Un fiscal de Derechos Humanos dictó medida de aseguramiento a Luis Francisco Robles Mendoza por la masacre de El Salado.
A Luis Francisco Robles Mendoza, alias ‘Amaury’(Ver: ‘Amaury, el verdugo de El Salado), la Fiscalía le adicionó
la medida de aseguramiento, detención preventiva sin beneficio de
excarcelación, inicialmente dictada por concierto para delinquir
agravado en desarrollo del proceso por la masacre de El Salao,
jurisdicción de El Carmen de Bolívar, ocurrida el 16 de febrero de
2000.
De acuerdo con la fiscal de
Derechos Humanos y DIH, el exjefe paramilitar también incurrió en homicidio
agravado en concurso con desaparición forzada y acceso carnal violento.
Alias
‘Amaury’, capturado el año anterior se encuentra en la cárcel La Picota
de Bogotá y ya tiene dos condenas proferidas por juzgados de Valledupar
a 42 meses y 54 meses de prisión por el delito de reclutamiento
ilícito.
Con 12 condenas, 25 órdenes de capturas, participación en las
masacres de El Salado, Mampuján, presunto culpable del asesinato cinco
agentes del DAS, acusado de reclutamiento de menores, robo de gasolina y
uno de los jefes de las Águilas Negras, Francisco Robles Mendoza, alias
‘Amaury’ es sin duda uno de los ‘paras’ prófugos con uno de los peores
prontuarios en el país.
‘Amaury’, quien era jefe de del Frente Sabanas del bloque Héroes de los Montes de María
y no se desmovilizó, fue capturado el sábado pasado por agentes del DAS
y del CTI, integrantes del Gaula Rural, en la finca La Paola, del
municipio de Astrea, Cesar.
Robles Mendoza fue sindicado de los
delitos de homicidio agravado, hurto agravado y calificado, concierto
para delinquir, fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de
uso privativo de las Fuerzas Armadas, posesión y utilización ilegal de
uniformes e insignias de uso privativo de la Fuerza Pública. Y fue
trasladado a Bogotá, ante un fiscal de Derechos Humanos para responder
por sus crímenes.
Nació en Fonseca, Guajira, hace 43 años y tuvo
varios reconocimientos en el Ejército. Fue uno de los líderes del curso
de suboficiales número III por sus habilidades para el tiro y su
carácter.
Hasta 1998 ‘Amaury’ era el cabo primero Robles, uno de
los ‘Rambos’ de las Fuerzas Especiales del Ejército. Desde que se graduó
con honores del curso de suboficiales número 3 se destacó por su
carácter, su voluntad, su discreción y su puntería.
‘Amaury’ fue uno de los jefes que lideró la incursión contra El
Salado, un corregimiento del Carmen de Bolívar, en la que los ‘paras’
asesinaron a por lo menos 60 personas del 16 al 18 de febrero de 2000.
Su
nombre es citado por numerosos desmovilizados y es señalado por el
informe “El Salado: esa guerra no era nuestra” del Grupo Memoria
Histórica, como uno de los que planeó, organizó y comandó las
autodefensas en el pueblo.
‘Amaury’ es, junto a Salvatore Mancuso, Rodrigo Tovar, alias ‘Jorge 40’, Jhon Jairo Esquivel, ‘El Tigre’ y Uber Banquez, alias ‘Juancho Dique’,
de los pocos paramilitares acusados por la masacre de El Salado. Sin
embargo aún no se ha iniciado ningún juicio por estos crímenes de lesa
humanidad.
Por ordenes de ‘Jorge 40’, ‘Amaury’ salió el 15 de
febrero de 2000 de Magdalena, para encontrarse con otros ‘paras’
enviados por los hermanos Castaño. En total, eran unos 300 hombres,
guiados por cinco desertores, los que irrumpieron después de varios días
de caminata en El Salado.
El grupo de ‘paras’ de ‘Amaury’ fue
uno de los primeros que ingresó a El Salado. El 17 de febrero entraron
en el pueblo, pateando las puertas de las viviendas y obligando a los
pobladores a salir y dirigirse hacia el parque principal, insultándolos y
acusándolos de ser guerrilleros. Ellos asesinaron a varias personas,
entre ellos a Edith Cárdenas, una mujer líder y reconocida por todos en
El Salado.
Según testimonios de los sobrevivientes, las víctimas
fueron elegidas al azar. Algunos fueron señalados por los desertores de
las Farc. Otros, como Francisca Cabrera, porque tenían mucho miedo.
Otros sin explicación, como Ever Urueta, que sufría de retraso mental y
fue torturado sin piedad para que supuestamente confesara que pertenecía
a las Farc.
Dirigidos por ‘Amaury y John Jairo Esquivel, alias
‘El Tigre’ los ‘paras’ se tomaron la cancha de fútbol del pueblo. Allí
las muertes se producían cada media hora. La gente estaba bajo el sol
inclemente, de pie, viendo cómo se llenaba de cadáveres la plaza, y como
los paramilitares festejaban su ‘hazaña’. Los paramilitares sacaron los
tambores, las gaitas y los acordeones, y con cada muerto, hacían un
toque. Al caer la noche, en la cancha yacían 18 cadáveres.
Cuando
los paramilitares dieron la orden de irse a dormir a las casas, muchos
encontraron a sus familiares muertos en las calles o en los mismos
ranchos. El 21 de febrero, tras una orgía de sangre de cuatro días,
‘Amaury’ y sus hombres salieron del El Salado. En su huída, asesinaron a
varias personas más.
Los otros crímenes de ‘Amaury’
El
ex paramilitar también tendrá que responder por el asesinato de cinco
agentes del DAS el 23 de febrero de 2002 en La Aventura, un
corregimiento de Córdoba, Bolívar.
Ese día los miembros del DAS
fueron a investigar el robo de gasolina de un políducto de Ecopetrol.
Cuando llegaron, 30 paramilitares los interceptaron, los obligaron a
bajar de su vehículo y les dispararon con sus fusiles.
Después se
los llevaron a ‘Amaury’, que según las autoridades de la época, les dio
un tiro de gracia y ordenó abrirles el abdomen y botarlosal río
Magdalena. Por este caso ‘Amaury’ ya fue condenado.
El episodio
marcó el final de su carrera delictiva en las autodefensas. Varios jefes
‘paras’ decidieron deshacerse de él por la atención que la masacre de
los agentes del DAS atrajo sobre el grupo ilegal. ‘Amaury’ sin embrago
logró librarse de la persecución gracias a la protección de alias ‘120’.
Según
versión de un desmovilizado detenido en la cárcel La Vega de Sincelejo,
hubo discrepancias con otro miembro de las Auc que compraba el
combustible, conocido entre los paramilitares con el nombre de ‘Carne
Molía’, y que responde al nombre de Antonio García, un conocido
comerciante de Sincelejo que revendía en su estación de servicio en
Sincelejo el combustible robado.
‘Carne Molía’, tenía unos
hombres bajo su mando y fue quien, al parecer, envenenó las relaciones
con el DAS propiciando el asesinato de los investigadores del DAS Oscar
Álvarez Díaz, Jaime Humberto Sastoque, Germán Bustos Carvajal, Jesús
Navas Rondón y Nelson Miguel Hernández Cortés, quienes al parecer
desconocían la existencia del presunto trato entre paramilitares y ese
organismos del estado y habían detectado a los ladrones de gasolina.
‘Amaury’
también fue vinculado por varios desmovilizados a la masacre de
Mampuján, donde el 10 y 11 de marzo de 2000 los ‘paras’ asesinaron a 11
personas y desplazaron a 300 familias.
Con información de Fiscalía