Hernán Henao Delgado – defensor de derechos humanos

      
Hernán Henao nació en Manizales el 3 de noviembre de 1945, estudió antropología en la Universidad Nacional de Bogotá y durante sus últimos 20 años se dedicó a la investigación social, especialmente en lo que tiene que ver con la violencia, los desplazados, los derechos humanos y el desarrollo urbano del país.

Sus trabajos en esos temas eran considerados de vanguardia. Durante los últimos cuatro años estaba dedicado a dirigir el Iner, un centro de producción académica adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales, y en el momento de su muerte también coordinaba el Proyecto de Desarrollo Social y calidad de Vida de Medellín y el área metropolitana.

El profesor Henao Delgado era conocido en el mundo académico regional y nacional, y gozaba de una amplia reputación como investigador social y férreo defensor de la universidad pública. Frente a la serie de amenazas de diversos grupos armados de la estaba siendo objeto el Alma Mate, promocionó el campus universitario como un territorio de paz, resultantes de una propuesta dentro de una postura de neutralidad activa.

En esa ocasión el entonces rector de la Universidad, Jaime Restrepo Cuartas, destacó que “el doctor Hernán Henao Delgado no era un defensor de los derechos humanos en el sentido político que se ha dado a esa connotación. Era un investigador de las regiones, un buscador de caminos sólidos para conducir el proceso de regionalización de la Universidad”.

El crimen
El martes 4 de mayo de 1999 a eso de las 4 de la tarde, dos hombres y una mujer irrumpieron en la sede del Instituto de Estudios Regionales (Iner), ubicada en la oficina 293 en el segundo piso del bloque 9 de la Universidad de Antioquia. A esa hora se realizaba una reunión del equipo de trabajo del instituto. Y hasta allí llegaron los sicarios, quienes sacaron por la fuerza a su director, el antropólogo e investigador social Hernán Henao Delgado.

De acuerdo con los testimonios de esa época, los asaltantes le anunciaron a los profesores, investigadores y personal administrativo que se trataba de una toma pacífica. Posteriormente se colocaron capuchas, identificaron al director del Iner y lo condujeron hasta la sala de espera de la oficina, donde le propinaron tres disparos con silenciador.

“La mujer nos obligó a tirarnos en el piso, mientras que los dos hombres se llevaron al director hasta la sala de espera y le dispararon. Como si nada hubiera pasado las tres personas abandonaron el sitio”, aseguró uno de los testigos del crimen. Pasados varios minutos, los profesores e investigadores del Iner que se encontraban en la sala de reuniones de esta oficina se dirigieron al sitio donde había sido abaleado Henao Delgado y lo encontraron aún con vida, pero falleció mientras era trasladado a la Policlínica Municipal.

En esa época, diversas voces de universitarias llamaron la atención sobre la forma similar cómo actuaron los victimarios en este hecho y en el asesinato del abogado y defensor de derechos humanos, José María Valle Valle Jaramillo, ocurrido el 27 de febrero de 1998 en su oficina del centro de Medellín.

El hecho permanece en la impunidad. Hasta el momento ni sus autores materiales ni intelectuales han ido identificados.