Después de pedir durante años que los dejaran participar en la mesa de diálogos entre el gobierno nacional y las Farc para expresar sus inquietudes y plantear sus propuestas frente al proceso de paz, una comitiva de líderes afros e indígenas participará en las conversaciones en Cuba.
Justo cuando las delegaciones del gobierno nacional y la guerrilla de las Farc se aprestan para acordar el último punto de la agenda de negociación, el de implementación de los acuerdos, diez miembros de las comunidades negras, diez de las comunidades indígenas y dos de las comunidades Rrom, se sentarán este domingo y el próximo lunes a dialogar con los negociadores en Cuba.
Ese encuentro no ha sido fácil. Casi desde que comenzaron las negociaciones en La Habana, las comunidades étnicas pidieron ser tenidas en cuenta, pero no fue posible. Sólo hasta el pasado 2 de junio, las delegaciones les dieron luz verde y emitieron un comunicado conjunto en el que indicaron que “los próximos 20 y 21 de junio recibiremos en la Mesa de Conversaciones los aportes y propuestas de estas comunidades que servirán de insumo en el marco del punto 6 de la Agenda del Acuerdo General: “implementación, verificación y refrendación”.
Sin embargo, la reunión se aplazó hasta esta semana porque el inicio del anterior ciclo de negociaciones, que estaba programado para el 18 de junio, se retrasó dos días, tiempo en el que el presidente Juan Manuel Santos se reunió con su equipo negociador para revisar y ajustar los últimos avances de la agenda.
En los siguientes días, los negociadores anunciaron que llegaron a un acuerdo para el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, así como dejación de armas de las Farc, rubricados el pasado jueves ante la mirada de delegados de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de cinco jefes de Estado. Además, laguerrilla aceptó que se acuda al plebiscito que ha impulsado el gobierno para que los colombianos refrenden los acuerdos alcanzados en la isla caribeña. (Leer más en: Negociación con las Farc, en la recta final)
Por esa razón se reprogramó la visita de los representantes de las comunidades étnicas para este 26 y 27 de junio. Sin embargo, su viaje tuvo varias turbulencias en los días previos y los delegados de sus organizaciones más representativas se negaron varias ocasiones en viajar a La Habana porque no estaban de acuerdo con la manera en que se escogieron a los voceros y la metodología que se implementaría durante el encuentro.
En La Habana se decidió que cinco delegados de los indígenas serían escogidos por los negociadores y los cinco restantes por las organizaciones que hacen parte de la Mesa Permanente de Concertación Indígena, en donde tienen asiento la Onic, la Opiac, la SIT, la Aico y Gobierno Mayor; en tanto, los afrodescendientes elegirían a sus cuatro delegados del Espacio Nacional de Consulta Previa, y los negociadores a los seis restantes; y los dos miembros del pueblo Rrom fueron seleccionados por sus representantes en la Comisión Nacional de Diálogo.
Los primeros en bajarse del avión fueron los miembros del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (Conpa) que agrupa a nueve redes de organizaciones negras del país y por lo tanto es su movimiento más grande. Además, ese consejo hizo un fuerte lobby internacional en favor de la inclusión de los pueblos étnicos en la Mesa de Diálogos, que produjo pronunciamientos a favor de varios congresistas de Estados Unidos, del presidente Barack Obama y del Delegado para los Derechos Humanos de la ONU.
Marino Córdoba, vocero internacional de Conpa, le explicó a VerdadAbierta.com que inicialmente se negaron a viajar porque pese a ser el movimiento afro más grande del país, tan sólo les asignaron un delegado y los restantes quedaron en manos de otras organizaciones del Espacio Nacional de Consulta Previa. El pasado 19 de junio los miembros del espacio de consulta previa desistieron de acudir a La Habana y sus cupos fueron ocupados por miembros del Conpa.
Entre tanto, sólo hasta el pasado viernes los miembros de la Mesa Permanente de Concertación Indígena se animaron a asistir a La Habana, porque se negaban a la metodología y a que la vocería de su pueblo se mezclara con la de las organizaciones elegidas por los negociadores de paz. Un líder indígena nacional, que pidió mantener la reserva de su identidad, le dijo a VerdadAbierta.com que los otros delegados no representan el proceso histórico de sus pueblos: “Nosotros no vamos a permitir que nos impongan una vocería conjunta y una metodología, nosotros tenemos nuestra autonomía y no dependemos de la agenda que nos imponga la guerrilla o el gobierno desde La Habana”.
Sin embargo, cambiaron deparecer ante la insistencia de los negociadores para que se reunieran con ellos, pero, sobre todo, por la firma del acuerdo de cese al fuego y dejación de armas de las Farc. “Fue un acto sin precedentes y es un gesto que valoramos de la mayor importancia. Además, también valoramos que no se hayan escogido nuestros resguardos como parte de las zonas transitorias de ubicación de las Farc. Por eso y pese a las inconformidades de que nos convocaran sólo hasta este momento, vamos a sentar nuestra posición política y a exigirles que se respeten nuestros derechos”, le dijo a VerdadAbierta.com Luis Fernando Arias, consejero mayor de la Onic.
De esta manera, los representantes de las organizaciones étnicas más grandes del país se reunirán este domingo y este lunes en La Habana. El primer día el encuentro será con los indígenas y el siguiente con los afros.
