Es prioritario garantizar el enfoque de género en la inversión de los recursos para la implementación del acuerdo de paz y poner en marcha medidas de protección para las lideresas sociales. Así lo señaló la representante de ONU Mujeres en Colombia, en diálogo con VerdadAbierta.com, a propósito de la primera conmemoración en el país del Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos.

Aunque las instituciones públicas y organizaciones defensoras de derechos humanos difieren en las cifras sobre asesinatos de líderes sociales, todas coinciden en registrar un aumento de la victimización tras la firma del Acuerdo Final de paz pactado entre el gobierno nacional y las Farc. Para el caso de las mujeres defensoras, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia registró siete asesinatos en 2016 y 14 en 2017, mientras la Defensoría del Pueblo estima que sólo entre el primero de enero de 2017 y finales de febrero de 2018 fueron asesinadas 23 lideresas sociales. (Lea más: Asesinatos de líderes sociales: difieren las cifras, coinciden los contextos y “Existe la posibilidad de que no se estén documentando todos los asesinatos contra líderes sociales”)

En ese contexto de violencia, ONU Mujeres, la Oficina del Alto Comisionado, la Defensoría y varias redes de organizaciones de mujeres decidieron conmemorar por primera vez en Colombia el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, que se celebra en el mundo todos los 29 de noviembre desde 2006. El acto, que se lleva a cabo en Bogotá, se realiza en el marco de los 16 días de activismo contra la violencia de género que impulsa la ONU a nivel global desde el pasado 25 de noviembre, y coincide con la visita al país del relator especial de las Naciones Unidas sobre la situación de las y los defensores de derechos humanos, Michel Forst.

La conmemoración, además, ocurre a pocos días de cumplirse los primeros dos años de implementación del Acuerdo de Paz, que incluye un enfoque de género transversal, impulsado por las organizaciones de mujeres durante los diálogos de La Habana. En su informe de seguimiento a la implementación del enfoque, publicado el pasado 31 de octubre, el Instituto Kroc, ONU Mujeres, la Federación Democrática Internacional de Mujeres y la embajada de Suecia concluyeron que el 51 por ciento de los compromisos adquiridos por las partes no habían iniciado su implementación y sólo el cuatro por ciento se habían implementado completamente.  (Lea más: Implementación del Acuerdo de Paz aún tiene oxígeno)

En términos de seguridad y protección para las mujeres, el informe concluyó que “a pesar de que el enfoque de género ha sido incluido en la mayoría de las normas expedidas, en la práctica hay poca evidencia que demuestre el desarrollo del mismo”.

Ana Güezmes, representante de ONU Mujeres en Colombia,  se refirió a las difíciles condiciones en las que las defensoras de derechos humanos realizan su labor y reconoció los retrasos en la implementación del acuerdo.

VerdadAbierta.com (VA): ¿A qué se debe esta primera conmemoración en Colombia del Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos?

Ana Güezmes (AG): El foco de los 16 días de activismo de este año son las víctimas, las sobrevivientes y las activistas. En el caso de Colombia queríamos hacer un énfasis muy especial en las defensoras de derechos humanos, que están construyendo paz territorial; empujando la agenda de desarrollo y de derechos humanos; defendiendo el territorio, los derechos económicos y los derechos de las mujeres. Sabemos, además, que muchas de ellas lo están haciendo lejos de los reflectores mediáticos, están estigmatizadas por su labor, y enfrentan riesgos, amenazas y violencias por el hecho de ser mujeres. Queremos reconocer su valentía.

Entrevista Ana Güezmes
En 2017 fueron amenazadas 142 lideresas, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo. Foto: archivo Semana.

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VA: Distintas fuentes oficiales y de la sociedad civil han alertado por el incremento de la violencia contra líderes sociales y defensores de derechos humanos tras la firma del Acuerdo Final de paz. ¿Cómo analiza esa situación?

AG: Todos los datos coinciden en un incremento de la violencia hacia líderes y lideresas, aunque la de estas últimas se ha incrementado más en términos porcentuales. Este año, además, las cifras de Medicina Legal sobre asesinatos de mujeres en general se han incrementado, contrario a la tendencia a la baja con la que venían anteriormente.

