A pesar de los inconvenientes, como las “chuzadas” a los negociadores o la suspensión generada por el secuestro de un general del Ejército, las conversaciones de paz continúan, marcando un hito en la historia del país.
El 2014 no fue nada fácil para el proceso de paz. En términos coloquiales, le midieron el aceite a las negociaciones las elecciones al Congreso y a la Presidencia, los viajes de las víctimas a La Habana y la discusión de temas como la participación en política de los guerrilleros de las Farc que dejen las armas y se desmovilicen.
En medio de traspiés como las interceptaciones telefónicas y de correos electrónicos tanto a los negociadores del gobierno como de la guerrilla, las constantes oposiciones a estos diálogos de algunos sectores políticos y la suspensión generada por el secuestro del general Rubén Darío Alzate, el proceso alcanzó un punto en el que ya es difícil volver atrás, marcando un hito histórico para el país en el proceso con este grupo subversivo.
Por primera vez en el mundo, unas conversaciones de paz incluyen a las víctimas del conflicto, lo que se vio reflejado en el viaje a Cuba de cinco delegaciones compuesta cada una de doce personas, con el fin de plantear directamente en la Mesa de Negociaciones no solo sus tragedias, sino sus aportes al proceso.
En medio de esa participación, la guerrilla reconoció que parte de sus acciones habían afectado a la población civil, sin decir que ellos son victimarios, y después declaró su “profundo pesar” por la masacre de Bojayá. En ese ataque, ocurrido el 2 de mayo de 2002, murieron 79 civiles como consecuencia de la explosión de un cilindro bomba lanzado por guerrilleros contra paramilitares que estaban en el casco urbano y por error cayó en el templo, donde se refugiaban los pobladores.
Además, se pactó el punto de drogas ilícitas, el tercero de los seis temas a discutir; se avanzó en otros aspectos de la agenda de negociaciones, entre ellos el relativo a las víctimas; y se conformó una subcomisión conformada por representantes del gobierno y de las Farc para preparar el terreno que conduzca al fin del conflicto con ese grupo guerrillero.
En Cuba, se avanza cada vez más más hacia una eventual firma de acuerdos, por ello han cobrado fuerza los debates son cómo desescalar el conflicto y cuál es el camino adecuado para la participación de guerrilleros desmovilizados en política. (Lea: Delito político: ¿Qué tanto se puede estirar?)
Adicional a todo ello se acordó la conformación de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, compuesta por doce reconocidos académicos y dos relatores, quienes trabajaron desde el 21 de agosto en la elaboración de un documento confidencial que debió entregarse en diciembre pasado a la Mesa de Negociación y que contiene una interpretación consensuada de los orígenes del conflicto armado en Colombia, insumo que será incorporado a los acuerdos finales.
El proceso de paz está llegando a un punto de no retorno y el 2014 marcó varios hitos en ese sentido que, se espera, se consoliden en este nuevo año. A continuación VerdadAbierta.com aborda varios de esos hechos importantes, que se constituyen enretos para este año.
La voz de las víctimas
El gobierno y las Farc escucharon los relatos de 60 personas sobre lo que ellas, y gran parte de los siete millones de víctimas de Colombia, han padecido en esta guerra ya ajustó 50 años. (Lea: Víctimas en La Habana: los fueron y los que faltaron)
Al llamarlos a participar en la Mesa de Negociaciones, les abrieron un espacio que ningún otro sector tuvo en los puntos ya pactados, pues en el de tierras no se invitó a los campesinos, en el participación política no estuvo ningún partido y en el de drogas ilícitas no fueron a La Habana personas de las regiones donde proliferan los cultivos de hoja de coca para uso ilícito y marihuana. Además, en su visita, las víctimas llevaron propuestas concretas para ser incluidas en los acuerdos y que hasta ahora se desconocen.
Pese a las críticas de algunos sectores políticos, los efectos de esas visitas a Cuba se vieron reflejados en los cambios mostrados por las Farc en su manera de ver a las personas que más han padecido el conflicto.
En 2012 la primera manifestación de la guerrilla acerca de las víctimas fue que “quizás” estaban preparados para pedir perdón. Un año después aceptaron por primera vez que han ocasionado dolor y víctimas, pero expresaron que el Estado también ha cometido excesos y que no se declararán victimarios de manera unilateral.
Su discurso evolucionó más en 2014. En octubre, la guerrilla aceptó que han afectado a civiles, pero afirmó que estas acciones eran “errores involuntarios”, y en diciembre, luego de la participación del quinto y último grupo de víctimas, lamentaron la masacre de Bojayá y explicaron que ya piensan en cómo para reparar a esa comunidad. (Lea: Farcreconocen frente a víctimas daño causado en Bojayá)
Se espera que para este año, los voceros de las Farc sean más consecuentes con sus cambios y acepten su responsabilidad en hechos que afectaron tanto a los colombianos como el secuestro de civiles, la desaparición forzada, la toma armada a poblaciones y los homicidios contra líderes sociales, indígenas y afrodescendientes, entre otros.
