La rapiña por los dineros de Sucre

      
Detrás de la muerte del empresario sucreño Rudolf Reinaldo Paffer hay una historia de intrigas y de muerte para apoderarse del erario público de ese departamento a finales de la pasada década.

En breve: Ever Veloza García, alias H.H., asegura que el empresario de origen alemán, Rudolf Reinaldo Paffer, está muerto y que su cuerpo jamás aparecerá porque fue incinerado, pero sostuvo que detrás de este hecho hay una historia de intrigas por apoderarse de los dineros del departamento de Sucre.

Nombres de paramilitares que mencionó: Salvatore Mancuso Gómez y Carlos Castaño Gil.

Lugares que mencionó: Tolú Viejo, Chimulito, Macayán, Sincelejo (Sucre) y zona rural de San Pedro de Urabá (Antioquia).


Las declaraciones de ‘H.H’ señalan que detrás de la muerte de Rudolf Reinaldo Paffer se escondió una estrategia para apoderarse del erario público de Sucre. Foto: Fiscalía.

– Perfil de Carlos Castaño
– Perfil de Salvatore Mancuso
– Perfil de Juancho Dique

Bloque Bananero
Bloque Calima

Detrás de la muerte del empresario e ingeniero agrónomo, de origen alemán, Rudolf Reinaldo Paffer hay una historia de intrigas, corrupción y ambición por el erario público que apenas empieza a develarse en las audiencias de versión libre de varios ex comandantes y mandos medios de las desmovilizadas autodefensas.

La verdadera relación de Paffer con las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) es un misterio, porque pese a que fue una víctima de esa organización, antes de su desaparición era considerado uno más de sus miembros.

Lo único comprobado, hasta ahora por las autoridades, es que el empresario está desaparecido desde el 23 de agosto de 1998.

Ese día, en compañía del entonces presidente del concejo de Tolú Viejo (Sucre), Ernesto Romero Hernández, de 36 años, cayó en un retén ilegal que montaron las autodefensas en la vía que une las poblaciones de Chimulito y Macayán, en ese departamento.

Hombres uniformados con trajes de fatiga atravesaron sobre la vía una tractomula, a la que le prendieron fuego para amedrentar más a los usuarios de la carretera, aunque su único objetivo era Paffer, pues tenía información de que se movilizaría por allí.

Las autodefensas mataron al concejal y a su conductor y obligaron al ingeniero a acompañarlos para que sostuviera un diálogo con quienes en ese momento fungían como máximos comandantes de esa organización ilegal: Carlos Castaño Gil (muerto en abril de 2004) y Salvatore Mancuso Gómez (extraditado a Estados Unidos por cargos de narcotráfico).

El primer plano

A la historia que viene a continuación le cabe el beneficio de la duda, pues salió de boca de Ever Veloza García, alias H.H., el desmovilizado jefe del bloque Bananero, quien aceptó este y otros 88 cargos (con 172 homicidios), por los cuales recibió medida de aseguramiento de detención preventiva de parte del magistrado Olimpo Castaño Quintero, con funciones de juez de garantías.

De la veracidad de esta confesión y de la capacidad de la Fiscalía para demostrar que Veloza García dijo la verdad, dependerá que el ex jefe paramilitar acceda a los beneficios de la ley de Justicia y Paz.

Esa norma le ofrece una pena de entre cinco y ocho años de prisión, a cambio de la verdad y la reparación integral a las víctimas y del compromiso de no volver a delinquir; es decir, de la no repetición.

Sobre la suerte de Paffer, el confeso paramilitar desmovilizado Enrique Banquez Martínez, alias Juancho Dique, uno de los hombres de confianza de Mancuso en Sucre, ya había dado las primeras pistas cuando, en agosto pasado, durante su audiencia de versión libre, dijo que la orden inicial era secuestrar al empresario, pero no esperaban que estuviera acompañado del concejal sucreño.

