Los riesgos en el Magdalena Medio para este domingo

      

Violencia política, falta de libertad de expresión y bandas criminales: las amenazas latentes de la región.

Barrancabermeja Los riesgos electorales por violencia en la región del Magdalena Medio no sólo están asociados a los grupos armados ilegales, sino a otros factores como la violencia política que ha imperado en la región y la financiación de campañas. Foto archivo Semana. Foto: archivo Semana.

Silencio. Eso es lo que impera en el Magdalena Medio cuando se trata de indagar sobre los riesgos frente a las elecciones territoriales del próximo domingo 25 de octubre. Esta es una región de 35 municipios entre los departamentos de Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cesar y Santander, bañados por el río Magdalena, que durante tres décadas han soportado la violencia de las guerrillas, de las autodefensas, de los paramilitares y de forma más reciente, de las bandas criminales.

En un informe presentado en agosto de este año a las autoridades y que fue difundido por los medios de comunicación, la Defensoría del Pueblo aclaró que aunque con las negociaciones de paz en La Habana (Cuba) el conflicto ha mermado, las bandas criminales siguen siendo una amenaza. En esto coincide la Misión de Observación Electoral (MOE), quien concluye “que el conflicto disminuye pero no la violencia” tras analizar cinco variables como factores de riesgo: la violencia política, la presencia de grupos armados ilegales, las acciones de estos grupos, el desplazamiento y la violación a la libertad de prensa.

Lea página 37 Mapas de Riesgo Electoral de la MOE

Aunque la MOE señala que los niveles de violencia descendieron respecto a 2011, se incrementaron en relación con 2014, año de las elecciones nacionales. “Si la violencia aumenta en el periodo de 2014 a 2015, en pleno descenso de la intensidad del conflicto, hay fuertes razones para pensar que esto tiene que ver con otro tipo de acciones violentas ejercidas con motivo de las elecciones”, dice este organismo de la sociedad civil, refiriéndose también a la financiación de las campañas, el narcotráfico, el contrabando, la minería ilegal, la trata de personas y el tráfico de armas.

Para el caso del Magdalena Medio, la Defensoría encontró que de los 35 municipios que componen esta región, 14 de ellos, es decir el 40 por ciento, tienen un riesgo medio por razones de violencia. Aunque el organismo del Ministerio Público aclara que no existen evidencias de que los grupos armados ilegales tengan la capacidad para afectar el desarrollo de las elecciones de este domingo, sí representan una amenaza indirecta pues “utilizan el territorio como escenario de disputa, corredor de movilidad o zona de refugio”.

Desde la desmovilización del Bloque Central Bolívar de las Auc en 2006, que tuvo incidencia en esta región, aparecieron las bandas criminales ‘Águilas Negras’, ‘Urabeños’, ‘Paisas’, ‘Botalones’ y ‘Rastrojos’, siendo estos últimos los que tienen mayor presencia en la zona. Sus hombres se financian con el ‘negocio’ de la cocaína que persiste todavía en el sur de Bolívar y que tiene rutas por el noroccidente de Santander y el sur del Cesar con salida hacia Venezuela, según los informes de riesgo y alertas tempranas emitidas por la Defensoría durante los últimos diez años.

Informe Magdalena Medio: ¿Cómo vamos?, de septiembre de 2015, del Observatorio de Paz Integral, de la Corporación Desarrollo y Paz del Magdalena Medio

Coincidencialmente, en esos municipios la MOE advirtió que había riesgo de “trashumancia electoral” en varios de los municipios del Magadalena Medio, situación que fue confirmada por el Consejo Nacional Electoral cuando en septiembre decidió anular por lo menos 44 mil cédulas de personas que aparecen avaladas para votar en un sitio muy distinto al lugar en el que viven.

En el Magdalena Medio hay un panorama nebuloso, cuyo riesgo no sólo está relacionado con la presencia de bandas criminales que aparentemente no afectarían ni incidirían en los comicios, sino con los antecedentes que dejan algunas Alcaldías, cuyos representantes han sido cuestionados o están investigados. El interrogante que queda abierto, en voz de varias personas que conocen la zona y que prefieren guardar su identidad por razones de seguridad, es si habrá una renovación política que permita aterrizar los puntos negociados en La Habana, de prosperar el proceso de paz.