El lugarteniente de ‘Cuchillo’, según la policía

      
Una mujer, a quien le asesinaron y desaparecieron su esposo, es la principal testigo contra uno de los presuntos lugartenientes de ‘Cuchillo’ en Bogotá, conocido con el alias de ‘Candelo’, recientemente capturado por las autoridades y que en varias ocasiones ha burlado la justicia.


Jaime Eduardo Poveda, alias ‘Candelo’, fue capturado en el barrio Interlaken en la ciudad de Ibagué. Foto: El Nuevo Día.

– Perfil de Pedro Oliverio Guerrero, alias ‘Chuchillo’
– Frente Guaviare del bloque Centauros

El 27 de mayo de 2007, Armando Díaz*, un negociante inmobiliario de 47 años, salió de su casa para visitar a sus padres y revisar un terreno en el barrio Compartir de Soacha. Su familia comenzó a preocuparse a la una de la tarde del día siguiente, cuando intentaron comunicarse con él y descubrieron que sus dos números celulares se encontraban apagados.

Según cuenta su esposa, Luisa*, en trece años de relación Armando nunca se ausentaba de su casa sin avisar, fue por eso que decidió acudir a los hospitales y la UPJ (Unidad Permanente de Justicia) de la zona donde un familiar lo vio por última vez en un lote llamado “El escondite de José”.

En su búsqueda, varios miembros de la familia Díaz, entre ellos su padre, fueron por los varios barrios aledaños, casi de forma inmediata Luisa empezó a recibir varias llamadas anónimas de personas que aseguraban tener información acerca de la desaparición de Armando.

En una de esas llamadas una fuente anónima le dijo a la familia Díaz que Jaime Eduardo Poveda Candela, alias ‘Candelo’, un peligroso revendedor ilegal de terrenos había ordenado el asesinato de su esposo.

Les contaron que cinco hombres, entre ellos un primo de ‘Candelo’ conocido con el alias de ‘El Cojo’, llevaron a Armando al interior del “Escondite de José”, después de emborracharlo lo trasladaron a un caño cercano donde lo asesinaron, lo despedazaron y pagaron a dos recicladores 40 mil pesos para que lanzaran su cuerpo al río Bogotá.

El crimen comenzó a revelarse el día siguiente, cuando agentes del CTI y de la Fiscalía fueron al caño donde Armando fue asesinado guiados por un testigo anónimo que accedió a reunirse con la familia para revelar el lugar del homicidio.

Como si se tratara de una pesadilla, las autoridades encontraron después varias horas de diligencia algunas ropas de Armando, su cédula y restos de su cuerpo mutilado: “A 50 metros de la casa donde vive el señor Milton Norbey Candela Ordóñez (alias ‘El Cojo) y a las orillas del humedal se encontró un rastro, donde habían cortado pasto y tapado con el mismo. Se observa un líquido color rojo (al parecer sangre), al igual que un líquido viscoso (aceite), dentro del mismo pasto cortado se encontraron trozos de tejido blando y óseos”, dice el informe de Policía Judicial.

Luisa inició un arduo proceso legal para determinar la presunta responsabilidad de ‘Candelo’ en el asesinato de su esposo. Solo una semana después del asesinato de Armando se enteró, a través de funcionarios de la Fiscalía, de que los dos recicladores, que se encargaron de lanzar los restos al río Bogotá habían sido asesinados entre Chía y Cajicá.

El 17 de diciembre de 2007 las autoridades capturaron por primera vez a ‘Candelo’ en compañía de 9 personas señaladas como presuntos responsables de varios delitos. “Yo sentí un alivio porque habían capturado a la gran mayoría”, asegura Luisa.

Pero uno a uno de los capturados fueron liberados por vencimiento de términos; en el caso de ‘Candelo’, salió de la cárcel presentando un documento falso que anulaba la orden de captura. Desde entonces continuó delinquiendo en diferentes partes del país burlando las autoridades hasta que volvió a ser capturado el 24 de abril de 2009 cuando se dirigía a una cita médica en Ibagué.

