‘El Cura’ que se convirtió de guerrillero a paramilitar

      

Elkin Casarrubia alias ‘el Cura’ un guerrillero del Epl desmovilizado en los 90, se convirtió en paramilitar y a sueldo fue uno de los peores asesinos de las Auc que llevó el terror a ocho regiones del país. Perfil.

Alias ‘El Cura’ (derecha) y sus hombres delinquieron en Córdoba, Antioquia, Guaviare, Meta, Valle del Cauca, Cauca, Quindio y Huila.

‘El Cura’ fue uno de los jefes paramilitares que escogieron los hermanos Castaño para que llevara su barbarie a la regiones que no controlaban, bajo las difusas banderas de la lucha antisubversiva.

Paradójicamente, ‘El Cura’ se ganó la confianza de Carlos y Vicente Castaño por su pasado de once años como guerrillero.

En 1985 ingresó a las filas del Ejército de Liberación Popular (Epl), y pese a que ese grupo guerrillero se desmovilizó en 1991, él y varios hombres volvieron a empuñar las armas ese mismo año.

En una versión libre ante Justicia y Paz, este exguerrillero y exparamilitar contó que esa disidencia del Epl delinquió en Urabá y era conocida como Los Caraballistas. Y que debido a los golpes que las Farc les dieron en agosto de 1996, los rearmados del Epl buscaron contacto con las autodefensas para lograr su desmovilización.

‘El Cura’ dijo que los jefes del grupo, al ver que varios de sus hombres estaban en las autodefensas, decidieron hablar con Carlos Castaño y ‘Gonzalo’ (quien había sido jefe del Epl y se había unido a las Accu) para que pudieran contactar su desmovilización con el Batallón Junín de Montería, Córdoba.

La desmovilización se realizó el 19 de octubre de 1996, cuando 110 hombres del Frente Bernardo Franco dejaron las armas en la finca El Volador, ubicada en Tierralta, Córdoba. Entre ellos se encontraban como jefes ‘El Cura’, Ricardo Martínez y alias ‘Sarley’.

Tras haber dejado las armas, los exjefes guerrilleros y sus hombres fueron enviados a las fincas de los Castaño en Urabá. En una de ellas, Carlos les ofreció que se vincularan a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) para que combatieran a la guerrilla.

57 hombres del desaparecido Frente Bernardo Franco aceptaron el ofrecimiento del máximo jefe de las autodefensas, quienes se vincularon a las Accu por temor y odio a las Farc. Según ‘El Cura’, Castaño les hizo ese ofrecimiento porque eran “comandantes conocedores de esa tierra (Urabá)”.

Allí además de encontrar una causa para combatir a las Farc, los exguerrilleros encontraron que las autodefensas eran atractivas porque, a diferencias de las guerrillas, pagaban salarios, permisos de salida y no vivían escondidos.

Además, señaló que también encontraron protección, no sólo contra las Farc, sino también contra el Ejército, porque “cogía desmovilizados y se los daba a las autodefensas o los legalizaban ellos mismos”.

Los desmovilizados del Epl pasaron a integrar las filas de los diferentes grupos que los Castaño tenían en Córdoba y Antioquia, aunque la mayoría quedó en Urabá.

Durante el primer semestre de 2010, Elkin Casarrubia Posada fue postulado al proceso de Justicia y Paz. Desde entonces es versionado por tres fiscalías de Justicia y Paz encargadas de investigar los crímenes de los bloques Bananero (17), Centauros (5) y Calima (18), respectivamente.

De jefe guerrillero a ‘trotamundos’ paramilitar
En sus primeros días como paramilitar, ‘El Cura’ perteneció al grupo de seguridad de Carlos Castaño y posteriormente al de Salvatore Mancuso.

Sin embargo, como no le gustaba estar en los grupos de seguridad, le dieron un grupo de 50 hombres y los enviaron a Valencia y Tierralta en Córdoba.

Allí estuvo asentado en los límites entre Córdoba y Antioquia hasta enero de 1997, cuando fue regresado a la región del Urabá antioqueño para hacerle frente a las Farc en Currulao, Turbo, Apartadó y otros municipios en los que delinquió con el Bloque Bananero de las Accu. En este departamento estuvo hasta mediados de julio, cuando fue enviado a los Llanos Orientales.

‘El Cura’ hizo parte del grupo de 87 paramilitares que llegaron al departamento de Guaviare en dos aviones militares procedentes de Urabá el 12 de julio de 1997 para cometer la masacre de Mapiripán y con ella la incursión de los ‘paras’ a los Llanos.

Según se ha conocido en varias investigaciones, los paramilitares aterrizaron en dos aeronaves Douglas DC-3 y Antonov 32 al aeropuerto Jorge Enrique González, en San José del Guaviare, ante la presencia de policías y militares, que no hicieron nada para detenerlos.

