Bloque Bananero

      

La región bananera de Urabá se convirtió en el laboratorio en el que Carlos Castaño probó su proyecto paramilitar. La génesis de las autodefensas en esta región es un claro ejemplo de la doble función que cumplían estos grupo. Por un lado, combatieron a las guerrillas, y acabaron violentamente con sus bases sociales, con la aquiescencia de la autoridades militares de la región, y por el otro convirtieron la región en un poderoso corredor para el narcotráfico.







452 miembros del bloque Bananero, se desmovilizaron e iniciaron su proceso de reincorporación a la vida civil, en un acto realizado en el corregimiento El Dos, de Turbo, Antioquia. Foto: Prensa Alto Comisionado para la Paz
El eje bananero está constituido por los municipios de Turbo, Apartadó, Chigorodó y Carepa, y una parte de Mutatá, en Antioquia(1). Se trata de una zona netamente industrial y exportadora, y estas características harán del ‘Bloque Bananero’ de las Auc un grupo muy particular. Los municipios de Urabá dedicados a la ganadería o a otras actividades campesinas, no hicieron parte de este Bloque, sino del Bloque ‘Élmer Cárdenas’ o ‘Héroes de Tolová’.

Antes de que los paramilitares tomaran el control de la región de Urabá, ésta había estado fuertemente influenciada por dos de las principales guerrillas del país: las Farc y el Epl.

Estas guerrillas se instalaron a mediatos de los años 60’s en las estribaciones de la Serranía de Abibe y la base de su apoyo fueron colonos y campesinos, hasta principios de los años 70, cuando empezó el auge de la industria bananera, y se conformó un movimiento sindical fuerte en la zona, los insurgentes se vuelcan a los municipios del eje bananero. El Frente V de las Farc extendió su influencia a Dabeiba, Mutatá, Murindó y Vigía del Fuerte y la zona limítrofe con Panamá que era fundamental para facilitar la entrada de armas(2). El Epl, por su parte, fue extendiendo paulatinamente su dominio al norte del Urabá. Así mismo la influencia de las Farc se hacía sentir en el sindicato Sintrabanano, y la del Epl en Sintragro. Ambos sindicatos se fusionaron en 1989 y conformaron Sintrainagro. Durante toda esta década las guerrillas promovieron paros cívicos, huelgas, tomas de tierra, y realizaron muchos actos de sabotaje contra las empresas que se negaban a pagar las extorsiones, secuestraron a muchos industriales, y mataron en cantidades alarmantes a los administradores de fincas.

En el contexto de la tregua firmada con el presidente Belisario Betancur, tanto la UP como el Frente Popular, tuvieron éxitos electorales en el eje bananero que les permitió acceder a las alcaldías y corporaciones públicas de varios de estos municipios.

Para finales de los años 80’s la violencia era cotidiana en Urabá. Mientras las guerrillas mataban a administradores de fincas, los paramilitares masacraban a trabajadores y sindicalistas.

En 1991 el Epl firmó un acuerdo de paz con el Gobierno y desde entonces se abrió una guerra con las Farc. Muchos sectores del Epl se aliaron con los paramilitares de Fidel Castaño, llamados inicialmente Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, que ya empezaban a actuar en la zona, auspiciados por ganaderos y empresarios del banano.

La estructura con que se operó cambió radicalmente. Se crearon grupos según si se trataba de áreas consolidadas, en disputa o en otras en donde estaba consolidada la guerrilla. El primer grupo es el de Choque, que tenía como misión enfrentar la guerrilla en sus propias áreas (3). Los segundos, en lo esencial, eran grupos de apoyo que tenían como misión defender las veredas de las incursiones de las guerrillas y disponían de armamento, material de comunicaciones y entrenamiento (4). Finalmente, estaban los grupos de base, en lo esencial población civil y campesinado, que hacían inteligencia(5).

La violencia homicida adquirió niveles sin precedentes entre 1994 y 1996. En lo que se refiere a la zona bananera estrictamente, la presión se inició desde el norte de la región, en San Pedro y Necoclí(6). Los índices de homicidios en la zona bananera, que de hecho eran muy elevados entre 1990 y 1995, se incrementaron significativamente en 1996. En Turbo las tasas fueron de 233 y 159 homicidios por cada cien mil habitantes en 2005 y 2006; en Apartadó llegaron a 393 y 199 respectivamente. De especial importancia fueron las incursiones en los corregimientos de El Tres y Currulao en Turbo, así como en las zonas rurales de Apartadó, Carepa y Chigorodó. Esta violencia fue especialmente intensa contra los sindicalistas y contra los dirigentes de la Unión Patriótica. Fue en esta ofensiva que las ACCU absorbieron a los Comandos Populares, organizados por los desmovilizados del Epl.

Una vez liberada el área bananera, en 1997, se conforman las Auc, que se proyectan a otras zonas del país y particularmente a la Costa Caribe. En adelante la seguridad mejoró notablemente en el área bananera, los índices de homicidio bajaron y las disputas se concentraron en el surdel Urabá y en el Chocó.

El ‘Bloque Bananero’, tal como se le conoce, nació poco antes de su desmovilización ocurrida en 2004. Antes, el Eje Bananero estuvo en manos de dos frentes, adscritos a las Auc: el frente Turbo, comandado por “Hernán Hernández” – quien luego asumió la comandancia del ‘bloque Conjunto Calima’ en el departamento del Valle – y el Frente Bananero, a cargo de alias Raúl Hasbún o “Pedro Ponte”. Estas dos estructuras se encontraban bajo el mando de Carlos Castaño (7). En la coyuntura previa a la negociación el Bloque Bananero se encargaba en lo fundamental de la seguridad en el área bananera y en la entrada de armas y la salida de droga, utilizando los puntos de embarque que existen para el banano.

