La “misión” de los hombres de Isaza

      
Gran parte de los cargos imputados a Ramón Isaza en su primera audiencia de Justicia y Paz tienen que ver con un inaudito régimen de limpieza social que impusieron las Autodefensas del Magdalena. La mayoría de los cargos se refieren a asesinatos de ladrones, adictos y enfermos mentales.
En breve: En su primera imputación parcial de cargos de Justicia y Paz el 10 de marzo del 2009, el ex jefe de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, Ramón María Isaza, alias ‘El Viejo’, recibió acusación por 35 asesinatos que las autodefensas realizaron en contra de ladrones, adictos y enfermos mentales.

Lugares mencionados: Municipios de San Luís, Puerto Triunfo, Puerto Nare, Puerto Boyacá, y zonas adyacentes a la autopista Medellín -Bogotá. También algunos municipios del nororiente de Caldas y el norte del Tolima.


Ramón Isaza en su primera audiencia de Imputación Parcial de Cargos. Foto: Fiscalía.

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30 años de barbarie paramilitar


– Perfil de Ramón Isaza
Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio

De los 35 casos imputados al ex jefe paramilitar, todos corresponden al homicidio de personas, que según miembros de las autodefensas y las investigaciones de la Fiscalía, se encontraban involucrados con el tráfico y consumo de estupefacientes, al igual que el hurto de ganado y bienes materiales.

La audiencia de imputación parcial de cargos contra el ex jefe de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, Ramón María Isaza, alias ‘El Viejo’, se había aplazado en dos oportunidades por problemas de trámite.

En esta audiencia se conoció que, a pesar de que el grupo de Isaza se financió con dineros provenientes del robo de automóviles y el tráfico de droga en los departamentos de Tolima, Caldas, y Magdalena, los paramilitares perseguían y asesinaban personas que, según el criterio de Isaza, “lastimaban los intereses de la comunidad”.

Varias víctimas de las ACMM dijeron a Verdad Abierta.com que los paramilitares convirtieron en objetivo militar a delincuentes, enfermos mentales y adictos: “Ellos hacían lo que querían con nosotros, eran la autoridad, remplazaron la justicia con la complicidad de las autoridades, asesinando a nuestros familiares”, dijo el familiar de una víctima de este paramilitar que asistió a la audiencia de imputación de cargos.

Según dijo el Fiscal Carlos Alberto Gordillo, en sus 27 versiones libres ante la Fiscalía, Ramón Isaza reconoció haber ordenado a sus hombres que asesinaran a todas las personas que expendieran o consumieran droga; también les ordenó perseguir a los habitantes que fueran sorprendidos o señalados de robar.

En la audiencia, que se realizó ante un magistrado con funciones de Control de Garantías, la Fiscalía también le imputó a Isaza los delitos de concierto para delinquir agravado, porte ilegal de armas, uso ilegal de uniformes e insignias; y adiestramiento para actividades ilegales.

La Fiscalía denunció ante el Magistrado Julio Ospino Gutiérrez que, a pesar de la insistencia del despacho segundo de la Unidad de Justicia y Paz, la defensa de Ramón Isaza no ha presentado al Fondo de Reparación los bienes que se comprometió a entregar al inicio de versión libre.

La Fiscalía pretendía imputarle 147 hechos delictivos a Ramón Isaza que según fuentes de Policía Judicial dejaron aproximadamente más de 400 víctimas. Sin embargo, la audiencia finalizó con solo 35 delitos imputados.

Más de 120 víctimas de Ramón Isaza se acercan al tribunal para que la Defensoria del Pueblo les otorge un abogado. La audiencia de imputación se inició en horas de tarde. Foto: Fiscalía

Entre las acciones aceptadas en versión libre por Isaza se encuentran masacres como la ocurrida en mayo de 1997 en la vereda La Esperanza de Carmen de Viboral (Antioquia), donde fueron asesinados 14 campesinos.
Así mismo la Fiscalía tiene pensado imputarle en próximas sesiones, que se realizarán el 31 de marzo y los días 1 y 2 del mes de abril, los delitos cometidos en otras incursiones como las de Fálan y Armero-Guayabal (Tolima), donde fueron asesinados varios cazadores y pescadores de la región; vereda La Parroquia y La Leonera de Fresno (Tolima), Frías en Palocabildo (Tolima), finca Las Mercedes en Sonsón (Antioquia), y La Grajalia, en la vía que conduce a Manzanares (Caldas).

Más de 120 víctimas de diferentes partes del país se trasladaron a los Tribunales buscando una respuesta por los crímenes que cometieron los frentes paramilitares que siguieron las órdenes de Isaza desde 1977. Fue tanta la cantidad de asistentes que la Defensoría del Pueblo se vio obligada a tomar poderes desde el atril del tribunal de forma oral y a las afueras del despacho mientras se realizaba la audiencia.

Historia de las ACMM

Las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio (ACMM) fue el primer grupo paramilitar con influencia en la región del Oriente Antioqueño. Se concentraban en los municipios de San Luís, Puerto Triunfo, Puerto Nare, Puerto Boyacá, y en las zonas adyacentes a la autopista Medellín-Bogotá. También hizo presencia en municipios del nororiente de Caldas y el norte del Tolima.

Estas autodefensas se configuran en los años 80 en respuesta a la llegada de las FARC al Oriente Antioqueño. Su comandante fue Ramón Isaza Arango quien se concentró en la región limítrofe del Oriente que tuvo influencia de los grupos de Gonzalo y Henry Pérez, Ariel Otero y de alias Botalón’, quienes operaban en Puerto Boyacá, eran entrenados por israelíes y patrocinados por Gonzalo Rodríguez Gacha. El control de esta estructura pasó a manos de diferentes miembros de la familia de Isaza como sus hijos Omar (“Teniente”, ya fallecido), Ovidio (“Roque”) y Oliverio (“Terror”), su yerno Macguiver y sus sobrinos Miguel y Hernán, quienes se convirtieron en comandantes y se repartieron los territorios. Otros de sus comandantes fueron alias “El Gurre”, “Memo” y “Tolima” Estas autodefensas estuvieron respaldadas por los ganaderosy narcotraficantes.

Según versiones de jefes paramilitares, presuntamente se contó con el apoyo de oficiales de las Fuerzas Militares como Farouk Yanine Díaz y Alfonso Manosalva.

En un principio, la única relación que tenia Ramón Isaza y sus familiares con el narcotráfico se limitaba a cuidar las fincas de los narcos y al cobro de vacunas a los productores y comercializadores de la coca. Sin embargo, terminó involucrado en el negocio. Otro medio para obtener recursos surgió del robo de gasolina, la extorsión y el robo de ganado.

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