El largo recorrido del paramilitarismo en Tolima

      

Las raíces del paramilitarismo en Tolima son profundas. Desde comienzos de los años cincuenta el Ejército formó un grupo de apoyo para enfrentar a las guerrillas liberales de la época, comandado por ‘Mariachi’.

 
 

Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz,  este fue el primer grupo paramilitar en Colombia. El grupo mutó, y al tiempo que de las guerrillas liberales surgían las Farc en Marquetalia, a comienzos de los años 60, el Ejército usaba a los miembros del grupo ‘para’ como guías para combatir a los guerrilleros. ‘Mariachi’ cayó en esas confrontaciones, y su lugarteniente, ‘Canario’ asumió el grupo.

A finales de los ochenta empezó a prosperar en la zona el narcotráfico, y este grupo armado rápidamente empezó a servir sus intereses. Tomaron entonces el nombre de Rojo Atá, y después de Autodefensas del Tolima, que prestaban servicios de sicariato, vigilancia de tierras o seguridad privada a narcotraficantes de la zona.

A medida que los conflictos de tierra se agudizaron y que las Farc ampliaban su capacidad extorsiva, estas autodefensas se fortalecieron. También florecieron con los cultivos de amapola en la parte montañosa y fría de la cordillera central, especialmente hacia el sur del departamento. El influjo del dinero del narco hizo que el grupo original se dividiera y comenzaran los conflictos entre distintos bandos por el control del negocio. Además las Farc también comenzaron a combatir estos ejércitos privados del narcotráfico en Rioblanco, Chaparral, Ataco, Coyaima y Planadas. En la cordillera norte de Tolima, el repliegue de la guerrilla – tanto ELN como FARC – permitió un mayor auge de los cultivos.

“Los hermanos Ochoa y narcotraficantes del Valle iniciaron compras en varios municipios y se calcula que éstas se localizan en dos tercios de los municipios en la cordillera Central y en el Valle del Magdalena, principalmente”, relató el Observatorio de Derecho Humanos de la Presidencia de la República  en su diagnóstico del conflicto en el Tolima 2003–2007.

En paralelo con estas compras, luego de la avalancha del volcán Nevado del Ruiz que sepultó Armero en 1985 y el crecimiento de las guerrillas en la zona, Víctor Carranza y narcotraficantes de Antioquia comenzaron a comprar tierras en forma masiva. “La estrategia era adquirir tierras desvalorizadas por la inseguridad creada por la guerrilla, y mediante la introducción de estructuras armadas que se encargaban de neutralizar la acción de la insurgencia, hacer que los predios se valorizaran”, explica el Observatorio.

Según los testimonios de ex paramilitares entregados a la Fiscalía, las autodefensas de esta región se organizaron mejor y lanzaron su ofensiva para controlar territorios entre 1997 y 2002, cuando entraron a hacer parte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), como respuesta a la necesidad de enfrentar la creciente ofensiva de las Farc.

Un ex concejal que declaró bajo reserva en la audiencia del proceso de parapolítica contra el ex senador Luis Humberto Gómez Gallo, afirmó que las primeras autodefensas llegaron al norte del Tolima en 1997, desde Puerto Boyacá, a cargo de alias ‘Calimán’ y ‘Fabio’. Explicó que se fortalecieron con la llegada de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio antioqueño (ACMM), a cargo de Ramón Isaza, y del Bloque Centauros de los Llanos Orientales, comandado por Miguel Arroyave. Este último llegó a través de la Cordillera Oriental y se instaló en Tolima. De esta manera se creó el Bloque Tolima de las AUC.

El citado reporte del Observatorio coincide. Arroyave pagó a los paramilitares ya asentados en la zona cerca de cuatro millones de dólares para controlar el Bloque Tolima de las AUC. Luego esta organización fue confiada a Diego José Martínez Goyeneche, alias ‘Daniel’, un teniente retirado del Ejército, quien el día de la desmovilización de este bloque, en octubre de 2005, se presentó como su comandante.  Cuando ‘Daniel’ empezó a hablar en Justicia y Paz acerca de los vínculos de los políticos y miembros del Ejército con su grupo armado, fue envenenado en junio de 2009.

Según la Fiscalía, la expansión de las ACMM antioqueño obligó a Ramón Isaza a descentralizar el poder. Creó entonces cinco frentes, cada uno con 50 hombres a cargo de un comandante. El que se asentó en Tolima fue el frente ‘Ómar Isaza’, comandado políticamente por Wálter Ochoa Guisao, alias ‘El Gurre’, y militarmente por Luis Fernando Herrera Gil, alias ‘Memo Chiquito’. “Alias ‘El Gurre’ y el empresario Javier Sandoval, alias ‘El Patrón’ o ‘Morrongo’, se asociaron para crear el frente Ómar Isaza en las veredas de Mariquita y Fresno”, afirmó el ex concejal en el proceso de Gómez Gallo.

Aparte de la lucha contrainsurgente, el interés de los paramilitares en el Tolima fue el dominio del río Magdalena y de los ejes viales que conectan el centro con el norte y el sur del país, con puntos claves de vigilancia del transporte hacia el sur y el norte del departamento. El cobro de gramaje sobre la coca que provenía de Putumayo, Caquetá y Huila, el cobro de vacunas a los arroceros y el robo de gasolina, fueron las principales fuentes de financiación.

Al tiempo, comenzaron a penetrar la política local. Según el testigo, ‘El Patrón’ (o ‘Morrongo’) “era amigo de Gómez Gallo y fue el financiero de su campaña. Cada presidente de las Juntas de Acción Comunal de las veredas recibió un aporte económico de Javier Sandoval para que apoyaran la campaña de Gómez Gallo (…) Alias ‘Elkin’ o ‘Tajada’ me dijo que si no votaba por Gómez Gallo, me mataban”.

(La Corte Suprema de Justicia condenó a nueve años de cárcel y a pagar 11 mil salarios mínimos de multa al ex senador Luis Humberto Gómez Gallo en mayo de 2011.  VerdadAbierta.com no pudo establecer si en este momento existen investigaciones penales en contra de Javier Sandoval)