Desplazamiento forzado no cede en Colombia

      

Aunque las dinámicas del conflicto armado en el país se han transformado sustancialmente gracias a la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, este flagelo continúa con una preocupante tendencia al alza. Combates, incursiones armadas y reposicionamiento de fuerzas ilegales, afectan a las comunidades.

desplazados s1 2017 1Según el informe de Ocha, los eventos de desplazamiento forzado masivo registrados durante el primer semestre de 2017 se concentraron en seis departamentos. Los más afectados, los que conforman en Pacífico colombiano. Foto: Ricardo Cruz.

El recrudecimiento de la confrontación armada entre la Fuerza Pública con el Eln y el Epl; la disputa que actualmente sostienen estructuras del crimen organizado con el Eln y con otros grupos armados para copar los territorios dejados por las Farc; así como expansión territorial de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), se constituyen en las principales causas para que el desplazamiento forzado en Colombia no ceda.

Así lo advierten diferentes organizaciones que monitorean este flagelo en el país, como la Oficina en Colombia de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA); la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes); y la Fundación Ideas para la Paz (FIP). Las tres coinciden en destacar que, pese a la firma del Acuerdo de Paz con la guerrilla de las Farc, aún no es posible afirmar que el conflicto armado colombiano haya llegado a su fin ni mucho menos el drama del desplazamiento forzado.

Pacífico colombiano: en guerra

En su reporte sobre la situación humanitaria en Colombia durante el primer semestre del año, publicado recientemente, OCHA advierte que entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2017 se desplazaron forzosamente 7.682 personas en eventos masivos, que a su vez corresponde al 70 por ciento del total de personas que se vieron obligadas abandonar sus hogares durante todo 2016.

Según esta agencia del sistema de Naciones Unidas, de continuar la tendencia que ha mostrado este flagelo durante el primer semestre de este año, el país podría terminar el 2017 con una cifra de personas en situación de desplazamiento superior a las 15 mil. OCHA también consigna que en lo que va de este año se han registrado desplazamientos masivos en 26 municipios del país y en 15 de ellos no se presentaban éxodos forzados masivos desde hace por lo menos cinco años.

“Por ejemplo, el municipio de Tadó, Chocó, donde no se reportaba un desplazamiento masivo desde 2012 mientras que en lo corrido del 2017 ya se han presentado dos eventos, afectando a 359 personas (…) lo que puede estar relacionado con la nueva dinámica (del conflicto) y la presencia de otros grupos que buscan consolidar su control en estas zonas”, asevera OCHA en un informe publicado recientemente. (Descargar boletín)

De acuerdo con esta agencia, los departamentos que conforman la región Pacífica concentran el 80 por ciento del total de personas desplazadas masivamente hasta el momento. En cuanto a los municipios más afectados, reseñó que Litoral del San Juan, Alto Baudó y Medio Baudó, en Chocó; El Bagre, en Antioquia; y Hacarí, en Norte de Santander, fueron los que más expulsaron personas en eventos masivos.

“Se destaca la ocurrencia de más de un evento en los municipios de Buenaventura (cuatro), Litoral de San Juan (cuatro), Lloró (tres), Santa Bárbara de Iscuandé (tres) Alto Baudó (dos) y Tadó (dos), todos municipios de la región Pacífica”, reseña OCHA.

Con relación a los actores generadores de desplazamiento forzado masivo, advierte que el 35 por ciento se dieron como consecuencia de enfrentamientos entre la guerrilla del Eln y grupos armados postdesmovilización, principalmente las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, lo que claramente indica una disputa por el control económico y territorial de zonas dejadas por las Farc.

De otro lado, también se destaca el accionar unilateral de los grupos armados postdesmovilización, que representan el 31 por ciento de los casos de eventos masivos, cifra que a su vez representa un notorio incremento en la incidencia de estos grupos en el fenómeno; es decir, mientras en 2016 unas 94 personas declararon haber sido desplazadas por estos grupos herederos de la desmovilización paramilitar, en 2017 la cifra ascendió a 1.008. También llama la atención de la OCHA que un 34 por ciento de los casos sean atribuidos a “grupos armados sin identificar”.

