Los dos enlaces ocultos del paramilitar ‘Job’

      
Sara Cuervo Cardona. Así se llama una de las últimas compañeras sentimentales de Antonio López, alias ‘Job’, el paramilitar que protagonizó, en abril del 2008, un temerario complot contra la Corte Suprema para enfrentarla con el Ejecutivo.
 
 Antonio López, alias Job, mano derecha de ‘Don Berna’.

Tras el asesinato de ‘Job’ (julio del 2008), la mujer le aseguró a la Fiscalía que mantuvo por cuatro años una relación con el ex ‘para’.

“Yo trabajaba en la oficina del Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo.Era la asesora que representaba al Comisionado en Antioquia. Fue hace cuatro años y 3 meses aproximadamente. Ahí conocí a Antonio y viví con él tres años y medio. Dejé de trabajar cuando ya lo conocía y se iba a renovar mi contrato”.

La información hoy está en manos de la Procuraduría y de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía que indagan dos temas específicos: hasta dónde llegó el doble rol de Cuervo como empleada de la Oficina del Comisionado y compañera de ‘Job’; y si es cierto, tal y como lo señalan testigos dentro del caso, que ella se quedó con parte de la fortuna del ‘para’ que está siendo rastreada por indicios de ilegalidad.

EL TIEMPO contactó este viernes a Cuervo, quien cambió súbitamente de versión e incluso negó inicialmente su relación con el ex ‘para’: “Mi labor era casi secretarial, asistente de Alejandro Albarracín (asesor y delegado del Comisionado hasta el 2008)”, dijo, y agregó que nunca supo si ‘Job’ tuvo bienes o no.

El objeto del contrato al que Cuervo se refiere dice “servicios profesionales para la coordinación Oficina en Medellín” (sic), durante el proceso con el Cacique Nutibara (bloque en el que se desmovilizó ‘Job’). Al respecto, la Oficina del Comisionado de Paz precisó que Cuervo solo se encargaba de organizar los listados de desmovilizados del Cacique, de atenderlos en la oficina, del área de sistemas, de hacer llamadas y de los archivos: “Solo hallamos un contrato con ella por 12 millones entre enero y julio del 2004”, dijeron.

No es Zapata

Y hay otro hecho reciente que implica a ‘Job’ y a su famoso complot y que también se investiga: EL TIEMPO conoció el resultado técnico del cotejo de voces de las grabaciones en las que este aparece hablando con un tercero sobre su polémica visita a Casa de Nariño y el análisis concluye que el interlocutor de tres de las cuatro cintas no es el ex ‘para’ Rodrigo Zapata, lugarteniente de Vicente Castaño investigado por masacres y desplazamiento.

Según el cotejo –ordenado por la fiscal 10 delegada ante la Corte, Martha Luz Reyes– no hay duda de que hay otro personaje que reclama haber ‘armado el tinglado’ en Casa de Nariño para que ‘Job’ ingresara con otros emisarios de su jefe, alias ‘Don Berna’.

La Fiscalía tiene indicios de quién se trata. Y dos personas involucradas en la investigación le dijeron a EL TIEMPO que es Gustavo Tapias Ospina, ‘Techo’, narco que en los 90 logró un perdón judicial a cambio de testificar contra Pablo Escobar, y desde entonces se hacía llamar Alejandro Tapias. Con ese nombre contactó a Alfazar González, quien salió hace algunos meses del cargo de asesor de Presidencia por sus nexos con DMG.

El ex asesor admite que le ayudó a Tapias a arreglar un lío de un contrato por 14 mil millones firmado entre Ctelca (dedicada a la transferencia de embriones vacunos) y la Gobernación de Casanare.

EL TIEMPO estableció que Leonor Botero Giraldo, esposa de Tapias, es ejecutiva de Ctelca y Óscar Iván Palacio –asistente a la reunión en Casa de Nariño– fue de su junta directiva.

Ahora, tanto la Procuraduría como la Fiscalía intentan establecer la identidad plena del verdadero interlocutor de ‘Job’ y el papel que cumplió en la reunión, pues el jefe jurídico de Palacio, Edmundo del Castillo, insiste en que quien le pidió que atendiera una grave denuncia que tenían los emisarios de ‘Berna’, fue el fiscal Néstor Rangel, quien incluso estuvo en Casa de Nariño (con Del Castillo) horas antes del polémico encuentro.

Hoy, no se descarta que la Fiscalía pida a E.U. un nuevo cotejo de voces, esta vez con Tapias –quien purga 11 años, tras su entrega en octubre del 2008– para establecer si lo que dicen los testigos e insinuó hace dos meses el Nuevo Herald es cierto: que el narco participó en el complot paramilitar contra la Corte Suprema.

Publicado por el diario El Tiempo
31/5/2009