A estas dos poblaciones, la primera del Cesar y la segunda de Antioquia, las une una crueldad: son dos municipios con las cifras más altas en la ocurrencia de masacres durante buena parte de las décadas del noventa y del dos mil. Presentamos un breve recorrido por la barbarie, los esfuerzos de sus comunidades para salir adelante y los tropiezos que deben afrontar.