Otra masacre enluta a los indígenas del norte de Cauca

      
Entre el pasado martes y miércoles, cuatro miembros de una familia de la etnia Nasa y otro hombre más fueron asesinados en la vereda Agua Bonita del municipio de Suárez. Por el momento se desconoce quiénes son los responsables este múltiple crimen.

dlr-masacre-indigenas-suarezUna vez más, los indígenas Nasa tendrán que despedir a varios de sus hermanos comuneros por los violentos que rondan sus territorios. Foto: archivo VerdadAbierta.com.

Los fusiles vuelven a enlutar a los indígenas Nasa en el departamento del Cauca. Entre los pasados 14 y 15 de abril, fueron asesinados Wilson, Berney, Belisario, Cristian David y Belisario Trochez, y Mario Germán Valencia Vallejo. Según denunció la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin).

Los hechos trágicos comenzaron la mañana del martes, cuando desaparecieron los hermanos Wilson y Barney Trochez, quienes, posteriormente, fueron encontrados muertos. Y en las primeras horas del día siguiente, hombres vestidos de civil y portando armas de largo alcance, sacaron de su casa a las víctimas restantes, las subieron en camionetas y partieron con rumbo desconocido. Hacia las 3 y 30 de la tarde del miércoles, vecinos de la vereda Guadualito alertaron sobre la presencia de tres cadáveres a la orilla de la carretera, los cuales fueron identificados como Cristian David y Belisario Trochez, y Mario Germán Valencia Vallejo.

Los últimos días han sido de luto y dolor para las comunidades nativas de Cauca. El pasado 10 de abril murió durante enfrentamientos con el Esmad de la Policía y por heridas de fusil Guillermo Paví Ramos, uno de los tantos indígenas que están ocupando la finca La Emperatriz, en Caloto, a la espera de que el Estado se las titule ante la falta de tierras y por acuerdos incumplidos. Y, además, durante todo el fin de semana pasado, indígenas de diferentes puntos del departamento se dieron cita en el resguardo de Kitek Kiwe, en Timbío, para recordar a los caídos en la terrible masacre que los paramilitares del Bloque Calima cometieron en la Semana Santa de 2001.

Edwin Mauricio Capaz, miembro del equipo de derechos humanos de la Acin, le explicó a VerdadAbierta.com que las víctimas de esta nueva masacre pertenecían al resguardo de Cerro Tijeras, el cual se encuentra en una zona muy apartada y con difíciles condiciones de comunicación, razón por la cual sólo hasta el día de ayer partió una comisión para constatar los hechos. “Había rumores sobre la muerte de varios indígenas en Cerro Tijeras y ante las llamadas de gente de la zona baja, se decidió enviar una comisión”, contó Capaz.

Varias veredas de los municipios de Suárez y Buenos Aires están sembradas con hoja de coca para uso ilícito y, además, componen un corredor estratégico por el que ingresan insumos químicos para procesar cocaína y sacarla por el departamentovecino de Valle del Cauca. En el sector hay presencia de las Farc, el Eln y han pasado bandas criminales como ‘Los Rastrojos’ y ‘Los Urabeños’.

Esta región del suroccidente del país también estuvo en el foco de todos los colombianos por otra masacre: la de once militares a manos de las Farc. En la madrugada del miércoles, miembros de la Columna Miller Perdomo emboscaron y asesinaron a once soldados que estaban acantonados en el polideportivo de la vereda de La Esperanza, en Buenos Aires. Este hecho tiene en vilo el curso del proceso de paz.

Por el momento ningún grupo se ha atribuido la muerte de los indígenas, que coincidió con la conmemoración de la masacre del Naya, y con la muerte de un joven que reclamaba tierras para su comunidad porque el Estado incumplió el acuerdo de no repetición de este tipo de violencia, al que llegó con el pueblo Nasa en el convenio que celebró con las víctimas de la masacre de El Nilo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1993.