‘Julián Bolívar’ reconoce que Auc cometieron 20 masacres en Santander

      
Rodrigo Pérez Alzate, alias Julián Bolívar, el desmovilizado jefe militar del bloque Central Bolívar, de las Autodefensas Unidas de Colombia, confesó la participación de sus hombres en, por lo menos, 20 masacres (muerte de más de tres personas en un mismo hecho) durante los años 2000 y 2004 en varias poblaciones de Santander.
En breve: Rodrigo Pérez Alzate confesó que entre 2000 y 2004 el bloque Central Bolívar, de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) mataron a unas 77 personas, en 20 masacres, entendidas estas como hechos en los que murieron tres o más personas. Entre los hechos aceptado, está el homicidio de tres policías.

Integrantes de las autodefensas que mencionó: Guillermo Hurtado Moreno (alias Setenta), Over Morales Veleño (alias Bolívar o Boliche); Yolber Andrés Gutiérrez (alias Richard); José María García Arias (alias Bebé); Carlos Alberto Lombana (alias Chepe); Biovanni Rincón Suárez (alias Byron-fallecido); Édgar Javier Padilla Garrido (alias Rony El Orejón); Danys Cardoso (alias Alonso o El Muelón); Javier Pumarejo (alias Sandy-libre); Olinto Caicedo (alias Olinto-libre); Jorge Eliécer Ballesteros (alias Comando Chucha-fallecido); Sandra Bolaños (alias Sonia); Edison Bautista Olivar (alias Gatorade-fallecido); Lisandro Fabián González (alias Mono Picha); Hernán Darío Marulanda Mesa (alias Felipe Candado); Carlos Almario Penagos (alias Víctor); Gustavo Jaimes (alias Mauricio-fallecido); Constantino Bastos Flórez (alias Flechas); Gabriel Lizarazo Monsalve (alias Pipo); Edison Ariel Alzate Lizarazu (alias Rasguño), Juan Felipe Moncada o Omar Rivero Medina (alias Niño Escobar); Wilson López García (alias Lagartija); Campo Aníbal Triana (alias Zarco); José Medina Plata (alias Chucho); alias Arandú, Germán, Pablo, Beto, Martín Sordo, Carter, Pablito, Chiqui, Carlos, El Paisa y Pate Mirla.

Lugares que mencionó: Los municipios de Bucaramanga, Barbosa, Málaga, Capitanejo, Socorro, Barrancabermeja, Cobarachía y las veredas La Playa y Las Tapias


El desmovilizado paramilitar Julián Bolívar reconoció en una audiencia en Medellín cómo realizaron varias masacres en barrios de Barrancabermeja.

Enmarcadas en lo que llamó “la agenda estratégica de nuestra organización”, Rodrigo Pérez Alzate, alias Julián Bolívar, el desmovilizado jefe militar del bloque Central Bolívar (Bcb), de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), confesó que bajo su orientación varios de sus hombres cometieron, por lo menos, 20 masacres en distintos municipios de Santander, hechos en los que murieron 77 personas, entre los años 2000 y 2004.

Ante la fiscal 41 de la Unidad de Justicia y Paz, de la Fiscalía General de la Nación, Pérez Alzate insistió en que, en la mayoría de los casos, atentaron contra personas que tenía algún vínculo con la guerrilla, aunque también en la mayoría de los casos, confesó que utilizaron a desertores subversivos o se basaron en “sus propios informes” para ejecutar a las víctimas.

De los hechos narrados por el versionado, sucedidos en los municipios de Bucaramanga, Barrancabermeja, Girón, Barbosa, Capitanejo, Málaga y Puerto Wilches, tres llamaron la atención por la forma como los paramilitares cumplieron la misión estratégica de “combatir al enemigo marxista”.

El primero de ellos ocurrió el 4 de noviembre de 2000, cuando hombres comandados por Guillermo Hurtado Moreno, alias Setenta, el fallecido comandante de las autodefensas en Barrancabermeja, partieron del corregimiento San Rafael, su base permanente, rumbo a la comuna 7 de Barrancabermeja, con la misión de atacar algunas células milicianas que hacían presencia en ese sector, en especial en el barrio Altos del Campestre.

