En Barranquilla fue asesinado el jefe de la banda de los ’40’, Wildon Javier Daza Mejía, conocido como el ‘Gabi Daza’, quien había sido liberado por vencimiento de términos por un juez de Barranquilla.
Según informa el diario El Heraldo de Barranquilla, Daza fue acribillado por dos sujetos en el norte de Barranquilla, cuando, al parecer, salía de la casa de un familiar.
El paramilitar había estado preso durante diez meses procesado por los delitos de narcotráfico, sicariato y extorsión comointegrante de la ‘Banda de los 40’,
pero un juez le dio el
beneficio de casa por cárcel. Según fuentes oficiales, un juez penal del
Circuito Especializado adjunto de Barranquilla tomó esta decisión,
argumentando enfermedad del detenido. Meses después el caso se cayó por vencimiento de términos.
“Medicina Legal certificó
que tenía problemas cardiovasculares graves, y ese fue el argumento de
la decisión del juez. Sin embargo, existen reportes médicos de la cárcel
que señalan que meses atrás Daza Mejía estaba en buenas condiciones”,
dijo una fuente oficial.
La ‘Banda de los 40’ fue un grupo paramilitar que heredó el imperio de ‘Jorge 40’.
Su comandante general era ‘Salomón’ y estaba compuesto por 180
integrantes, de los cuales 24 eran funcionarios públicos. La banda tenía
una ‘oficina de cobros’, una cooperativa y una empresa de seguridad
privada en la Costa Caribe, además de una sólida estructura militar
durante 2006 y 2007 en los departamentos de Magdalena, Atlántico,
Bolívar y Sucre.
Alias ‘Gabi Daza’ fue capturado el 4 de octubre
de 2009, después de que las autoridades lo incluyeran en la lista de los
20 delincuentes más buscados de la Costa Atlántica. Ya detenido, la
Policía le solicitó al Inpec trasladar a ‘Gabi Daza’ a otra cárcel,
porque el detenido seguía delinquiendo en la capital del Atlántico.
“Informes
de inteligencia indican desde su sitio de reclusión (‘Gabi’) estaría
liderando el accionar criminal en la comisión de hechos punibles como la
extorsión, tráfico de drogas y homicidios selectivos, al igual que
contarían con medios de comunicación, computadores y visitas no
autorizadas”, señala la Policía de Barranquilla, en un reporte el 11 de
noviembre del 2009.
Por esta razón, el integrante de la ‘Banda de
los 40’ fue enviado a la cárcel de Cómbita, en Boyacá, desde donde era
trasladado con frecuencia a Barranquilla para asistir a las audiencias
ante el juez que lo procesaba.
En una de esas diligencias, cuenta
una fuente de la cárcel, ‘Gabi Daza’ aseguró estar enfermo, por lo que
debió ser hospitalizado en un centro médico de la Costa desde el 24 de
mayo pasado. Desde ese momento, solicitó a un juez que le levantara la
medida.
La banda de los ’40’
Este grupo paramilitar quedó al descubierto cuando se capturó a Édgar Ignacio Fierro alias ‘don Antonio’, en sus computadores los investigadores encontraron datos sobre la existencia de una
organización con una estructura jerarquizada militar, política y
financieramente, que había infiltrado organismos de seguridad del
Estado, que cobraba comisiones a los contratistas de las entidades
públicas territoriales, que extorsionaba a los comerciantes con cuotas
mensuales, así como también a empresas bananeras, a transportadores, a
los ganaderos, a estaciones de gasolina, a las ARS y a los hospitales.
El Frente de ‘Don Antonio’ imponía candidatos a las alcaldías con
presiones armadas y financiamiento, asesinaba a quienes condenaba -a su
juicio- como ladrones de ganado, drogadictos o ladrones y se enfrentó a
otras bandas que pretendieron disputarles el territorio, también
extorsionando a la gente ofreciéndole a cambio protección.
El
grupo tenía un estricto código interno que establecía la muerte para
aquellos miembros de quienes sospechaban se podían torcer o hubieran
sido desleales. También perseguían y asesinaban a quienes ellos
presumían eran simpatizantes o militantes de los grupos guerrilleros. En
el computador de ‘Don Antonio’ había información detallada de la
comisión de más de 600 homicidios cometidos entre 2003 y diciembre de
2005 en Atlántico y parte del Magdalena.
Pero la historia de los computadores de ‘Don Antonio’, no terminó con la revelación de la información que guardaba.
A
partir de un análisis que hizo la Fiscalía Quinta de Derechos Humanos y
de Derecho Internacional Humanitario, durante los meses siguientes a
2006, y con base en indicios graves de que algunos miembros estaban
delinquiendo, el fiscal ordenó el 22 de noviembre de 2006 la
interceptación de los abonados telefónicos de varios ex integrantes del
Frente José Pablo Díaz y del Bloque Norte.
