ambas funcionarias judiciales recabaron más datos sobre alias ‘Ricardo’ y fue así como obtuvieron otros detalles en versiones entregadas por el ex jefe paramilitar Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, y Santiago Gallón Henao, un empresario ganadero condenado por financiar diversos bloques de las Auc. Ambos coincidieron en señalarlo no sólo como el “canciller” de Vicente Castaño, sino como un comandante paramilitar de gran poder.
Alias ‘El Alemán’ afirmó que entre los años 2000 ó 2001 conoció a Zapata Sierra como integrante del Bloque Metro; luego volvió a saber de él como integrante de un grupo paramilitar que operaba en la Costa Pacífica; posteriormente, como comandante de una estructura que hacía presencia en el departamento del Huila, zona limítrofe con los departamentos de Tolima y Meta; y finalmente, como comandante de una zona cercana a Medellín, entre San Antonio de Prado, Titiribí, Amagá y Angelópolis.
Por su parte Gallón Henao aseguró que Zapata Sierra figuraba como jefe del grupo que operaba enel Suroeste antioqueño, donde el empresario tenía varias propiedades. Era él quien le mandaba un emisario para que lo llamara y cuando establecían comunicación, le pedía colaboración para la financiación del grupo paramilitar que operaba en los municipios de Amagá, Titiribí y Angelópolis.
Versiones de otros ex paramilitares vinculan a alias ‘Ricardo’ con la conformación del llamado Bloque Capital, quien contó con la ayuda de alias ‘Kenner’, el instructor paramilitar que preparó a los hombres que ingresaron en el año 2001 a la capital de la República, para hacer presencia en Ciudad Bolívar, Kenendy, Usme y La Calera, así como en los municipios de Soacha, Facatativa y Sasaima.
Las pruebas recaudadas contra alias ‘Ricardo’ llevaron a la Fiscalía a vincularlo a la investigación de los tres homicidios, razón por la cual fue capturado el 19 de marzo de 2009 en un centro comercial en Bogotá. En desarrollo de este proceso, la Fiscalía 54 Especializada de Medellín le dictó el pasado 28 de enero resolución de acusación por el delito de homicidio en persona protegida y concierto para delinquir.
El nombre de Rodrigo Alberto Zapata Sierra también apareció en el proceso penal que se le sigue a una veintena de empresarios por sus presuntas alianzas con las Auc para despojar de tierras a los pobladores de los territorios colectivos del Curvaradó y Jiguamiandó, en el departamento de Chocó, y adelantar un gran proyecto agroindustrial de cultivo de palma de aceite.
Información que reposa en ese expediente evidencia que alias ‘Ricardo’ compró varios predios de manera fraudulenta para anexarlos al proyecto. Se calcula que logró adquirir de manera irregular cerca de 40.000 hectáreas. Zapata Sierra hizo parte del grupo de personas que formó con Vicente Castaño Gil un holding de empresas para invertir en la siembra masiva de palma de aceite en el Bajo de Atrato. Sus contactos en diversas esferas gubernamentales le permitieron adelantar los procesos de legalización de esas tierras sin mayores problemas.
Si bien fuentes judiciales celebraron que Zapata Sierra haya sido postulado a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz por cuanto sus aportes serán claves para esclarecer numerosos hechos y develar las conexiones de la estructura armada con amplios sectores sociales, económicos y políticos del país, también expresaron algunas suspicacias por su rápida postulación, pues consideran que es una manera de burlar la justicia y evitar las largas condenas que le impondría la justicia ordinaria en caso de fallar en su contra por los procesos penales que cursan en su contra.
Su carpeta de postulado llegó la semana pasada a la Fiscalía 46 de la Unidad Nacional de Justicia y Paz de Medellín, donde se le seguirá el proceso penal alternativo. Se calcula que en mayo próximo comience con sus versiones libres y reconozca ante la justicia su responsabilidad dentro de las Auc y revele quiénes lo apoyaron desde la legalidad en sus actividades de “canciller”. Sus confesiones abrirán un nuevo capítulo de la historia paramilitar en el país.