Mientras cualquier criminal intenta ocultar sus crímenes, dos ex jefes paramilitares se disputan la autoría del asesinato de un personero en el Carmen de Viboral en 1996. La fiscal no sabe a quién creerle.
En breve: durante las audiencias realizadas entre los días 28 y 30 de septiembre alias ‘Robert’ o ‘La Marrana’ se responsabilizó del asesinato del personero de Carmen de Viboral, Helí Gómez Osorio.
Crímenes que se atribuye: El asesinato de Helí Gómez Osorio el 26 de noviembre de 1996. Paramilitares mencionados: ‘Longaniza’, ‘Guardiolo’ y ‘Ballena’, Vicente Castaño y Ramón Isaza |
El ex jefe paramilitar Ramón Isaza aseguró que él fue quien ordenó matar a Helí Gómez Osorio. |
Desconcertada, así se encuentra la Fiscalía General de la Nación al establecer que los paramilitares Ramón Isaza, de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (Acmm), y Ricardo López Lora, de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu), se responsabilizaron cada uno por su lado del asesinato del Personero de Carmen de Viboral, Helí Gómez Osorio, ocurrido el 26 de noviembre de 1996 en esa localidad del Oriente antioqueño.
De acuerdo con los registros de la época, Gómez Osorio, de 33 años, fue acribillado a las 7 de la noche por tres hombres antes de llegar a la Casa de la Cultura, donde se reuniría con varios concejales de la localidad. El funcionario llevaba dos años en el cargo.
La contradicción sobre la autoría de su muerte surgió cuando el paramilitar Ricardo López Lora, conocido con los alias de ‘La Marrana’ y ‘Robert’, y postulado del bloque Bananero de las Accu, aceptó ante la Fiscalía 17 de Justicia y Paz que bajo su mando se asesinó al Personero Gómez Osorio luego de recibir una orden de Vicente Castaño Gil.
“Él me dijo que ese personero era un aliado de esa guerrilla, que les llevaba remesas, se reunía con ellos, era su ideólogo”, confesó el ex paramilitar durante las audiencias realizadas entre el 28 y 30 de septiembre de este año. La versión la ratificó el pasado 29 de octubre, cuando la Fiscalía le solicitó nuevamente referirse al tema y ampliar los detalles del homicidio.
“En la versión anterior yo confesé mi responsabilidad en ese homicidio”, aclaró el paramilitar. De acuerdo con López Lora, el asesinato del Personero Gómez Osorio fue perpetrado por tres muchachos bajo su mando, a quienes solamente identificó con los alias de ‘Longaniza’, ‘Guardiolo’ y ‘Ballena’.
“Ellos se movilizaban en un Renault Cuatro, de color verde, de propiedad de Orlando, un muchacho que pertenecía las Accu y que estaba también bajo mi mando. Así fue que llegaron al municipio del Carmen de Viboral. Ese día del 26 de noviembre se estacionaron cerca de la Alcaldía a la espera del Personero. Cuando él salió hacia la Casa de la Cultura, los muchachos le dieron muerte”, narró López Lora.
El postulado de las Accu reiteró que Gómez Osorio fue asesinado porque, según Vicente Castaño, quien estaba al mando de las Accu, el funcionario estaba “trabajando” con el frente Carlos Alirio Buitrago, del Eln. “Él le pasaba información a ese grupo sobre todo lo que ocurría en el municipio”, indicó el paramilitar.
Este mando paramilitar, quien fue trasladado del Urabá al Oriente antioqueño a mediados de 1995 por orden de Vicente Castaño, insistió que esa muerte fue perpetrada por el grupo bajo su mando. “Yo estoy aclarando ese hecho y me responsabilizo de esa operación”, puntualizó y dijo desconocer las razones por las cuales el comandante de las Acmm, Ramón Isaza, se está responsabilizando de ese homicidio.
“Insisto: lo cometimos los de las Accu”, volvió a decir López Lora y agregó que entre 1995 y el 23 de enero de 1998, cuando fue capturado, nunca operó en esa subregión de Antioquia con hombres de Ramón Isaza. “Nosotros mismos hacíamos nuestros asesinatos y nuestras operaciones”.
Pero otra es la versión que tiene la Fiscalía Delegada ante el Tribunal Superior de Distrito de la Unidad Nacional de Justicia y Paz. En su escrito de formulación de cargos contra Ramón Isaza, fechado en Bogotá el 31 de julio de 2009, le fue imputada la muerte del Personero Gómez Osorio.
El cargo por ese homicidio se sustentó en las razones que tuvo la Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de la Fiscalía General de la Nación para proferir el 30 de abril de 2003 medida de aseguramiento de detención preventiva sin derecho de excarcelación contra Ramón Isaza. En esa ocasión se dijo que esa muerte se explicaba “por cuanto el funcionario venía protestando y había denunciado los hechos ocurridos en la vereda La Esperanza de dicho municipio (Carmen de Viboral)”.
El personero Gómez Osorio adelantaba una investigación por la desaparición de 18 personas ocurrida entre los meses de junio y julio de 1996 en la vereda La Esperanza. Sus pronunciamientos no sólo los conocían las autoridades regionales y nacionales, sino los medios de comunicación, a través de los cuales advirtió que los responsables de esos hechos eran grupos paramilitares que actuaban bajo el amparo y complicidad del Ejército Nacional.
En ese contexto, el funcionario del Ministerio Público perdió la vida, circunstancia por la cual la Fiscalía General de la Nación tomó la decisión de imputarle a Ramón Isaza ese crimen bajo la acusación de participación por determinación, lo que significa que se le atribuyó este homicidio por ser el mando superior, no solo por las evidencias que recaudó en el momento de la investigación, sino porque el propio paramilitar admitió el hecho en versión libre realizada en Bogotá el 16 de octubre de 2008.
La polémica entre los propios funcionarios judiciales está abierta, dado que es la primera vez que se da un caso como estos en el desarrollo de la aplicación de la Ley de Justicia y Paz.
Si bien es cierto que López Lora dio los nombres de los tres hombres bajo su mando que perpetraron el asesinato del personero Helí Gómez Osorio y mayores detalles al respecto, es necesario esperar para ver cómo la Fiscalía desata esta controversia, determine con claridad por qué ambos paramilitares se atribuyen este homicidio y precise cuál es el camino a seguir luego de que a uno de ellos ya le fue imputado el crimen.