La agenda étnica
Los miembros de la Mesa Permanente de Concertación Indígena y del Conpa se han reunido en un espacio que denominan como Comisión Étnica de Paz durante varias ocasiones para analizar los acuerdos alcanzados entre el gobierno y la guerrilla. Por esa razón, pese a que cada delegación llegará con sus propias propuestas e inquietudes, tienen muchos puntos en común.
A raíz de que aterrizarán en La Habana con cinco de los seis puntos agenda de negociación acordados casi en su totalidad, los delegados afro e indígenas pedirán que se creen unas salvaguardas para proteger los derechos y los territorios que lograron a través de la Constitución Política de 1991.
Arias señala que esa fórmula es necesaria para garantizar la tranquilidad de las comunidades ante la implementación de lo pactado con las Farc: “Por ejemplo, que se establezca que en ningún caso la implementación de los acuerdos de La Habana significará el retroceso o el desconocimiento de los derechos adquiridos por los pueblos indígenas; que se respetará la integridad social, cultural y política de los pueblos”.
En ese mismo sentido se pronuncia Córdoba, quien recalca la importancia de las salvaguardas, puesto que el Acuerdo Final sería elevado a la categoría de Acuerdo Especial Humanitario y entraría al bloque de constitucionalidad del país.
“Los acuerdos van a tener un alcance de tratado internacional, es decir que no pueden ser modificados; como queden se van a implementar y hay que respetarlos en ese sentido. Si afectan derechos de la gente negra, van a tener implicaciones graves puesto no habrá cómo demandar o impedir que se realicen”, reitera.
Además de las salvaguardas, los líderes comunitarios plantearán la necesidad de crear una subcomisión étnica, similar a la que existe de mujeres y género, para evaluar cuáles son los puntos sensibles de los acuerdos que pueden afectarlos. “Vamos a proponer la instalación inmediata de una comisión técnica que de manera conjunta con el gobierno y las Farc revise punto a punto qué implicaciones pueden tener los acuerdos para el ejercicio de autonomía territorial, cultural y social de los pueblos indígenas”, explicó un líder de la Onic.
Al respecto, el vocero del Conpa advierte que “hay una serie de factores que son lesivos para la gente negra y en ese sentido hemos dicho que si no se analizan y no se consideran ahora, en la fase del posconflicto se pueden generar mayores conflictos porque la gente no se va a dejar quitar derechos, autonomía y participación, la gente va a seguir luchando por eso”.
Otro común denominador entre afros e indígenas es la consulta previa. Ambos coinciden en que a pesar de que el Acuerdo Final sea refrendado por la vía del plebiscito, éste o algunos de sus apartes deben ser consultados para la implementación en sus comunidades.
“Es importante instalar un cuerpo técnico entre las partes para identificar qué puntos son tan sensibles, que requieran de consulta. Somos conscientes de que todo el proceso no se tiene que consultar, pero puede haber elementos que si no se consultan o no tienen la partición de los pueblos étnicos, puede generar problemas. Si nos han desplazado en la guerra, esperamos que no nos pase lo mismo con imposiciones del proceso de paz”, indica el vocero de la Onic que pidió mantener la reserva de su identidad.
Por otro lado, Córdoba plantea que será complicado que las comunidades salgan a refrendar los acuerdos de La Habana si no se ven reflejadas en ellos: “Si no nos sentimos plenamente representados, va a ser muy difícil que nuestra gente salga a refrendar. No quiere decir que la gente se oponga a la paz, pero si no estamos allí, cómo hacemos. Esa es una gran pregunta al gobierno nacional, que cree que es muy fácil avanzar en unos acuerdos que no han contado con la participación de los pueblos étnicos”.
Además de propuestas, los delegados también plantearán las inquietudes que tienen sobre algunos temas puntuales que pueden afectar la autonomía que ejercen en sus territorios.
Descartada la instalación de zonas de concentración para la desmovilización de las Farc cerca de resguardos y de consejos comunitarios, la gran preocupación que tienen es qué va pasar con los miembros de sus comunidades que dejarán las armas. Al respecto, Arias señala que el pasado jueves se habló de la dejación de armas en el acuerdo de cese al fuego bilateral, pero que no se mencionó a los excombatientes: ¿Los desmovilizados pasarán a la Jurisdicción Especial de Paz o serán juzgados por las normas tradicionales que plantea la Jurisdicción Especial Indígena?
“¿Qué va a pasar con los reinsertados que son gente negra? Cuando vuelvan a los consejos, donde hay autoridades tradicionales reconocidas, ¿se someterán a ellas o van a seguir obedeciendo a la guerrilla? Si es lo segundo, uno sabe que la guerrilla tiene su visión política, que respetamos, pero en términos de autonomía va a tener dificultades con las comunidades afrocolombianas”, advierte el vocero del Conpa.
Otros puntos sobre los que tienen inquietudes son los de sustitución de cultivos de uso ilícito, el de reparación de víctimas, el de desarrollo agrario y el de participación política. Con este viaje los delegados esperan proteger los derechos que han conseguido tras siglos de resistencia y buscan que la implementación de los acuerdos de La Habana les permita vivir en paz tras soportar por décadas los rigores de la guerra y que no se generen nuevos conflictos por no ser escuchados.