Las Farc por dentro

      
En los últimos cuatro años las autoridades le han decomisado más de 50 computadores a la guerrilla. SEMANA tuvo acceso a la mayoría de ellos, en donde queda en evidencia la crítica situación militar, sicológica y económica por la que atraviesan.

Los años maravillosos. Estos fotos fueron encontradas hace dos años en un campamento del Los Llanos del Yarí. En ella se observa a ‘Andrés París’, integrante del frente internacional de las Farc durante la época del despeje del Caguán cuando esa guerrilla no tenía de qué preocuparse y sus comandantes se daban lujos inimaginables hoy en día.

“Los secretos de las Farc se han perdido”. Esta fue una de las ultimas frases de Manuel Marulanda Vélez, alias ‘Tirofijo’, que estaba en una extensa carta escrita por el fundador de esa guerrilla, leída por el ‘Mono Jojoy’ ante un grupo de combatientes. El fundador de las Farc se refería a las graves consecuencias que tendría para ellos la incautación de varios computadores en el campamento de ‘Raúl Reyes’ durante la operación de la Policía el primero de marzo de 2008 en la que murió el segundo al mando de ese grupo. Lo que no sabía el octogenario jefe guerrillero es que si bien los PC de ‘Reyes’ efectivamente pueden ser considerados la “joya de la corona” por el volumen de la información que contienen, esos no son los únicos computadores con grandes secretos de las Farc que han terminado en manos de las autoridades. En los portátiles de ‘Reyes’ existe invaluable información, parte de la cual ha sido conocida por la opinión pública, en la que se devela desde planes terroristas, vínculos con narcos y traficantes de armas hasta alianzas y apoyo de gobiernos extranjeros. Pero la realidad es que el tesoro informático que ya había caído en manos de las autoridades en los últimos cinco años, es tanto o más impactante.

Tan sólo entre 2005 y 2009 han sido incautados en diferentes lugares del país 42 PC y más de un centenar de elementos de almacenamiento de información, entre USB, discos extraíbles y memorias portátiles, entre otros. La cantidad de datos almacenados en todos estos aparatos alcanza 4,7 teras de información. SEMANA tuvo acceso a la mayoría de esos computadores y es claro que su importancia radica no sólo en la cantidad de datos que contienen, sino en lo reveladores que son. Centenares de homicidios, reclutamiento forzoso y abusos de menores de edad, narcotráfico, un marcado debilitamiento militar y una espantosa campaña de asesinatos en las propias filas hacen parte de hechos documentados por las propias Farc.

Todo esto se ha conocido debido a que, irónicamente, los avances en la tecnología se convirtieron en el peor enemigo de los secretos mejor custodiados por las Farc. Ante la presión de la fuerza pública y el aumento de operaciones en gran parte del territorio, los comandantes y los diferentes frentes de las Farc compensaron esa dificultad para movilizarse a reuniones y acudieron al intercambio de datos e información por Internet.

Desde la seguridad que les brindaba estar escondidos en la espesura de las selvas, los comandantes guerrilleros acudieron a módems y otros medios que les permitían continuar en contacto. Usando sistemas de encriptación de datos, la estrategia de comunicarse desde la jungla les funcionó durante algún tiempo. Confiados en esto entablaron una fluida información y empezaron a almacenar y cruzar todo tipo datos entre los integrantes de la organización. Pero no contaban los subversivos con el cambio en la estrategia para combatir a la guerrilla por parte de las fuerzas militares y la Policía, que empezaron a llegar hasta los campamentos en los recónditos lugares en donde estaban los comandantes. Y sus computadores.

Uno de los primeros grandes hallazgos de información clave ocurrió en 2004, cuando en una operación tipo comando cerca de Cartagena del Chairá, Caquetá, fue capturada la jefe de finanzas del Bloque Sur, Nayibe Rojas, alias ‘Sonia’. A la subversiva le encontraron un computador portátil en donde llevaba una detallada relación de todos los negocios de narcotráfico de esa estructura de las Farc. Testaferros, socios, bienes y cuentas bancarias en Colombia y el exterior hacían parte del material que guardaba la subversiva, lo cual permitió combatir parte de esas estructuras mafiosas de las Farc.

Desde ese año, pero especialmente entre 2007 y 2009, las operaciones contra importantes comandantes en todo el país se intensificaron (ver mapa). Y con ellas también el decomiso de computadores y elementos informáticos en donde propios integrantes de las Farc dejan consignados secretos escabrosos que nunca pensaron que serían conocidos y que permiten hacer una radiografía verdadera de ese grupo. La información está en miles de correos electrónicos, documentos en Word y Excel, informes secretos, manuales, videos y millones de fotografías en donde es evidente, incluso para los propios guerrilleros, la acelerada descomposición interna y los duros golpes que vienen recibiendo.

