Un juez de Buga impuso la primera condena por hechos que hicieron parte de la larga y cruel masacre en Trujillo, Valle, a Henry Loaiza, quien deberá pagar 30 años de cárcel por dos homicidios
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| Henry Loaiza, alias El Alacrán está preso desde hace 14 años. Foto: Inpec |
Henry Loaiza, alias ‘El Alacrán’, fue condenado por los homicidios de Daniel Arcila y Mauricio Castañeda, víctimas de la masacre de Trujillo (Valle). Loaiza, quien lleva 14 años en la cárcel fue condenado a 30 años de cárcel por el juzgado tercero penal de Buga.
El ex narcotraficante ya había sido condenado por un juez a 9 años de cárcel por el delito de concierto para delinquir. Actualmente está detenido en la cárcel de máxima seguridad de Palmira.
Sin embargo, este es el primer fallo condenatorio por los hechos ocurridos entre 1986 y 1994 cuando paramilitares y narcotraficantes asesinaron a más de un centenar de personas, delitos en los que según las víctimas también participaron integrantes de la Fuerza Pública.
Contra Loaiza cursan todavía otras investigaciones por el delito de homicidio agravado en concurso homogéneo y sucesivo.
Según explicó a Semana.com el abogado Eduardo Carreño, apoderado de las víctimas de Trujillo, inicialmente se habló de 107 víctimas de la masacre en un período de 8 años. Sin embargo desde que se instaló en 1995 una Comisión de Derechos Humanos y la gente de la región comenzó a denunciar, los homicidios imputados a Loaiza y a otros narcotraficantes que crearon grupos paramilitares en la región, dejan un saldo superior a las 300 víctimas.
“Incluso hubo gente que murió de pena moral, por la profunda depresión, luego de que sus familiares fueronasesinados”, dijo Carreño.
La sentencia contra Loaiza se produce casi 15 años después de que ocurrieran los hechos.
“Para nosotros es un paso importante en la aplicación de justicia. Esperamos que la administración de justicia siga con las investigaciones por los otros homicidios y la participación por omisión o por acción de integrantes de la Fuerza Pública”, dijo Carreño.
Loaiza, junto al extinto Iván Uridinola, y al recién extraditado Diego Montoya –alias Don Diego- crearon una estructura paramilitar, al servicio del narcotráfico, que durante varios años delinquió en el Norte del Valle. Según la Fiscalía esta organización intimidó, torturó, desapareció y asesinó a numerosos habitantes”.
Muchas personas fueron arrojadas al Río Cauca.
Publicado en Semana.com