Al tiempo, el padre de Armando empezó a ser amenazado y con frecuencia emisarios de ‘Candelo’ se acercaban a Luisa para citarla a reuniones donde le entregarían partes del cuerpo de su esposo o información relacionada con el crimen: “Me llaman para ponerme citas como si fueran amigos de él, hace poco un señor me llamó y me dijo que nos encontráramos para entregarme el tronco de mi esposo en la oficina de Policía de Cundinamarca”, dice Luisa.

Luisa no dimensionó que Candelo fuera señalado por la Policía como uno de los criminales más buscados del país, además también fue reportado por las autoridades como el presunto responsable por cientos de asesinatos y robos de tierra en Cundinamarca, Meta y Tolima. “No creo que mi esposo supiera quien era Candelo, debía pensar que se trataba de alguien poderoso, que mandaba en el sector”, asegura Luisa.

El día de su captura, la Policía presentó a Jaime Eduardo Poveda Candela, alias ‘Candelo’, como el opresunto responsable de varios homicidios y desapariciones; también señalado por las autoridades como uno de las personas cercanas a Pedro Oliverio Guerrero, alias ‘Cuchillo’, un ex jefe paramilitar que abandonó lo diálogos de paz con el gobierno nacional y al poco tiempo montó una banda criminal llamada Ejército revolucionario del Pueblo (Erpac) que delinque en varios departamentos de Colombia, entre ellos Guaviare y Meta.

La Policía en su rueda de prensa señaló a ‘Candelo’ como uno de los homnbres de Daniel ‘El Loco Barrera’, un narcoparamilitar por el que el gobierno nacional ofrece una recompensa de hasta cinco mil millones de pesos.

Unidades de Inteligencia de la Policía hicieron seguimiento a ‘Candelo’ durante tres meses en Ibagué donde era conocido porque organizaba fiestas que podían durar entre dos y tres días en el barrio San Antonio. Según las investigaciones, el paramilitar invitaba a reconocidos comerciantes de esta capital para que participaran en sus ‘bacanales’ donde, al parecer, contrataba prostitutas prepago. ‘Candelo’ permanecía custodiado por un grupo de hombres y portaba incluso un radio teléfono, que usaba para estar en contacto con otros miembros de el Erpac.

“Esta dentro de un listado de personas buscadas y objetivos primordiales de la Policía Nacional por los delitos de homicidio agravado, desaparición forzada y concierto para delinquir. Suponemos que estaba verificando territorio y muy posiblemente ubicando propietarios de grandes extensiones de terrenos para actuar en lo que es su especialidad, amedrentando a los dueños de bienes raíces para posteriormente obligarlos a firmar títulos de propiedad y quedarse con esos bienes”, dijo el comandante de Policía del Tolima, coronel José Javier Herrera Velandia.

Para esconderse de las autoridades ‘Candelo’ usaba disfraces para y portaba documentos falsos. De hecho durante la captura se identificó con un pase de Rubén Darío Botero.

Luisa corre el riesgo de ser la única testigo por el delito de desaparición forzada en contra de ‘Candelo’, gracias a su caso, por primera vez las autoridades tuvieron registro de sus crímenes: “Da temor porque ahora sé que era cabecilla de un grupo ilegal, gente conocida de él me llama y me dice que me andan buscando. Ya me he trasteado siete veces. A la gente le da miedo hablar conmigo, como si fuera un espanto.”, dice Luisa.

Será labor de las autoridades prestar la seguridad necesaria a los testigos del proceso para que los crímenes de ‘Candelo’ no permanezcan en la impunidad y las víctimas que durante más de tres años han padecido sus delitos decidan contribuir a la justicia declarando en su contra.

Mientras tanto Luisa espera que la justicia encuentre los restos de su esposo y juzgue a los responsables de su crimen. Todos los años viaja en compañía de su familia a las orillas del Río Bogotá, en donde hace dos años desapareció el cuerpo de su esposo, y arroja flores en señal de despedida. “Nos ha afectado mucho porque nos cambió la vida, los niños quedaron muy solos, muy inestables, de un lado para el otro, la tristeza, la preocupación, mi hijo pequeño piensa que cuando salgo de la casa no voy a regresar. Es una situación horrible”, asegura.

* Nombres cambiados para proteger la identidad de las víctimas

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