Allí murieron Luis Arturo Pérez Osorio, Donaldo Suárez Sánchez, Carlos Arturo (Alberto) Suárez Ardila, Joheil Jaime Suárez, conocido como Bigote; Ramiro Niño Ardila, a quien llamaban Picotazo, y Francisco Jaime Suárez, apodado Fabián.

Para cumplir con el cometido -precisó Pérez Alzate- llevaron de guías a dos desertores del Eln, ambos hermanos, uno de ellos identificado como Over Morales Veleño, alias Bolívar o Boliche. Del otro solo dio el apodo: Carter quien, a juicio de Pérez Alzate, murió de forma violenta meses después.

Para llegar hasta el barrio uno de los jefes paramilitares, Édgar Javier Padilla Garrido, alias Rony El Orejón, robó una buseta, con la que hicieron un recorrido puerta a puerta en los sitios que señalaban los ex guerrilleros.

A los dos primeros señalados, entre ellos un menor de edad, conocido como Jhon Torcido, se les perdonó la vida, debido a que accedieron a la amenaza de las autodefensas de no solo abandonar la militancia en la guerrilla sino de señalar a sus compañeros.

Alzate Bolívar contó que tuvieron que utilizar almadanas para romper algunas puertas y, una vez identificada la víctima y sometida a un juicio sumario, en caso de que resultara muerta, enviaban su cadáver en taxi hacia las funerarias de la ciudad.

Aunque la misión era matar a todos aquellos señalados como milicianos por los desertores guerrilleros, “el operativo” tuvo que suspenderse debido a la reacción de la Policía que,una vez enterada, acordonó la zona y se enfrentó con las autodefensas.

Tras el cruce de disparos murió Edison Bautista Olivar, alias Gatorade, uno de los paramilitares que participó en la incursión, lo que provocó que sus demás compañeros optaron por la retirada como lo ordenó quien estaba al mando del grupo ilegal: Javier Padilla Garrido, alias Rony El Orejón.

“Los cuerpos se embarcaban en taxis y eran enviados para las funerarias con la finalidad de impactar y demostrar que el dominio de Barrancabermeja queda en nuestras manos”, dijo Pérez Alzate, al explicar el procedimiento que aplicaban una vez ejecutaban a las víctimas.

Se les salió de las manos

Otro crimen sucedió el 8 de agosto de 2001 cuando las autodefensas mataron dentro de una ambulancia a tres personas, dos de las cuales, minuto antes, resultaron heridas en un ataque en zona céntrica del municipio de Barbosa, Santander.

Carlos Alirio Vargas y Seferino Morales Díaz recibieron sendas descargas de fusil, mientras que Teresa Soto Villar resultó herida en una de sus piernas cuando intentó cubrir a su esposo, pero la bala le rompió y, cuando pudo ser remitida al hospital de Socorro, llegó muerta, debido a que se desangró.

Todo empezó ese día en las inmediaciones del bar Gato Negro donde, a juicio de Pérez Alzate, se reunían delincuentes y guerrilleros con la supuesta intención de planear sus crímenes, entre ellos el reclutamiento de menores de edad.

El jefe paramilitar dijo que sus hombres, al mando de Juan Felipe Moncada, alias Niño Escobar, antes de actuar le advirtieron al dueño del establecimiento sobre los riesgos que corría al dejar que esto sucedieron, pero el comerciante -agregó Pérez Alzate- respondió con una actitud desafiante.

Niño Escobar encomendó de la misión a Campo Aníbal Triana, alias Zarco; Jairo Medina Plata, alias El Chucho; Wilson López García, alias Lagartija; y a otros hombres que solo identificó por sus apodos: Chiqui, Carlos, El Paisa y Pate Mirla.

Todos se movilizaron en dos vehículos, uno de ellos un taxi, y una motocicleta, y se ubicaron de forma estratégica para escapar en caso de que la fuerza pública reaccionara, pues cerca había un puesto de Policia.

