Autodefensas de Cundinamarca

El origen de los grupos paramilitares en Cundinamarca se remonta a principios de los años ochenta, y crecieron de la mano del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha “El Mejicano”.(1) Algunas de las más famosas fincas de Gacha como Cuernavaca, Chihuahua, Mazatlán quedaban en esta zona y desde ellas se planearon numerosos asesinatos.

147 miembros del bloque Cundinamarca de las AUC se desmovilizaron, entregaron sus armas e iniciaron su proceso de reincorporación a la vida civil. Foto Alto Comisionado para la Paz

Por otro lado, las Farc, que tenían presencia desde la década del 60 (2), intensificaron sus acciones, particularmente los secuestros. En este contexto se crearon los grupos paramilitares que tenían como propósito proteger los intereses del narcotráfico y bajar la presión de las guerrillas sobre propietarios y campesinos. En esos años confluyeron dos procesos. Por un lado, los narcotraficantes empezaron a comprar tierras en el occidente del departamento, especialmente en la región de Rionegro, Pacho, Yacopi y Villagómez.

Para esos mismos años 80’s, los narcotraficantes –con un papel muy activo de Rodríguez Gacha- habían creado el grupo Muerte a Secuestradores en Puerto Boyacá y el Magdalena Medio, que muy rápidamente tuvo influencia también en Cundinamarca y Boyacá, justamente en la región sobre la que ‘El Mejicano’ ejercía influencia. De hecho las ‘Autodefensas de Yacopí’, como se llamaban entonces, lograron neutralizar a las Farc cuya presencia en esta región disminuyó considerablemente por lo menos hasta la muerte de Gacha, en 1989. Es entonces cuando Luis Eduardo Cifuentes ‘El Águila‘, lugarteniente de Rodríguez Gacha, se convierte en el principal jefe de paramilitar en Cundinamarca, dedicándose tanto al narcotráfico como a las actividades contrainsurgentes, y ejerciendo el terror armado en durante casi dos décadas en toda la región.

Con la guerrilla hubo una división tácita de territorio. Los paramilitares se asentaron en Yacopí y las Farc hacían presencia en La Palma. Pero esta especie de pacto de no agresión que parecía existir entre los paras y la guerrilla se rompió en los años noventa cuando el Frente 22 asesinó a doce paramilitares en Caparrapí (3). A partir de allí la guerra se desató por cerca de dos años dejando muertes y desplazamientos de campesinos.

Las Autodefensas de Cundinamarca estaban ubicadas estratégicamente. Cerca del Magdalena Medio, una de las principales rutas del narcotráfico, y en la ruta hacia Bogotá, que era de inmenso valor para la guerrilla que tenía como prioridad de su plan estratégico cerca de la capital. Pero por supuesto Bogotá también era muy importante para los narcotraficantes que habían construido ya redes mafiosas urbanas para el testaferrato y el lavado de activos.

Por eso a mediados de los años 90’s otras facciones paramilitares empezaron a copar territorio en Cundinamarca, en particular grupos vinculados a Carlos Castaño quien ya estaba construyendo una organización nacional de paramilitares. Fue así como el ‘Bloque Centauros‘ y las ‘Autodefensas Campesinas del Meta y Casanare‘, de ‘Martín Llanos‘ se ubicaron el oriente del departamento, en los alrededores de Bogotá, y en la ciudad misma. A lo anterior hay que añadirle que la presencia de los paramilitares de ‘El Pájaro’ en Guaduas y municipios aledaños, y las de Ramón Isaza en el Magdalena Medio cundinamarqués, así como el Bloque Héroes de Boyacá en Ubaté y Simijaca.

Las Auc de Castaño no confrontaron a ‘El Águila’ sino que empezaron a coordinarse a partir de 1997. El grupo de ‘El Águila’ nunca buscó extenderse más allá de la región y menos por fuera del departamento. En general su labor contrainsurgente la guerrilla se vio reflejada en actos de terror hacia la población civil y líderes sociales como masacres, desapariciones y asesinatos selectivos. No obstante, también hubo confrontación con la guerrilla. “Según el comandante de Policía de Cundinamarca, Yesid Vásquez, sólo en el año 2003, la confrontación entre insurgencia y los paramilitares dejó como saldo más de 500 víctimas. Esto se ve antecedido por el aumento de la tasa de homicidios departamental que luego de ubicarse en una margen de 40 – 45 por cada cien mil habitantes pasa a 50 en el año 2002. En las provincias donde operaban las Autodefensas de Cundinamarca las tasas fueron mucho más altas que la nacional. En la provincia de Rionegro las tasas fueron de 100,75 para 2002 y 130,8 en 2003; en el Gualiva, la tasa en 2002 fue de 86.97 y en 2003 de 63.36. Habría que preguntarse entonces qué va a pasar con la investigación de los homicidios y la judicialización de los responsables.” (4)

Las Autodefensas de Cundinamarca están lejos de ser un grupo de campesinos organizados contra la insurgencia. Luis Eduardo Cifuentes, alias ‘El Águila’, figura en la lista Tier II, de “cabecillas del terrorismo y el narcotráfico” publicada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. “De este hombre se ha dicho que continúa siendo el ‘patrón’ de Yacopí, el municipio donde estaba asentado” (5). Cifuentes enfrenta cargos de narcotráfico, formación de grupos paramilitares y de la tortura y el asesinato del capitán de la Policía, William Javier Montilla, y el agente Ancízar Sánchez, cuyos cuerpos fueron hallados el 25 de octubre de 1998, cerca de Puerto Salgar, Cundinamarca.

