La decadencia de las Farc

      
Después de la muerte del ‘Mono Jojoy’, a las Farc les queda apenas un puñado de jefes históricos. De sus mandos medios entrenados y experimentados han perdido 1.300, según fuentes oficiales. Por eso los nuevos jefes se alian fácilmente con narcotraficantes o incluso, paramilitares.



Informe completo de la FIP sobre los mandos medios de las Farc.
– Los fusilados de las Farc
Las Farc por dentro
El descontrol de las Farc

Según el estudio de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) publicado esta semana, para que la guerrilla reemplace los puestos de estos desmovilizados, va a tener que recurrir a combatientes con poca experiencia militar, una pobre formación política y con altas probabilidades de aliarse con ‘narcos’ y bandas criminales.

El peligro es que la guerra se empantane aún más, como se ha visto en Córdoba o Nariño, donde las Farc han hecho pactos con herederos de los paramilitares y carteles de la droga.

La FIP advierte que de esta manera los guerrilleros se pueden volver más incontrolables, más interesados en conseguir recursos para su beneficio, que para buscar resultados políticos y eso, dice el estudio, complica futuras negociaciones y perpetua y degrada la guerra.

Según la FIP, algunos frentes de las Farc y del ELN pueden terminar como los grupos criminales que se derivaron de la desmovilización de las Auc, con los que el gobierno no ha logrado tener una estrategia clara para combatirlos y someterlos.

Por eso la desmovilización de cerca de 1300 mandos medios de las Farc en estos últimos siete años, según el Ministerio de Defensa, es  tan importante. La tendencia, que está al alza, según la Fundación Ideas para la Paz (FIP) puede reconfigurar el conflicto (Descargue el informe completo).

La guerrilla y Justicia y Paz
Otro problema resaltado por el informe de la FIP es que hay que incluir a estos desmovilizados en la Ley de Justicia y Paz. Gerson Arias, coautor de la investigación, dijo: “Es necesario hacerle un zoom al tema. Tenemos 23 mil desmovilizados individuales. ¿Hemos aplicado el mismo rasero de verdad, justicia y reparación y no repetición que aplicamos a los ‘paras'”.

Además, explicó Arias, que el 70 por ciento de los desmovilizados de esa organización lo hicieron después del 25 de julio de 2007, “es decir, siguieron delinquiendo después de la entrada en vigencia de la ley. ¿Qué pasa? Hay una incertidumbre jurídica y una alta probabilidad de ir a la cárcel”.

Una de las consecuencias de no tener un marco jurídico claro para las Farc, que garantice su reintegración y los derechos de las víctimas, es una posible disminución de las desmovilizaciones individuales. Para reflejar esto, Arias citó como ejemplo el caso de alias ‘Julio Mostro’, segundo comandante del frente 10 de las Farc.

“Después de una gran estrategia para que se desmovilizara (convencerlo, movilizar a su familia) él se viene a Bogotá y antes de presentarse oficialmente al proceso se entera que tiene órdenes de captura, llevaba más de 20 años en las Farc y se va porque la cárcel no le sirve”, explicó Arias.

Deserción de mandos medios: un golpe estratégico
El centro de estudios sin embargo subraya que la deserción de mandos medios de las Farc y el ELN son esenciales para la fuerza pública.

Gracias a esto, el Ejército ha conocido cómo funciona la guerrilla por dentro, las estrategias que están aplicando y cuáles son sus puntos fuertes y débiles.

El estudio cita varios casos donde la entrega de  estos guerrilleros permitieron nuevas capturas, ubicación de caletas de armas y droga o dónde están los bloques y sus campamentos. El abandono de mandos medios le da además una ventaja estratégica al Ejército, analiza la FIP, pues le quita a la guerrilla una enorme capacidad operativa.

Las razones de la fuga
La FIP entrevistó a 28 mandos medios de las Farc, que delinquían en Antioquia, la Costa Caribe, los Llanos y Nariño.

La primera causa que los empujó a rendirse es el deterioro ideológico de una guerrilla que, según dicen, está cada vez más conectada al narcotráfico.

Hay además un cambio interno en la guerrilla, donde muchos combatientes sienten que ya no hay comunicación con los cabecillas, lo que se refleja en malos tratos, relaciones inexistentes y cansancio por la vida en el monte.

Otro aspecto que los ha motivado a desertar ha sido las ganas de volver a ver a sus familias. El régimen disciplinario en las Farc obliga los cambatientes a cortar las relaciones con sus familias.

Por último es importante la confianza que le dan los mandos medios entrevistados a la experiencia de otros desmovilizados, como Wilson Bueno Largo, alias ‘Isaza’, quien se escapó en 2008 junto al ex congresista Oscar Tulio Lizcano y ahora estudia en Francia.