Hay una evidencia que maneja ONU mujeres a nivel global, y es que en los primeros años de implementación de un acuerdo de paz hay una paradoja: disminuye el número de asesinatos, pero aumenta la violencia extrema hacia las mujeres. En el caso de Colombia, hay una afectación especial contra las líderes comunitarias. Esto tiene que ver con la complejidad que tiene el país, donde coinciden los territorios de implementación de la paz con los territorios de crimen organizado. De otro lado, en América Latina se está dando una configuración muy fuerte de violencia hacia las mujeres que lideran luchas de defensa del territorio, especialmente las indígenas y las afrodescendientes.

VA: ¿De qué manera especial han afectado esos fenómenos a las lideresas y defensoras de derechos humanos en el país?

AG: Las amenazas y los riesgos que estamos identificando están asociados a violencia sexual, por un lado, y con los hijos o hijas de las defensoras, por otro. Estas mujeres están en mayor riesgo y en mayor vulnerabilidad, porque suelen estar en los puestos de menor decisión, de menor poder, incluso dentro de las propias organizaciones sociales

Muchas veces en los movimientos sociales, las mujeres son la primera línea del frente. Vemos en todos los países de la región que las mujeres suelen estar al frente de las situaciones de mayor riesgo, por ejemplo, en la búsqueda de los desaparecidos.

Además, la desigualdad que viven las mujeres en la sociedad también la viven las defensoras: no tienen ingresos propios, trabajan el doble de horas que los hombres en el trabajo no remunerado. Igualmente, hay que decir que muchas de las defensoras están viviendo hechos de violencia al interior de sus parejas o de sus propias organizaciones. Es una situación de desigualdad, discriminación y violencia extrema.

Entrevista Ana Güezmes
Las principales organizaciones de búsqueda de desaparecidos en Colombia son lideradas por mujeres. Foto: Flickr -Ronald Dueñas.

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VA:  Ustedes proponen fortalecer las medidas de autocuidado como una manera de avanzar en la protección de las lideresas y defensoras de derechos humanos. ¿En qué consisten esas medidas?

AG: El Estado debe desarrollar todas las medidas de prevención, de generación de entornos seguros para el trabajo de las defensoras, de protección individual y colectiva con enfoque de género, y de generación de mecanismos de no repetición.

No obstante, en nuestra experiencia en la región hemos visto que las mujeres muchas veces olvidamos nuestro propio cuidado. Estamos cuidando a nuestros hijos, a la comunidad, a la tierra, a las organizaciones, y olvidamos nuestro cuidado básico: salud, horas de descanso, alimentación. Además, por nuestro propio mandato de género, que nos hace cuidadoras de todo el mundo, no identificamos las señales de estrés y somos menos conscientes a la hora de poner límites a nuestro trabajo público.

VA: El Acuerdo de Paz incluye varias acciones para superar la desigualdad de género y la falta de garantías para la defensa de los derechos humanos. ¿Cómo evalúa su implementación?

AG: El acuerdo de paz es uno de los más avanzados (del mundo), con más de cien medidas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, muchas de ellas están rezagadas en su implementación, han sido lentas y todavía hay una deuda grande en el país con las mujeres.

VA: ¿De qué manera podría acelerarse la puesta en marcha del enfoque de género pactado en el Acuerdo?

AG: Es necesario poner en acción lo que el país tiene definido, tanto en el Acuerdo de Paz como en el Programa Integral de Garantías. Lo que hay que hacer es financiar, rendir cuentas de la implementación y generar mecanismos tripartitos entre el gobierno, la sociedad civil y la comunidad internacional. Entendemos que hay intervenciones que son estructurales, pero hay otras urgentes, como las medidas de protección y las garantías de seguridad.

Aunque reconocemos el avance que ha tenido Colombia con el Programa Integral de Garantías para Mujeres Lideresas y Defensoras de Derechos Humanos y el “Pacto por la vida y la protección de los líderes sociales y las personas defensoras de derechos humanos”, necesitamos respuestas tangibles y contextuales. Hay un riesgo real de amenaza, no solamente contra las mujeres de manera individual, sino también de manera colectiva.

Güezmes dirige ONU Mujeres en Colombia desde octubre de 2017. Foto: archivo Semana.

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VA: El gobierno ha argumentado que la implementación del Acuerdo de Paz está desfinanciada. ¿La comunidad internacional ha destinado fondos específicos para el desarrollo del enfoque de género?

AG: Como Naciones Unidas tenemos un Fondo Multidonante y parte de lo que estamos empezando a hacer desde ONU Mujeres es una supervisión para que los programas tengan un enfoque de empoderamiento de las mujeres, participación e igualdad de género. Por ahora, al menos el 15 por ciento de los fondos deben ser (utilizados en) acciones afirmativas para lograr la plena participación de las mujeres. En los nuevos fondos de paz que estamos negociando con el gobierno y con la comunidad internacional, la inversión en igualdad ha de ser del 30 por ciento.