Cuando entraron al sitio -sostuvo Pérez Alzate- las autodefensas fueron recibidas a bala, hecho que, en su opinión, provocó la posterior reacción y el primer saldo provisional: una persona muerta en el lugar, identificada como Norberto Amada Patiño y tres más heridas, dos trasladadas luego a Socorro y una más atendida en el centro asistencial local: José Morales Osses.

Niño Escobar, al ser enterado del traslado de los heridos, ordenó a sus hombres perseguir la ambulancia y matar a los ocupantes, hecho que, en concepto de Pérez Bolívar, empezó a causarle molestias dentro de las autodefensas, al punto que, unido a otros “deslices”, determinaron su posterior asesinato.

“Yo dí la orden (para matarlo) porque estaba cometiendo una serie de hechos fuera de las directrices de la organización”, le confesó el ex jefe militar del Bcb a la fiscal 41 de Justicia y Paz.

Ataque a policías

Pérez Alzate es también confesó el homicidio de los policías César Augusto Carreño Ramírez, Oscar Alberto Ariza y Juan José Blandón Muñoz, acribillados a bala por las autodefensas en un retén ilegal que montaron en la vía a la vereda La Playa, del municipio de Málaga, Santander, el 3 de diciembre de 2002.

A juicio del ex jefe paramilitar, el crimen se organizó como reacción a una serie de operativos de la Policía de ese municipio contra miembros de las autodefensas, uno de ellos sucedido en septiembre de 2002, cuando personal uniformado retuvo a Cristóbal Cárdenas, alias Llanero o Peruano (fallecido en marzo de 2007) y Ovidio Cárdenas (hoy en libertad), a quienes les incautaron un radio de comunicación y una ración de campaña.

Pérez Alzate ledijo a la fiscal que los policías le pusieron al informe una granada de fragmentación para agravar el hecho, situación que enojó a Gustavo Jaimes, alias Mauricio, comandante del frente Patriotas de Málaga, de las Auc, ya fallecido, quienordenó hacer un operativo contra la fuerza pública, previa labor de inteligencia.

Para ello utilizó a un sobrino suyo, identificado como Carlos Hernando Monroy Jaimes, que tenía una sostenida relación con la Policía de la zona, al punto que, sin sospechar, los agentes le daban información sobre operatividad y desplazamientos.

Monroy Jaimes le informó a alias Mauricio de un dispositivo que, ese 3 de diciembre, se iba a realizar en la vereda La Playa. En una reunión sostenida en la vereda Las Tapias, del municipio de Cobarachía, Boyacá, el jefe paramilitar anunció el desplazamiento de él y varios de sus hombres para estar atentos al paso de los agentes que viajarían a bordo de un bus de servicio público que cubría ese día la ruta Capitanejo-Málaga.

En un sitio de la carretera atravesaron un vehículo para obligar a parar al conductor. “El microbús arribó al lugar y trató de evadir el retén, pero alias Mauricio encañonó al conductor y lo obligó a detenerse”, narró Pérez Alzate.

Uno de los policías trató de reaccionar pero, de inmediato, Edison Ariel Alzate Lizarazo, alias Rasguño le apuntó a la cabeza, pues estaba del otro lado de su comandante.

“Cuando ya todos los pasajeros estuvieron sometidos, los policías fueron obligados a bajarse del microbús y a tenderse al piso. Alias Mauricio disparó al primero con una pistola 9 milímetros y después le ordenó a alias Flechas (Constantino Bastos Flórez) que le disparara a otros de ellos con una escopeta, calibre 12”.

Alias Pipo, el nombre de Gabriel Lizarazo Monsalve, recluido en la actualidad en al Cárcel Modelo de Bucaramanga, remató a la segunda de las víctimas y, de nuevo Mauricio, disparó contra el tercer uniformado.

Pérez Alzate dijo que la justicia condenó por estos hechos, a penas de 40 años de prisión, a Richard Rodríguez Camargo y Fredy Alberto Gómez Uribe quien, en su opinión, nada tuvieron que ver con el triple homicidio.

Alias Flechas y Pipo pagan unas pena de 40 y 25 años de prisión de forma respectiva por su participación en este crimen.