El mundo de las Farc? La mayoría de la información que contienen los computadores decomisados abarca especialmente la última década, aunque en varios de ellos hay centenares de documentos y fotos históricas de las Farc en los años 60,70 y 80. Sin embargo, el material gráfico da una clara idea de golpes, dificultades y la degradación que ese grupo ha sufrido en los últimos años. Prueba de esto se ve en los tres PC y las 42 memorias USB decomisados al comandante del frente 43, Gener García, en septiembre de 2008. Conocido con el alias de ‘Jhon 40’, es el jefe de una de las estructuras más vinculadas al narcotráfico, la cual actúa en el oriente del país. Las fotos y los documentos que tenían sus portátiles evidencian que su perfil era más ajustado al de un ‘traqueto’ típico que al de un “revolucionario”. Hasta hace poco gastaba millones de pesos en excentricidades mafiosas tales como comprar costosos caballos y perros de raza, grabar discos de narcocorridos y costear lujosos trajes para él y su banda de música.

En varios documentos de Excel con su contabilidad también están detallados 122 millones de pesos que el subversivo gastó entre 2006 y 2007 para costear tiquetes aéreos para prostitutas que hacía llevar desde Antioquia y el Eje cafetero hasta sus campamentos en diferentes zonas de La Macarena. En la relación de gastos también hay registros del pago de cirugías estéticas para algunas de sus mujeres. “Preocupado por la situación del frente… los gastos extravagantes dejaron huella en el subconsciente de las masas y por supuesto de los guerrilleros y dela jefatura que se formó al calor de esas actividades. Los casos de la traída (y los gastos que eso implica) de mujeres modelos o no, es una debilidad, una falta de uno autodisciplinarse, un socavamiento moral de las unidades. Una debilidad no invalida toda una vida de lucha pero sí la mancha. La orfandad de Manuel (‘Tirofijo’) debe ser llevada en cada unidad fariana con los valores que inculcó y uno de ellos es la austeridad. Es necesario una autocrítica suya que refleje un rompimiento con esa parte de su pasado”. Este es uno de los correos que recibió ‘Jhon 40’ el 26 de julio de 2008 de parte del Secretariado en el que en un tono bastante paternal, por tratarse de un comandante, le hacen un cordial llamado a corregir sus “excesos”.

Lo que resulta irónico es que en esos mismos computadores está documentado que mientras por un lado gastaba millones de pesos “de la revolución” en trago y mujeres, por esas mismas razones ordenó en muchos de los llamados consejos de guerra drásticas sanciones, e incluso fusilamientos, a guerrilleros bajo sus órdenes por “faltas” como “es muy borracho, y cuando está borracho habla mucho y puede poner en peligro la organización”. Otros fueron fusilados por “robarse una panela” o “desperdiciar la comida”, según se lee en los veredictos de los consejos de guerra (ver documento). Esa doble moral y la diferencia entre los privilegios de los comandantes y sus combatientes no eran exclusivas del frente 43, ni de ‘Jhon 40’.

En otro computador incautado en 2007 durante una operación en los Llanos Orientales contra el campamento de alias ‘Kunta Kinte’, jefe de una columna en los Llanos del Yarí, hay reveladoras fotos de Jesús Emilio Carvajalino, alias ‘Andrés París’, integrante de la Comisión internacional de las Farc. En las imágenes se observa al subversivo durante alguna visita al país en varias fiestas en la selva y en comprometedoras imágenes con varias mujeres, incluidas algunas niñas, cuyas fotos SEMANA se abstiene de publicar por tratarse de menores de edad. También hay centenares de imágenes y videos de varias fiestas en diferentes campamentos en donde abunda el licor y hay decenas de guerrilleros que aparecen completamente borrachos. Hombres y mujeres con disfraces también hacen parte de esas jornadas en los campos guerrilleros.

Esa permanente falta de disciplina es algo que, de acuerdo con el contenido de los computadores de varios comandantes, no ocurre sólo en frentes aislados en el oriente del país. Y eso es algo de lo cual eran conscientes, y tenía seriamente preocupados, a algunos comandantes. “Nuestro talón de Aquiles es la débil formación de los mandos medios e incluso de miembros de estados mayores de los frentes (…). Más que los méritos del enemigo, esta es la causa de la gran mayoría de los golpes que hemos recibido. Falta don de mando con carácter. Nos hace falta crear una escuela para formación de mandos con rescate de la doctrina fariana…Las relaciones entre los propios mandos y entre estos y los guerrilleros deben ser replanteadas. Se ve mucha flojera, compinchería, alcahuetería, amiguismo. Hay que promover la renovación y hacer un esfuerzo para incorporar gente nueva”. Este es un aparte de uno de los correos encontrados en el computador de Manuel de Jesús Muñoz, alias ‘Iván Ríos’, jefe del Bloque José María Córdoba, asesinado por su escolta en marzo de 2008, en el cual el subversivo describe parte de la crisis interna.