Pero las advertencias de esta agencia no son solo por la dinámica que muestra el desplazamiento forzado hoy en Colombia. Según su reporte, entre enero y junio de este año más de 65.500 personas sufrieron limitaciones a la movilidad y restricciones al acceso a bienes y servicios como consecuencia de la violencia armada.

De acuerdo al monitoreo de OCHA, “se han evidenciado restricciones al acceso y limitaciones a la movilidad en 13 departamentos del país, lo que significa un aumento del 30 por ciento en el número de departamentos en comparación con el mismo periodo del año anterior. Aunque las principales afectaciones se encuentran en Norte de Santander y Antioquia, los departamentos del Pacífico también han sufrido restricciones. En el 50 por ciento de los municipios con afectación por desplazamiento masivo también se han identificado restricciones al acceso”.

Ese flagelo también deja víctimas en las grandes ciudades, en donde se dan dinámicas de desplazamiento intraurbano, confinamiento o fronteras invisibles. Uno de los casos más graves es el de Altavista, un corregimiento de Medellín en donde sus habitantes viven atrapados en medio de las balas de grupos de delincuenciales y del arribo de las Agc. Ver: Corregimiento Altavista, montaña con múltiples conflictos

El avance ‘gaitanista’

desplazados s1 2017 2De acuerdo con Codhes, lo que viene ocurriendo en el Pacífico colombiano no es nuevo. Se trata de un recrudecimiento del conflicto y la violencia armada que se viene registrando de manera sostenida desde los últimos seis años. Foto: Ricardo Cruz.“Hasta hace poco, los llamados ‘gaitanistas’ eran un fenómeno muy focalizado: Urabá, Córdoba, Antioquia, parte de la costa norte. Ahora hay presencia de este grupo en el norte de Cauca, en Valle del Cauca, en otras regiones, y se están convirtiendo en uno de los principales generadores de desplazamiento forzado”, explica Paola Hurtado, investigadora de Codhes.

A esto se suma, según ella, los combates que actualmente sostiene la guerrilla del Eln con esta estructura en regiones del Pacífico y, a su vez, con efectivos de la Fuerza Pública, particularmente en el Catatumbo: “esas son, en términos generales, las principales causas del desplazamiento forzado hoy en Colombia”.

Las cifras de Codhes, que serán presentadas públicamente en las próximas semanas, muestran que durante el primer semestre del año un total de 9.166 personas debieron abandonar sus hogares por las causas ya descritas. De ellas, unas 9.000 lo hicieron en 48 eventos masivos.

En sus análisis también aparece el Pacífico como una de las regiones más afectadas por este fenómeno: Chocó, donde actualmente la guerrilla del Eln y los ‘gaitanistas’ libran fuertes combates; seguido de la Costa Pacífica nariñense, donde la confluencia de diversos actores armados, incluidas disidencias de las Farc, está generando un caos en materia de orden público; y Buenaventura, donde la violencia no cesa.

“También aparecen el Urabá antioqueño, el Bajo Cauca antioqueño y el sur de Córdoba, que son regiones que tienen una misma dinámica; el norte del Cauca y Norte de Santander. En este último, todos los eventos de desplazamiento se han registrado en el Catatumbo: Tibú, El Carmen, Hacarí y Sardinata. Es claro que allá persiste la confrontación entre diversas estructuras armadas”, sostiene la investigadora, quien añade que desde 2012, cuando iniciaron las negociaciones de paz con las Farc, el año con menos desplazados forzados fue 2015.

