Estudioso del comunismo, antioqueño, de unos 60 años, ha sido miembro activo de la comisión internacional de las Farc desde hace 15 años, y ha mantenido buenas relaciones con el Partido Comunista donde militó desde joven y hasta 1989 cuando se volvió guerrillero.
Rodrigo Granda. Foto Semana |
Tiene un proceso por secuestro y asesinato en Paraguay, y le levantaron provisionalmente diez órdenes de captura y cuatro medidas de aseguramiento por otros procesos.
Según una autobiografía suya que apareció en un material incautado, se radicó desde 1971 en Bogotá a donde consiguió empleo en un banco. Después se metió al Partido Comunista Colombiano, haciendo trabajo político en el barrio Restrepo al sur de la ciudad. “Pudiera decir que en ese momento es cuando comienzo a tener conciencia de clase, y a entender por qué y cómo se lucha. (…) Al PCC le debo una gran parte de mi formación, que luego continúay se profundiza en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (Farc-Ep).”, escribió Téllez luego.
Estando en el PC, fue nombrado directivo del movimiento Unión Patriótica, surgido de los acuerdos de paz de La Uribe de 1984, para permitirles a los integrantes de las Farc, en tregua, participar en política. Después de la masacre que desató el paramilitarismo en contra de la UP, Téllez fue trasladado por el PCC a la Comisión Nacional (Conal), según sus palabras, “un organismo intermedio entre el PCC conocido, el Organismo Político (OP) y las Farc para coordinar actividades de orden político-organizativo. De la Conal se desprendió lo que Jacobo (Arenas) llamó Partido de Nuevo Tipo que devino en el PCCC”.
Después de varios años en este terreno cenagoso entre el partido legal y la guerrilla, y luego en el “cuerpo de ayudantías” del Secretariado, en 1997 fue elegido miembro del Estado Mayor Central de las Farc e integrante de la Comisión Internacional con sede en Costa Rica.
En diciembre de 2004 fue capturado en Caracas, por agentes de la inteligencia colombiana con apoyo policial venezolano extraoficial, y traído clandestinamente a Cúcuta, donde se hizo pública su captura. El episodio causó un gran ruido diplomático, que llevó a la ruptura provisional de las relaciones bilaterales entre los países, pero el gobierno Uribe no cedió. Dos años y medio después, sin embargo, a petición del presidente de Francia Nicolás Sarozy, y como un gesto de buena voluntad para conseguir la liberación de algunos de los secuestrados que las Farc, entre ellos la ciudadana colombo-francesa Íngrid Betancur, el mismo Uribe ordenó la liberación de Téllez (Granda). Apenas consiguió su libertad volvió a su trabajo internacional y político con las Farc.
A las negociaciones, Téllez puede aportar sensatez y el don de gentes que dicen que tiene quienes le han conocido. Además, tiene peso político en el Secretariado y también, acogida entre los guerrilleros rasos. Su dificultad, después de una vida entera siguiendo el marxismo-leninismo, puede ser la inflexibilidad frente a visiones que se salgan de su doctrina.