Vuelve y juega la parapolítica

      
Familiares y sucesores de políticos condenados por llegar al poder de la mano de los paramilitares y otros candidatos cuestionados se lanzan al ruedo. 

En las regiones, los familiares de políticos investigados o condenados por nexos con ‘paras’ están tomando el relevo y lanzando sus candidaturas. Foto Semana

El fantasma de la parapolítica, que muchos daban por muerto, ha vuelto a rondar. Se le ha visto en distintas regiones, en las candidaturas de algunos jóvenes sin mucha experiencia en política, pero que representan el poder de los caciques que ya fueron condenados por vínculos con paramilitares, y también entre aspirantes curtidos, que lograron avales de partidos tradicionales o recogen firmas como independientes.

En Magdalena están en alerta desde hace tres semanas por la candidatura liberal a la Gobernación de Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes Habeych. Cotes cuenta con el respaldo de su padre y de su tío, Álvaro y Luis Miguel Cotes Vives, más conocidos como Los Conejos. Ellos impulsaron la candidatura a la Alcaldía de Santa Marta en 2004 de su cuñado, José Francisco Zúñiga, condenado por parapolítica. Y aunque la Fiscalía investiga unos documentos encontrados en la finca de Jorge 40, que hablan sobre la presunta relación que los hermanos Cotes habrían tenido con el Bloque Norte de las AUC, todavía no han sido acusados ni detenidos.

Aunque Cotes Habeych hizo sus pinitos en política como diputado -fue elegido con la más alta votación a los 21 años-, en Santa Marta dicen que no tiene perfil para ser gobernador, pues ni siquieraha terminado su carrera universitaria. El candidato le dijo a SEMANA que su juventud representa un cambio con los políticos tradicionales del departamento, pero a él lo apoyan el exgobernador Trino Luna Correa, condenado por parapolítica; el suspendido gobernador Omar Diazgranados Velásquez y Manuel Julián Mazenet Corrales, actual senador por el PIN (el partido que sucedió a Convergencia Ciudadana y cuyo líder, Luis Alberto Gil, de Santander, fue condenado por parapolítica).

Por los lados de Bolívar la gente se pregunta si hay un nuevo “gato”, refiriéndose a la empresaria del chance, Enilce López, ‘la Gata’, condenada por la Fiscalía a nueve años de cárcel por concierto para delinquir con los paramilitares. Dicen que ‘la Gata’ apoya la candidatura a la Gobernación del exconcejal de Magangué Giovanni Meza Menco.

Lo más lógico habría sido que Meza se lanzara con el aval del PIN, pues Héctor Julio Alfonso, hijo de ‘la Gata’, es senador de este partido, pero Meza está recogiendo firmas. En diciembre, de acuerdo con información aparecida en una página de simpatizantes, Meza Menco entregó más de 20.000 regalos en nombre del movimiento La Esperanza de un Pueblo, que lidera el hijo de ‘la Gata’. SEMANA buscó a Meza, pero dijo que estaba de viaje recogiendo firmas y que respondería a las preguntas posteriormente por correo electrónico.

En los pueblos de La Guajira, el nombre que más suena es el de Juan Francisco Gómez Cerchar, apodado ‘Kiko’, famoso en el departamento no solo por ser un importante ganadero, exalcalde de Barrancas y aspirante a la Gobernación, sino porque su nombre está asociado con algunos escándalos.

Un paramilitar desmovilizado le dijo a esta revista lo mismo que dicen en voz baja periodistas y autoridades en La Guajira: que fue auxiliador del grupo paramilitar comandado por Jorge 40, a quien, dicen, visitaba en la base de San Ángel, cuartel del Bloque Norte. Tiene más de quince investigaciones disciplinarias en la Procuraduría por presunta corrupción en sus dos periodos como alcalde. Gómez no ha sido condenado, aunque estuvo preso en 1991, durante tres meses, por porte ilegal de armas. SEMANA intentó hablar con él, pero dijo que estaba recién operado de las cordales y prometió responder por escrito a través de su hijo. Al cierre de la edición no habían llegado sus respuestas.