La negociación, en puntos suspensivos
En los dos años de negociaciones se han presentado momentos tensos, sin que ello produjera efectos drásticos sobre el proceso. No obstante en noviembre de 2014 se produjo la primera suspensión oficial de las conversaciones, decretada por el gobierno nacional. La causa fue el secuestro del general Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán que opera en Chocó. El oficial viajaba con el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego en una embarcación por el río Atrato, vistiendo bermudas en vez del traje militar y completamente desarmados, cuando fueron retenidos por miembros del Frente 34 de las Farc. (Lea: El Atrato: dos décadas de guerra)
Una vez se conoció el hecho, el presidente Juan Manuel Santos les ordenó a sus delegados que no viajaran a Cuba hasta que Alzate y sus acompañantes fueran liberados. Trece días después, representantes de los países garantes de las negociaciones (Cuba y Noruega) y funcionarios del Comité Internacional de la Cruz Roja se desplazaron hasta el área donde ocurrió la retención para ayudar en la liberación. Pero no eran los únicos presentes. Por orden del Secretariado de las Farc también estaba alias ‘Pastor Alape’, comandante del Bloque Iván Ríos, que tenía a los militares, y quien se desplazó desde La Habana.
Durante el operativo, la guerrilla tomó fotografías y grabó un video donde aparecen ‘Alape’ y el general Alzate abrazados, dándose la mano y conversando. Estando en libertad, el militar pidió la baja del Ejército.
Las negociaciones se reanudaron el 3 de diciembre y una semana después concluyó el último ciclo de conversaciones del año, que abordó el punto de víctimas, que se viene tratando desde meses atrás, sin que hasta el momento se haya llegado a un acuerdo.
Acuerdos a la vista
Cuatro meses después de que se pactara el tercer punto de la agenda de negociaciones, el gobierno y las Farc publicaron los borradores de los temas ya negociados casi en su totalidad: desarrollo agrario integral, participación política y fin a las drogas ilícitas. (Lea: cuáles son los cuellos de botella más difíciles de superar en lo pactado)
Sin embargo, la guerrilla ya los había publicado en su página web aunque los puntos acordados estaban refundidos en documentos de cientos de páginas que contenían también sus “propuestas mínimas” sobre estos temas.
La publicación de los tres acuerdos ya pactados y sus anotaciones al margen buscaban darle mayor transparencia al proceso en momentos en que arreciaban las críticas de sectorespolíticos como el Centro Democrático, liderado por el senador Álvaro Uribe Vélez, que acusaban al gobierno nacional de estar “entregándole” el país a las Farc.
Si bien hay unos puntos ya acordados, lo que también quedó claro con esa divulgación es que aún falta mucho trecho para alcanzar acuerdos finales, sobre todo teniendo en cuenta que en la Mesa de Negociaciones se ha impuesto la norma de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”.
Durante este año, la discusión en La Habana continuará con el tema de víctimas, punto en el que aún no hay acuerdos parciales, por lo menos conocidos públicamente, pero que ya tiene un aporte importante de aquellos que han padecido con rigor las acciones de la guerra.
Hablan los troperos
Mientras las delegaciones del gobierno y las Farc hablaban sobre el cuarto punto de la agenda, relativo a las víctimas, acordaron avanzar en dos temas sustanciales: el cese bilateral de fuego y la dejación de armas. Para abordar estos temas, sensibles a la opinión pública, llegaron a La Habana militares y guerrilleros considerados “troperos” para integran una subcomisión que desarrolle los acuerdos.
Hombres del Ejército como el general Javier Flórez, quien lideró el operativo en el murió Jorge Briceño Suárez, alias ‘Mono Jojoy’, y de las Farc como Henry Castellanos Garzón, alias ‘Romaña’, uno de los creadores de la estrategia de secuestros masivos, conocida como “pescas milagrosas”, se sentaron frente a frente para conformar la subcomisión que adelanta el punto del fin del conflicto. (Lea: Los guerrilleros que van de la guerra al proceso de paz)
El último en llegar a la Mesa de Negociaciones fue Milton de Jesús Toncel, alias ‘Joaquín Gómez’, uno de los jefes históricos de las Farc y miembro del secretariado de ese grupo insurgente, quien se integró a esta subcomisión, lo que supone que este año el tema será uno de los más importantes para el proceso, dado el alto nivel de sus integrantes.
La voz de las mujeres
Una de las discusiones que primaron al comienzo de este proceso con las Farc fue la ausencia de la voz de las mujeres en los equipos de negociación. Con el paso del tiempo el tema fue cobrando importancia a tal punto que se creó una subcomisión en La Habana para darle un enfoque de género a los puntos ya acordados y a todos aquellos que se logren después, lo que supone también un avance en estas negociaciones que antes no se había logrado.
El 2015 comenzó con un cese al fuego unilateral decretado por la guerrilla de las Farc y que comenzó a regir desde el 20 de diciembre del año pasado y sus efectos están por evaluarse. De otro lado, el presidente Juan Manuel Santos prepara en reuniones privadas lo que será el trabajo de sus negociadores para este año, considerado por los más optimistas como “el año de la paz”. Sin lugar a dudas se ha avanzado, hasta un punto de no retorno, pero aún falta trecho y queda mucho por discutir, aclarar y acordar.