Muertos por sospecha
Con ese argumento de frenar la indisciplina, la falta de control y “renovar” combatientes, ‘Ríos’ desencadenó una verdadera masacre entre los propios integrantes de su Bloque, compuesto por cuatro frentes. En su computador existen los registros de cerca de 300 consejos de guerra realizados entre 2005 y 2007, los cuales terminaron con el fusilamiento de igual número de guerrilleros. “Desmoralización insuperable” y acusaciones de ser infiltrados de los paramilitares o el Ejército son los cargos más comunes con loscuales justificaba los asesinatos. El cerco militar al que estuvo sometido ‘Ríos’ también lo llevó a extremos increíbles de paranoia que terminaron con la muerte de guerrilleros antiguos que llevaban años con él. Esas “bajas” eran compensadas con el reclutamiento forzoso de jóvenes. En su PC hay centenares de fotografías de esos nuevos guerrilleros, los cuales, en su mayoría eran niñas menores de edad.

‘Ríos’ no fue el único que aplicó una política de exterminio. De hecho, a medida que aumentaba la presión militar en todo el país, varios jefes guerrilleros también acudieron a indiscriminadas purgas internas. Uno de ellos fue Jorge Briceño, alias ‘Mono Jojoy’, jefe del Bloque Oriental. “En lo que va corrido del año han desertado 112, se capturaron 33, se les hizo consejo de guerra y salieron fusilados 22. Más 6 que en la persecución se dieron de baja. Se entregaron al enemigo26 con 23 fusiles, 14 pistolas y 260 millones de pesos. Hace 15 días murió el camarada Omar Laguna, era del Estado Mayor del frente 43. Les va mi abrazo. Jorge”. Este mensaje es uno de los muchos encontrados en el computador de Juan Felipe Rizo, alias ‘Jurga Jurga’, comandante del frente 10 que murió en una operación en Arauca el 28 de julio de 2008. Al igual que muchos jefes del Bloque Oriental, en su portátil guardaba copia de comunicados, órdenes y partes de guerra enviados por ‘Jojoy’ a sus hombres.

“El año pasado en dos jornadas muy intensas, en la columna del Catatumbo se descubrieron y juzgaron redes enemigas infiltradas con 20 unidades en total. Uno de los jefes alcanzó a desertar. Edilson 39, tercero al mando, desertó con la mujer y el cuñado. Robó dinero de una retención que acababa de recibir. Hace un mes se fusiló por infiltrada a Sandra del 8 Frente”. Este es otro de los apartes de un correo enviado por Alfonso Cano el 6 de febrero a varios comandantes, en el que les comenta sobre las purgas internas. El documento fue hallado entre la información del computador de ‘Felipe Rincón’, miembro del Estado Mayor Central, quien murió en una operación el pasado 29 de octubre.

Nadie se salva
Documentos con descripciones detalladas sobre los guerrilleros que han sido asesinados, en muchos casos por simple sospecha, abundan en casi todos los computadores incautados. De esa frialdad y facilidad con la que se ordenan esos crímenes no se escapan ni siquiera los menores de edad. En los computadores del abatido jefe del frente 35, Aycardo Agudelo, alias el ‘Paisa’, y de Arquímedes Muñoz, alias ‘Jerónimo’, jefe del Comando Conjunto Central, existen centenares de fotografías de los menores de edad que fueron reclutados por esas estructuras.

En los PC incautados se puede observan los formatos de hoja de vida diseñados por las Farc en donde no sólo están los datos con la edad real de los niños reclutados, sino los de sus padres y hermanos, como una medida disuasiva por si intentan desertar. En esos mismos formatos están las irracionales sanciones a las que son sometidos los menores. Por quedarse dormida durante una guardia, Yuri, una recluta del frente 58 de escasos 13 años de edad, fue obligada hacer trincheras durante dos meses, transportar “100 cargas de leña” durante tres meses y hacer 50 huecos para basura. Sneider, otro menor, no contó con la misma suerte. En abril del año pasado fue convocado a un consejo de guerra del frente 48. Estaba acusado de “desmoralización”, “grupismo”, “robo a la población” e “intento de deserción”. De los 40 guerrilleros que hacían parte del “jurado”, 39 votaron por fusilarlo, sin importar sus escasos 15 años de edad.

Pero si todo lo anterior deja en evidencia el decadente panorama de las Farc, en el campo militar los resultados no son nada alentadores. En todos los computadores incautados hay reportes de deserciones permanentes. Los partes de guerra de los diferentes frentes evidencian un alto número de muertos y heridos en combate. Documentos del frente 35, por ejemplo, dejan ver cómo esa estructura llegó a contar con 300 integrantes hace ocho años y, según el reporte de su comandante, para comienzos de 2008 sólo tenía 44 integrantes.

Analizar toda la información que ha caído en manos de las autoridades tomará años. Sin embargo, aunque aún falta mucho, la realidad de las Farc, hoy día, descrita por ellos mismos, evidencia un panorama poco alentador para la guerrilla más vieja del mundo.

Publicado en Semana, edición 1439 – 28/11/09