“Hay una tendencia muy similaral año pasado”, dice Hurtado y destaca que, por el momento, no hay reportes de desplazamientos forzados atribuidos a las Farc: “Podría decirse que es algo obvio, pero no. Durante y después de la desmovilización de las Autodefensas, que fue entre 2004 y 2006, varios eventos de desplazamientos la gente se los atribuía a los paramilitares. Pero a la fecha, no se consigna ninguna denuncia, ningún evento donde la gente nos diga ‘fueron las Farc’”.

¿Subregistro y crisis humanitaria?

desplazados s1 2017 3A pesar de la salida de las Farc como actor armado, el desplazamiento forzado no se ha detenido y sigue causando crisis humanitarias. Foto: Ricardo Cruz.Si algo preocupa a la investigadora de Codhes es la forma como los organismos encargados de la atención de la población desplazada, así como las mismas autoridades civiles y de Policía, vienen asumiendo las consecuencias generadas por los grupos armados surgidos luego de la desmovilización de los paramilitares.

“A muchas de las personas que han declarado haber sido desplazadas por los ‘gaitanistas’, por poner un ejemplo, no las están incluyendo en los registros y eso las está privando de la ayuda humanitaria”, asevera Hurtado. Pese a sendas providencias judiciales y acciones de tutela, estos grupos continúan siendo valorados por las entidades estatales como estructuras de crimen organizado, ajenas al conflicto armado, “y eso es un grave error, porque la crisis humanitaria que generan las ‘Agc’ es equivalente a las que genera el conflicto armado”, resalta.

¿Esto podría estar generando un subregistro? ¿Podría ser mayor el número de desplazados en Colombia? Con relación al desplazamiento forzado, destaca Hurtado, siempre existirá subregistro. Al respecto, Eduardo Álvarez, director del área de Dinámicas de Conflicto y Negociaciones de Paz de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), dice que ello es muy probable dado que los informes sobre este fenómeno no suelen reflejar la magnitud de los casos ‘gota a gota’ o individuales.

“Porque muchos de estos casos la gente suele desplazarse sin denunciar, para no ‘boletearse’ o por razones de seguridad. Y eso está pasando mucho en este momento”, declara Álvarez y agrega que “a eso se suma que hay regiones en Colombia de difícil acceso, donde realizar monitoreo in situ se está convirtiendo en una misión riesgosa. Por ejemplo, la zona en la que operan las disidencias de los frentes 1 y 7 de las Farc, donde ha sido atacada la cooperación internacional, impidiéndole ingresar a esta región, aspecto que también fue advertido por OCHA”.

Una de las primeras conclusiones que resalta, luego de analizar el comportamiento del desplazamiento forzado en Colombia es, a juicio de Álvarez, que “no se puede hablar de que el conflicto armado en Colombia se acabó. Lo que estamos viendo es que se está transformando, se está focalizando en unas regiones particulares y está generando unos impactos en la población. Uno de ellos es el desplazamiento forzado, sea individual o masivo”.

Así, para el investigador de la FIP, hay unas regiones específicas a las que hay que prestarles mayor atención dada las condiciones de conflicto que muestran actualmente: “el Andén Pacífico es uno de ellos. Y lo preocupante es que el Pacífico muestra muchas dinámicas: confrontación Eln-Gaitanistas; conflicto Eln-Fuerza Pública; disidencias de Farc y grupos sin identificar. Pero también están el Catatumbo, el Bajo Cauca antioqueño, el eje Llanos Orientales – Vichada – Guanía – Vaupés; toda la zona de Putumayo. Ya no está esa fuerza bélica como eran las Farc, pero quedan otros grupos”.

Bajo esas circunstancias, el fenómeno del desplazamiento forzado en Colombia se convierte en un reto para la acción humanitaria y la prevención de los factores que lo ocasionan, lo que exige una intensa labor institucional; de lo actuar con eficiencia, el fenómeno no cederá y el país se mantendrá en los primeros lugares de la lista de las naciones con mayor número de desplazados internos por conflictos armados del mundo.