En esencia el Bloque Bananaero se encargaba de la seguridad de la zona agroindustrial en donde recibía contribuciones de sectores relacionados con el banano y de otros grupos. La consolidación del proyecto paramilitar en el Urabá antioqueño trajo consigo la penetración del paramilitarismo en los diversos sectores sociales, especialmente en el sector empresarial. Prueba de ello es que el propio Raúl Hasbún, quién era encargado de cobrarle una cuota a las empresas exportadoras destinados a financiar los grupos paramilitares, era un empresario. El propio Mancuso hace referencia de Hasbún, quien declaró ante los tribunales de Justicia y Paz: “a finales de 1997, el jefe paramilitar Raúl Hasbún, conocido con el alias de ‘Pedro Bonito’, llegó a un acuerdo con varias bananeras de la región de Urabá, entre las que se encuentran Chiquita Brands, Banacol, Delmonte, Dole, Proban y Uniban, que pagaban un centavo de dólar por caja exportada a las autodefensas. Este pago se hacía a la Convivir Papagayo, y se destinaba una parte para Carlos Castaño, otra para obras sociales y una tercera parte para el pago de policías corruptos” (8). Situación que condujo a la sanción económica por 25 millones de dólares impuesta por la justicia norteamericana a Chiquita Brands Internacional, tras comprobar que esta compañía bananera, previa autorización de sus directivas, giró 1,7 millones de dólares a las Auc entre 1997 y 2004, a través de la firma colombiana Bananos de Exportación S. A. (Banadex).

La naturaleza del Bloque Bananero no se reduce a prestar seguridad en la zona agroindustrial. Por el contrario, en la medida que bajo su jurisdicción están los embarcaderos de banano(9), servía igualmente para sacar droga y entrar armas. Esto explica que después de las desmovilizaciones se hayan estructurado bandas al servicio del narcotráfico. En particular actúa una estructura bajo el mando de Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’. Así mismo existen presiones por parte de una organización, denominada Los Paisas, según algunas versiones al servicio de Diego Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna‘, y de Ever Veloza, alias ‘H.H‘.


(1) Estos municipios tienen economías bananeras y palmeras, pero a su vez hay economías campesinas y ganaderas. Por ejemplo, en Tutbo, que tiene 18 corregimientos, solamente son bananeros los corregimientos de Currulao, Nueva Colonia, El Dos, el Tres, Tie y Riogrande, que a su turno incluye los espacios en donde se producen los embarques de banano. El norte de Turbo comprende varios corregimientos con economías campesinos y en el sur hay otros con vocación ganadera. De la misma manera se puede decir que Apartadó cuenta con territorio en la Serranía de Abive, en donde está San josé de Apartadó, en donde habitan comunidades campesinas.

(2) Jesús Antonio Bejarano y otros: Colombia Inseguridad, Violencia y Desempeño Económico en las Áreas Rurales. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1999.

(3) “Son grupos de ofensiva cuya tarea es localizar a la guerrilla donde se encuentre, en sus áreas de descanso, en sus áreas de apoyo, en sus campamentos y atacarla, pues se sabe, por estrategia, que la mejor forma de defendersees pasando a la ofensiva. Normalmente cada grupo está compuesto por unos cuarenta hombres y es equivalente a un pelotón del Ejército.” Ver el texto ya citado de Germán Castro. En secreto, pp. 183-184.


(4) “Su armamento también es de guerra, pero no están tan entrenados como los anteriores. Están entrenados en técnicas de defensa. Son campesinos natos que, debido a la situación que se vive en el campo colombiano, hallaron la alternativa de buscar seguridad y paz. Si usted le pregunta a cualquiera de ellos cómo se toma un campamento del enemigo, no sabe. Pero si la guerrilla viene, sí sabe cómo la burla, cómo le dispara, hace cinco o seis tiros, si puede dar de baja a un guerrillero lo da de baja o si no se retira en otra posición.” Ver el texto ya citado de Germán Castro. En secreto, p. 184


(5) “Gente con una instrucción sobre comunicaciones, sobre la situación de la región, prestan servicios de inteligencia, avisan todo lo que viene (…) Saben distinguir entre Ejército y guerrilla, saben cuando somos nosotros y tienen una red de comunicaciones permanente.” Ver el texto ya citado de Germán Castro. En secreto, pp. 185-186.


(6) Sus primeras bases territoriales se fijaron en San Pedro y Arboletes, municipios vecinos a la zona de influencia paramilitar de Córdoba. La conquista del Norte continuó en Necoclí donde, según denuncia de la Personería Municipal ante la Procuraduría Departamental y la Defensoría del Pueblo, en los meses de febrero a abril de 1995, fueron asesinadas 130 personas, desaparecieron 122 y cerca de 1.307 familias, conformadas por 2.500 personas, tuvieron que abandonar sus parcelas. El Norte sería escogido por ser una salida expedita al mar, por ser centro de tráfico de armas, por ser territorio donde se movía a sus anchas el EPL (y su disidencia luego de los acuerdos de paz de 1991) y por ser epicentro de extorsiones, boleteos y secuestros contra ganaderos y comerciantes. Ver el texto ya citado de María teresa Uribe, p 51.


(7) Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República. 2006. Dinámica Reciente de la Confrontación Armada en el Urabá Antioqueño. Bogotá, septiembre de 2006.

(8) Ver: Empresario Bananero, un paramilitar sin orden de captura. Consultar en:
http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article879

(9) Nueva Colonia, Río Grande, Zungo y Punta de Piedra. No necesariamente todos son embarcaderos de banano, pero por estos se siguen produciendo tráficos ilegales.