El Estado colombiano y la comunidad internacional debemos hacer todos los esfuerzos, incluido los financieros, para eliminar todas las formas de violencia hacia las mujeres. Desde el punto de vista de ONU Mujeres, esa es la inversión más inteligente: calculamos que los países están perdiendo el cinco por ciento de su producto bruto interno (PIB) por la violencia hacia las mujeres. Si las mujeres participan en el empleo en igualdad de condiciones que los hombres, los países podrían incrementar su PIB hasta en un 22 por ciento.

VA: ¿Cómo piensan hacerle seguimiento al uso de los recursos para la implementación?

AG: Vamos a estar trabajando con el gobierno para que el Ministerio de Hacienda pueda desarrollar un clasificador que nos permita dar un seguimiento más claro de hacia dónde va el dinero y de si realmente está enfocado en resultados para la igualdad. Colombia es un país de ingresos medios, que hace parte de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), que tiene profundas desigualdades y un tema de presupuesto público. Pero hay dinero, y defender a los defensores y defensoras de derechos humanos es una responsabilidad cívica, una obligación ética.

La evidencia internacional demuestra que para garantizar una paz sostenible y duradera hay que hacer inversiones en las mujeres, que son las constructoras de paz en sus comunidades y, además, las que están más rezagadas en materia económica y social. El llamado es a fortalecer la arquitectura de género en el nivel local, departamental y nacional; en el gobierno, en la sociedad civil y en las propias Naciones Unidas, teniendo en cuenta que ONU Mujeres es una de las agencias del sistema de Naciones Unidas que tiene menos financiamiento a nivel global.

VA: ONU Mujeres está participando en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del presidente de Iván Duque. ¿En qué consiste esa colaboración?

AG: Es la primera vez que un Plan Nacional de Desarrollo tiene un capítulo específico para la igualdad de género, esto es muy positivo. Nuestro trabajo es dar cooperación técnica al gobierno en relación al eje de igualdad de género, que desde nuestro punto de vista está bastante bien planteado, así como para que en todos los ejes se incluya la perspectiva de género, es decir, para que realmente se transversalice la inversión. También vamos a estar apoyando las consultas para que participen las organizaciones de mujeres y la bancada de mujeres en la Cámara de Representantes.

El 19 de febrero de 2019 a Colombia le toca presentar el informe periódico ante el Comité de la Cedaw (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer). Lo que estamos hablando con el gobierno es que tiene que haber un diálogo constructivo antes de llegar al Comité y, sobre todo, que las recomendaciones que se le hagan a Colombia tienen que estar en el Plan Nacional de Desarrollo.

Entrevista Ana Güezmes
Las mujeres rurales son duramente golpeadas por la desigualdad de ingresos por razones de género. Foto: ONU Mujeres.

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VA: ¿En qué otros frentes están trabajando con el gobierno nacional?

AG: Estamos trabajando con el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) para hacer estadísticas desde la perspectiva de género, esta va a ser una línea sistemática.  La otra línea es la de presupuestos con enfoque de género, para pasar de un enfoque de procesos a un enfoque de resultados, en el que podamos ver análisis de los presupuestos públicos y de los programas de regalías. La idea es que este análisis nos permita decir realmente cuánto dinero se está yendo para acciones afirmativas para disminuir la brecha de desigualdad que viven las mujeres en Colombia.

VA: Ustedes también han apoyado el trabajo del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. ¿De qué manera ha avanzado ese relacionamiento?

AG: Ya firmamos un memorando de entendimiento con la Comisión de la Verdad (CEV) y estamos preparando otro con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Las líneas de trabajo que vamos a tener con el Sistema son: fortalecer su capacidad en materia de implementar las medidas de género del acuerdo de paz y de su propio mandato, traer experiencias internacionales para generar procesos de práctica o aprendizaje, ayudar a que lo que se hace aquí se conozca fuera de Colombia, y contribuir a la coordinación al interior del propio Sistema y con la rama judicial.

Además, el otro año vamos a implementar un proyecto con los fondos de paz de la ONU para que por primera vez se analice el delito de violencia sexual en relación con el de desaparición forzada, acompañando los informes que se estén presentando en la JEP y en la CEV. Es un proyecto a dos años, totalmente innovador, que ayudará no solamente a Colombia, sino a otros países.

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