Andrés París (Jesús Emilio Carvajalino)

      
Ex estudiante de la Universidad Nacional, bogotano de unos 52 años, de salud quebradiza, mal militar, lector y escritor, hoy hace trabajo político para la organización armada. Le suspendieron tres órdenes de captura por múltiples delitos.
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Andrés París. Foto Semana

Se ganó su posición destacada en las Farc por vínculos familiares, desde 1982 está casado con Beatriz Arenas, la hija de Jacobo Arenas, legendario comunista líder de las Farc, junto con Pedro Antonio Marín (Manuel Marulanda) casi desde  la fundación.

De joven, mientras era universitario y militante de la Juventud Comunista, fue un destacado atleta. De ahí su apodo de “Millo”, por ser corredor de la milla. A fines de los setenta o comienzos de los ochenta, en plena vigencia del autoritario Estatuto de Seguridad, el partido lo trasladó a las Farc.
Por ser yerno de Arenas, le dieron un cargo directivo,  el mando de la escuela de cuadros guerrilleros ‘Hernando González Acosta’.  Formado en el dogmatismo comunista, y con tanto poder tan joven, mandó fusilar a muchos integrantes de la escuela.  Le hicieron un consejo de guerra en el que lo condenaron a la pérdida del mando en 1990, y lo sancionaron.

En 1993, la VIII Conferencia Nacional de Guerrilleros creó la Comisión Internacional y, como integrante de ésta, envió a París a Venezuela, bajo el nombre de ‘Ariel’. No se supo más de él, hasta que en 1999, el país lo conoció como miembro del equipo negociador en los diálogos del Cagúan. Con poca simpatía entre las filas guerrilleras, y por los abusos que cometió con subalternos, un pleno guerrillero en 2000 le impuso otra sanción de pérdida del mando por tres años, y sólo le permitió seguir haciendo trabajo político.

Rotos los diálogos, París ingresó a la columna urbanas en Bogotá y Cundinamarca, ‘Antonio Nariño’, pero en realidad su trabajo fue integrar un equipo de instructores que fueron de frente en frente del Bloque Oriental para evaluar y fortalecer su trabajo político. Desde entonces se ha sabido que París se ha dedicado más a la lectura y la escritura, y no tiene mando de unidades.

París podrá aportar al proceso su cercanía a los líderes históricos de la organización, pero sin demasiada influencia.