La misión de ese grupo, que contó con hombres de los Llanos que previamente fueron entrenados en las escuelas de las Accu en Urabá, fue penetrar la región de Mapiripán y supuestamente golpear a la guerrilla de las Farc. Lo hicieron tras aliarse con los grupos paramilitares locales como los Buitrago, los Carranceros y el de alias ‘Pirata’, que ya estaban en Meta, Casanare y parte de Cundinamarca.

Pero lo que se ha demostrado, tras varias investigaciones era que la Casa Castaño se quería apoderar de una región cuya fortaleza era el narcotráfico.

Esa fue la primera demostración de que los Castaño tenían la capacidad de enviar a sus hombres a cualquier rincón del país, bajo el supuesto de combatir a las guerrillas, pero lo que hicieron fue dejar miles de muertos, desplazados y víctimas inocentes.

Ante la Fiscalía 5 de Justicia y Paz, encargada de investigar los crímenes del Bloque Centauros o Los Urabeños -como también se conoció a las Accu en los Llanos-, ‘El Cura’ ha confesado cómo fueron algunas de las masacres en las que participó y dejaron más de cien muertos en cuestión de meses. Algunas de esas masacres son las de Mapiripán, Caño Jabón, Caño Blanco, entre otras.

Capítulo Calima (agosto de 1999 – septiembre de 2004)
Un capítulo que hasta ahora se está conociendo es el del paso de este paramilitar por el Valle del Cauca y Cauca. Según lo contado por el exjefe paramilitar, en julio de 1999 Vicente Castaño lo hizo ir a Urabá desde Meta para decirle que lo iba a enviar al Valle para “reforzar a unos muchachos” y le dio descanso por un mes.

En agosto de 1999, Casarrubia llegó al Valle del Cauca para reforzar al naciente grupo que las Auc estaban montando en esa región. Allí fue el segundo al mando del Bloque Calima hasta su captura en septiembre de 2004, luego de que hubiera delinquido en Cauca, Huila y Quindío.

Durante su primera versión libre ante la Fiscalía 18 de Justicia y Paz, entre el 21 y 22 de febrero de 2011,  alias ‘El Cura’ contó cómo fue su ingreso al Bloque Calima y cómo estaba organizado inicialmente.

Le dieron 20 hombres que fueron entrenados en la escuela Acuarela por alias ‘JL’ y en agosto salió hacia el Valle. Sobre el grupo que armó, a ‘El Cura’ dijo que la mayoría eran de Córdoba y Antioquia; y agregó que cuando las Auc incursionaron por primera vez a una región, por seguridad no reclutaban personas del sector y llevaban a gente entrenada en sus escuelas.

‘El Cura’ llegó a Cartago, en el norte del Valle, en un bus junto con alias ‘El Negro’. Allí fue recogido por unos supuestos trabajadores de Diego León Montoya, alias ‘Don Diego’, quienes lo dejaron en un hotel y le dijeron que el grupo se encontraba en la zona rural de Buga.

En ese entonces el grupo de los Castaño, que posteriormente sería conocido como el Bloque Calima, estaba conformado por 50 hombres que había llegado en julio de 1999. Luego llegaron los 20 de ‘El Cura’, y se quedaron en una finca en el municipio de Zarzal.

Posteriormente, los 70 hombres y sus jefes se reunieron en la finca de Zarzal.

En ese momento el comandante del grupo era Antonio Londoño Jaramillo, alias ‘Rafa Putumayo’, y con mando también estaban alias ‘Román’, alias ‘Marco Gavilán’, alias ‘Caldo Frío’ y él. ‘El Cura’ explicó que ‘Román’ quedó como el coordinador del grupo porque había sido militar, y él fue nombrado segundo operativo de ‘Marco Gavilán’.

Los paramilitares contaron con el apoyo de varios narcotraficantes como alias ‘Don Diego’ y alias ‘Arcángel’ para llegar a la región, además de una persona conocida con el alias de ’90’, al parecer, empleado de León Montoya.

Según reportes judiciales, ‘Don Diego’ era un capo del norte del Valle que se dedicaba al narcotráfico desde inicios de los años 1990, cuando tuvo nexos con Iván Urdinola y Wilber Varela alias ‘Jabón’. Tenía control sobre el centro y norte del Valle, en municipios como Zarzal, Riofrío,Trujillo, Cartago y Tuluá. Le llamaban el señor de la guerra y empezó al lado de los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel de Cali, que hoy cumplen condena en Estados Unidos. Más tarde se asoció con otros capos hasta llegar a controlar el 70 por ciento de la droga que llegaba a Estados Unidos.

‘El Cura’ dijo que Vicente Castaño le comentó que el narcotraficante les iba a surtir armamento y el sostenimiento, pero que ellos no estaban para “cuidarle fincas porque su propósito era combatir a la guerrilla”.