La U, los conservadores y la Alianza Social Indígena (ASI) le negaron el aval, pero Cambio Radical se lo otorgó hace un par de días.

En Cesar, el candidato a la gobernación de La U es Luis Alberto Monsalvo Gnecco, quien compitió por el aval contra su tío Pepe Gnecco. Monsalvo es el heredero de una dinastía política, algunos de cuyos miembros han sido vinculados con los paramilitares y con hechos de corrupción. El exgobernador Lucas Gnecco, tío de Monsalvo, fue condenado por corrupción en contratación y constreñimiento al elector. De otro tío, Jorge Gnecco, se dice en el Cesar que habría sido aliado de Salvatore Mancuso y le dio apoyo a Jorge 40 para conformar el Bloque Norte. Monsalvo, ha sido cuestionado no solo por sus relaciones familiares, sino porque durante el Festival Vallenato habría violado las normas electorales con volantes y otros objetos publicitarios que circularon por toda la ciudad para promocionar su candidatura (ver foto). Monsalvo le dijo a SEMANA que esa publicidad es falsa porque hasta ahora está definiendo su imagen de campaña y que él hace parte de la nueva generación de la política en su departamento.

En el interior del país también se vive un nuevo episodio de la parapolítica. En Santander, el exgobernador y coronel (r) Hugo Aguilar quería aspirar otra vez al primer cargo del departamento, pero como la Procuraduría lo inhabilitó a principios de año tras comprobar sus vínculos con paramilitares, tuvo que buscar reemplazo. Su hijo Richard, de 29 años, quien estaba de cónsul en Chile, regresó al país y es ahora su heredero político. A Richard le tocó recoger firmas porque La U no quiso avalar su candidatura y el PIN, que tiene dentro de sus filas a su hermano Mauricio, no le dio el aval.

En el Valle, el exsenador Juan Carlos Martínez esperaba lanzarse a la Gobernación, según fuentes cercanas a él, pero acaba de ser condenado a 90 meses de prisión “por concierto para delinquir, por promover grupos armados ilegales”. Alex Loango, primo y cuota de Martínez en Acuavalle, era su primera opción para reemplazarlo como candidato a la Gobernación, pero debió desistir por su bajo registro en las encuestas y porque tuvo una cuestionada gestión en Acuavalle y las autoridades lo tienen en la mira.

Ahora Loango y Martínez estarían apoyando a Héctor Fabio Useche, exsecretario de Salud del destituido gobernador Juan Carlos Abadía, y exalcalde de Bugalagrande. Pero su candidatura también podría enredarse porque la Contraloría investiga su participación en un escándalo de corrupción como miembro de la junta de la Industria de Licores del Valle. SEMANA habló brevemente con Useche, pero dijo que no podía atender las preguntas en ese momento. Y después ya no contestó.

Para completar el panorama, la Procuraduría formuló pliego de cargos contra el exgobernador liberal de Risaralda y candidato a repetir, Carlos Alberto Botero López. El procurador general investiga la alta votación que obtuvo Botero en 2003, especialmente en el municipio de Dosquebradas, donde operaba el paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’. Esta vez, Botero cuenta con el apoyo de algunos liberales y sectores de La U y está presentando su candidatura por firmas de la mano de un nuevo movimiento llamado Unir. “Yo sigo adelante, tengo mi conciencia tranquila”, dijo a SEMANA.

Mientras avanzan las investigaciones en los organismos de control contra algunos de estos candidatos, sus parientes o padrinos políticos, ellos siguen adelante. Los delfines de familias políticas que resultaron implicadas en el escándalo de la parapolítica tendrán que demostrar su independencia y su espíritu de renovación ante los votantes, que serán los que decidan, en últimas, qué tan ficticios o reales son los fantasmas de la parapolítica que rondan sus campañas.

Publicado en Semana