Fue
así como se tuvo la certeza de la existencia de vínculos entre
servidores del Estado de diferentes niveles y de diversas entidades, con
los miembros de una banda que tenía la misma estructura y división del
trabajo a la de los grupos paramilitares que se habían desmovilizado.
Los jefes de esa banda sostenían, además, de acuerdo con los registros
de ingreso a la penitenciaría de Itagüí, reuniones periódicas con ‘Jorge
40’ en la cárcel. Esta situación le permitió a la Fiscalía establecer
la existencia de una nueva organización que se hacían llamar las Nuevas
Autodefensas del Atlántico y que coordinaba homicidios, secuestros y
cobraban extorsiones, entre otros delitos.
El reagrupamiento
La
banda era comandada por Miguel Villarreal Archila, quien se
identificaba al interior de la organización con los alias de ‘Salomón’,
‘Sandra’ y ‘El Viejo’. Aunque Villarreal Archila no pertenecía al Frente
José Pablo Díaz, era jefe de un grupo que se movía entre Cartagena y
Ciénaga, incluidos los cuatros municipios costeros del Atlántico. Su
función era cobrar el impuesto a los narcotraficantes que embarcaban la
droga por las costas de Bolívar, Atlántico y parte de Magdalena y le
entregaba cuentas directamente a ‘Jorge 40’ en reuniones mensuales que
hacían en la Sierra Nevada.
Al igual
que el Frente José Pablo Díaz, la banda –llamada de los 40 por su
lealtad a ‘Jorge 40’–, tenía una estructura militar y otra financiera.
La financiera tenía una subestructura o brazo armado que se llamaba el
“kit de cobros” y adicionalmente una “oficina de cobro” autónoma
dedicada única y exclusivamente al narcotráfico, al cobro de impuestos
de embarque y al recaudo de cuentas en las que obtenían una comisión por
cobrarlas.
También tenían una
cooperativa, Cocoagro, que según las autoridades de policía judicial era
una cooperativa agrícola en la que estaban como inversionistas personas
reconocidas de la región. Uno de los mayores accionistas, el mayor
Bermejo, terminó suicidándose, y también poseían una empresa de
vigilancia privada llamada Seguridad Tayrona, con sede en Santa Marta.
La Banda de los 40 estaba
conformada en realidad, según pudo identificar plenamente la policía,
por 180 personas. De los cuales 107 pertenecían a la estructura del
Atlántico. De estos, 24 eran funcionarios públicos, en particular de las
agencias de seguridad del Estado como la Policía Nacional, DAS, CTI,
Ejército y Armada Nacional. Estos funcionarios informaban a los miembros
de la banda sobre posibles acciones de la fuerza pública contra ellos y
a cambio recibían un sueldo.
La Banda
delinquía principalmente en Barranquilla y Atlántico. Su estructura en
Bolívar y Sucre era más pequeña e inestable, pues en esos departamentos
le competía la “Oficina de Cobro de Envigado” que tenía interés en
controlar el Golfo de Morrosquillo para el tráfico de drogas. En
Cartagena, La Banda de los 40 estaba integrada por 46 personas,
de las cuales 17 restantes eran funcionarios de los organismos de
seguridad del Estado. En Sucre eran sólo 27, seis de los cuales eran
funcionarios de los organismos de seguridad.
Antes
de ser extraditado a Estados Unidos a comienzos de octubre de 2008,
Archila o alias ‘Salomón’ alcanzó a contar ante Justicia y Paz, que
ellos pagaban mensualidades en los comandos de policía de los
corregimientos y municipios costeros y en algunos CAI de Barranquilla.
En el DAS y la Sijin sobornaban a algunos para que les borraran
antecedentes y les informaran sobre órdenes de capturas en su contra y
en algunos casos para que fabricaran pruebas contra sus enemigos.
La
Banda de los 40 llegó a tener una sólida estructura militar durante
2006 y parte de 2007 en los departamentos de Magdalena, Atlántico,
Bolívar y Sucre. El comandante general era ‘Salomón’, pero tenía como
jefe político a Mario Marenco Egea, conocido como el “Gordo”, quien
había trabajado con Carlos Mario García, alias “Gonzalo” o el “Médico”,
comandante político de ‘don Antonio’. Marenco tuvo injerencia directa en
las elecciones de 2007 en Magdalena y Atlántico e ingresaba a La Picota
en Bogotá e Itagüí, donde se reunía con los políticos presos y con el
ex comandante Rodrigo Tovar.