El exjefe paramilitar dijo que en ese encuentro les encomendaron la misión de hacer una “operación” al corregimiento de Barragán, pero que salieran por los lados de Buga para hacer una “operación” en el corregimiento de El Placer. Esa operación resultó ser la primera masacre que cometió el Bloque Calima, la cual ocurrió en la madrugada del 23 de agosto de 1999.

Según contó el postulado, alias ’90’ llevó unos camiones de ‘Don Diego’ y hubo coordinación con la fuerza pública porque no fueron detenidos en la carretera. Al llegar al corregimiento los paramilitares asesinaron a las personas que señalaron sus informantes como colaboradores de la guerrilla, saquearon las casas, dañaron los teléfonos públicos y pintaron grafitis alusivos a las Auc.

Esa masacre, hasta el momento, se ha documentado como la primera que cometieron los hombres de los Castaño en el Valle. En una versión libre colectiva con otros postulados, ‘El Cura’ reconoció su responsabilidad en esta masacre, en la que fueron asesinados cinco campesinos y cientos más se desplazaron por temor a retaliaciones.

Después de esa masacre, los 75 hombres se dividieron en dos grupos, uno bajo el mando de ‘Marcos Gavilán’, y el otro bajo el mando de ‘El Cura’. Por esos días ‘Rafa Putumayo’ se retiró del grupo y fue reemplazado por alias David Hernández Rojas, alias ’39’.

El exjefe paramilitar dijo que, entre octubre y noviembre, viajó a Urabá para rendirle un informe a Carlos Castaño, en el que le dijo que ‘Rafa Putumayo’ casi no iba al monte a revisar los grupos y hacía pocas “operaciones”. Por este motivo, los Castaño deciden enviar a otro de sus hombres: Ever Veloza, alias ‘HH’.

‘HH’ llega a la región a mediados del año 2000 y asume el mando del Bloque Calima, decide que El Cura será su segundo al mando y jefe militar del Bloque.

Pese a que la mayoría de los paramilitares que pertenecieron al Bloque Calima fueron entrenados en Urabá, ‘El Cura’ instaló centros de entrenamiento en Valle y Cauca para reentrenar a sus hombres. Entre los sitios en los que mencionó en el Valle se encuentran La Sonora, Naranjal, El Darién, La Buitrera y San Miguel en Cauca. Los entrenamientos eran realizados cada seis meses y duraban entre dos y cuatro semanas.

El exjefe paramilitar dijo que en ellos participaban tanto urbanos como patrulleros y que por jornada se entrenaban entre 50 y 150 hombres. A esos entrenamientos asistía alguno de los jefes políticos del Bloque para que los adiestrara ideológicamente y les recordara los estatutos de las Auc.

Sobre las armas, ‘El Cura’ dijo que además delas armas que recibieron de ‘Don Diego’, también les llegaba armamento por Urabá y Buenaventura. “Entraban armas de manera permanente. Por Buenaventura entraban armas para otros bloques. En Urabá el encargado era Megateo y en Buenaventura ‘El Mocho’ y ‘El Fino’”, señaló.

‘El Cura’ dijo que la mayoría de ingresos económicos que tuvo el Bloque fueron por el gramaje al narcotráfico. Las finanzas “se concentraron en  Buenaventura por el impuesto que recibía ‘El Mocho’ por la droga”, indicó. Sobre parapolítica en Valle y Cauca, el exjefe paramilitar dijo que nunca estuvo en reuniones políticas y que los encargados de los contactos con los dirigentes eran ‘Fernando Político’, ‘Sarley’ y ‘HH’.

El exjefe paramilitar dijo que hubo varias ocasiones en las que los paramilitares coordinaron con la fuerza pública para poder cometer sus crímenes. Algunas “coordinaciones” fueron para pasar sus tropas de un departamento a otro sin ser detectadas, como mencionó en la masacre de Barragán en diciembre de 2000, cuando trasladaron a sus hombres de Cauca a Valle, o en la masacre de El Naya, cuando enviaron cientos de paramilitares desde el centro del Valle al norte de Cauca.

También mencionó algunos casos en los que supuestamente las Auc recibieron apoyo del Ejército cuando estaban combatiendo la guerrilla. Uno de ellos ocurrió en julio de 2000 entre Timba y La Rivera, cuando “un avión nos prestó apoyo aéreo: rafageó la zona donde estaba la guerrilla”, indicó.

Igualmente, ese presunto apoyo se presentó en las ciudades, en donde los paramilitares lograron infiltrar algunas instituciones como la Policía, el DAS, la Sijín, el CTI, entre otras. “En todos los pueblos donde habían urbanos se coordinaba”, dijo ‘El Cura’ y agregó que los nombres de sus colaboradores los tenían los coordinadores de cada zona.

Próximamente este perfil se actualizará con la información de otras regiones en las que delinquió el postulado y sobre las audiencias que rinda en diferentes despachos judiciales.

La justicia tendrá que investigar la veracidad de las afirmaciones del postulado.