Según la revista Cambio, en 1999 Cifuentes fue relacionado con un plan frustrado de asesinato del Presidente Andrés Pastrana. Cifuentes también ha sido relacionado con las amenazas contra defensores de los derechos humanos, entre ellos los miembros del Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”.”(6)

Así mismo, un reporte de octubre de 2004 señala que “600 hombres del Grupo Quiñónez desarrollaron la operación “Espada” para desmantelar 63 laboratorios de coca en los municipios de La Palma, Caparrapí, Topaipí, Yacopí, Paime y Villagómez. Con este golpe a las Autodefensas Unidas de Colombia, lideradas en Cundinamarca por Luis Eduardo Cifuentes, alias ‘El Águila’, el grupo ilegal dejan de percibir $1.134 millones.” (7)

En el año 2003 el gobierno del presidente Álvaro Uribe lanzó una operación contra las Farc en Cundinamarca que se conoció como Libertad Uno, con la que al parecer los paramilitares habrían colaborado con las fuerzas armadas. “Según versiones de gente de allí, los hombres de ‘El Aguila’ le colaboran al Ejército con información de inteligencia para hacer detenciones y allanamientos “ilegales pero certeros”, como dijo una fuente.”(8)

En diciembre de 2004, en el marco de las negociaciones de Ralito, 148 integrantes de las Autodefensas de Cundinamarca se desmovilizaron en el corregimiento de Terán en el municipio de Yacopí. Entre ellos estaban Jaime Castellanos, alias ‘Peligro’, responsable de Caparrapí; y los alias ‘Tumaco’, responsable de Pacho y Zipaquirá, ‘Buena Suerte’, de Topaipí, ‘El Pote’, de Yacopí y ‘Hurí Gur’ de La Palma (9).

De acuerdo con una versión de El Espectador de 2005 “los 148 miembros de las Auc…iniciaron capacitación en el Sena para proyectos productivos no solo en Yacopí sino en La Palma, Caparrapí y Pacho. En esta región se están buscando 450 hectáreas de tierras para cultivos de cacao y explotación ganadera.” (10)

Jaime Castellanos, alias ‘Peligro’, quien era jefe de los paramilitares en Caparrapí, cuenta que en 1984 llegó el Frente 22 de las Farc a la zona: “yo estaba trabajando y entonces me cogieron y me exigieron cien mil pesos, como no los tenía me trataron mal. Yo me asusté y me decían que tenía que darles la plata o que tenía que escoger entre dos: me iba o me moría. Ese día, me les volé”. Durante los cinco meses siguientes se escondió pero siempre con el temor de que la guerrilla llegara a matarlo. “Supe que me estaban buscando, hasta cargaban una foto mía, por eso recurrí al comandante ‘El Águila’, don Luis Eduardo Cifuentes, muy buen señor. Lo que soy y el rescate de mi finca se lo debo a él y a Dios. Porque la verdad la guerrilla es un enemigo muy bravo”. Más adelante agrega: “Las cosas se estaban poniendo muy complicadas, la guerrilla entró a San Carlos y nos hicieron una masacre en Mata de Plátano, mataron, en una semana, como a doce personas. Entonces ya me decidí, vendí lo que tenía para irme, pero mi hermano me dijo que no me fuera porque ellos se quedaban solos”. Entonces ‘El Águila’ me dijo: “Usted se me encarga de Caparrapí, me responde por lo que se deje de hacer y por lo que se haga mal hecho. Y todo marchó bien. Yo fui el líder de las Autodefensas en Caparrapí.” (11)

(9) Varios artículos resumen el dispositivo por comandantes y municipios. Ver por ejemplo: En Caparrapí. Las mujeres le apuestan a la vida y a la paz. Consultar:
http://209.85.165.104/search?q=cache:8fONOAMflgAJ:www.laesquinaregional.com/ediciones
/ed19/19_municipios.htm+luis+eduardo+cifuentes+%C3%A1guila&hl=es&ct=clnk&cd=2&gl=co&ie=UTF-8

Igualmente se puede consultar:
http://209.85.165.104/search?q=cache:X1gj2nxU6OkJ:www.colectivodeabogados.org
/IMG/doc/CUADRODESMOVILIZACIONCOLECTIVAS.doc+luis+eduardo+cifuentes+%C3%A1guila&hl
=es&ct=clnk&cd=24&gl=co&ie=UTF-8

Finalmente se puede ver: Desmovilización de las Autodefensas de Cundinamarca. En:
http://209.85.165.104/search?q=cache:FYkIOQo5Ez4J:www.seguridadydemocracia.org/docs/
pdf/conflictoArmado/desmov11.pdf+luis+eduardo+cifuentes+%C3%A1guila&hl=es&ct=clnk&cd=
4&gl=co&ie=UTF-8