Banquez Martínez dijo que después no supo nada más, porque otros hombres se llevaron al ingeniero para unas fincas del Urabá antioqueño.

El “juicio”

Veloza García agregó después que en efecto el empresario estuvo varios meses en una finca de la región bananera, al parecer en el campo de entrenamiento de las Auc, en San Pedro de Urabá, donde los comandantes de las autodefensas lo indagaron por sus relaciones con el municipio de Tolú Viejo y la Gobernación de Sucre.

Lo que en principio se montó como una “rendición de cuentas” del empresario a las Auc por sus presuntas prácticas corruptas en contra del patrimonio de esos entes territoriales se convirtió en una rapiña por los dineros públicos.

Mancuso Gómez y Castaño Gil, a juicio de Veloza García, acusaron al empresario de robarse las regalías que recibía en esa fecha el municipio sucreño.

Con ese argumento ambos jefes le pidieron a H.H que se movilizara con varios de sus hombres de confianza a ese departamento con el objetivo de retener a Paffer.

Una vez cumplió la misión, el empresario quedó a disposición de las autodefensas en el Urabá, donde fue sometido a varias presiones para que entregara el dinero captado en Tolú Viejo que, en opinión de H.H., eran unos 16 mil millones de pesos.

Extorsión y romance

Lo que la Fiscalía entrará a verificar en adelante es la veracidad de la versión de Veloza García, pues el ex jefe paramilitar confesó que Castaño Gil y Mancuso Gómez estuvieron extorsionando a la esposa del empresario para que viajara a Urabá con algunos documentos, de modo que Paffer los pudiera firmar y, así, facilitar el desembolso de los recursos.

Lo que las autoridades no han podido dilucidar es el verdadero papel que cumplía Paffer en las autodefensas, pues investigaciones preliminares lo relacionan como el supuesto tesorero de los grupos de Castaño Gil y Mancuso Gómez en el departamento de Sucre.

Esos trámites duraron unos seis meses, tiempo durante el cual entre Mancuso Gómez y la esposa del ingeniero surgió un vínculo que, para H.H., pasó los límites de la simple amistad y se convirtió en un romance.

Con H.H. coincidió Edwin Manuel Tirado Morales, alias El Chuzo, el guardaespaldas de Mancuso durante varios años, quien dijo que su cuerpo jamás aparecerá porque fue picado y tirado al mar, a pesar de que en el pasado había sido muy cercano a las Auc, en especial a Vicente Castaño.

Tirado Morales, en su versión libre, sostuvoque Paffer fue secuestrado porque utilizó el nombre de la organización para lograr contratos de obras públicas con la alcaldía de Tolú Viejo.

A Vicente Castaño no le gustó que se aprovechara del nombre de esa organización para sacar obtener réditos y ordenó su secuestro.

Jairo Castillo Peralta, alias Pitirre, uno de los testigos claves de la Corte Suprema de Justicia en los procesos por parapolítica, dijo en una versión que siendo escolta de uno de los jefes paramilitares de Sucre estuvo en una en una finca llamada Las Canarias, de propiedad del ex gobernador de Sucre Miguel Nule Amín.

Precisó que en esa reunión estuvieron Salvatore Mancuso, Salomón Feris Chadid, alias 08; el entonces senador Álvaro García Romero, el controvertido ex embajador Salvador Arana Sus y el empresario Paffer, a quien identificó como el tesorero de los paras en Sucre.

Se esfumó

Veloza García agregó que una vez obtuvieron lo que querían, sus jefes dieron la orden de matar al ingeniero y de desaparecer su cadáver.

Dijo que por este caso habría que pedir un perdón adicional, porque jamás se podrá recuperar el cuerpo, debido a que fue incinerado.

Verdad o no, lo cierto es que quedará en manos de la Fiscalía aclarar esta versión durante la audiencia pública de juzgamiento contra H.H., pues a la confesión le debe agregar elementos probatorios que demuestren que lo dicho por el ex jefe paramilitar es cierto.