Vista Hermosa: un gran campo minado

      

Este municipio del Meta es el lugar del país con más número de víctimas por las minas antipersonales. Sin embargo, no creen en la efectividad de un desminado.

minas vista hermosa 1El número de víctimas por minas en Vista Hermosa se disparó desde 2005, según el Daicma. Foto: archivo Semana. El pasado 24 de febrero se confirmó que Vista Hermosa, en Meta, será uno de los 20 municipios priorizados por el Gobierno para el proceso de desminado en todo el país y uno de los cinco de ese departamento, además de Mesetas, Lejanías, Uribe y la Macarena.

Pero, a diferencia de los demás, en Vista Hermosa se han reportado más víctimas de estos artefactos explosivos que en cualquier otro lugar de Colombia.

De las 11.399 víctimas en el territorio nacional, incluyendo militares y civiles; 363 tuvieron su accidente en este municipio, según las cifras de la Dirección de Acción Integral Contra las Minas (Daicma) desde 1990 hasta lo que va del presente año.

“Todo el territorio de Vista Hermosa fue sembrado con estos artefactos. Conozco zonas minadas que no han sido intervenidas, casos de minas al interior de una institución educativa; y las comunidades hacen resistencia a este tipo de actos”, aseguró Osman García, secretario de Gobierno.

Y es que el drama no sólo se ha vivido por la cantidad de víctimas sino también por los lugares donde están sembradas. En algunos casos, los artefactos explosivos han estado colgados de los árboles y en los caminos que transitan regularmente los pobladores. Incluso, han encontrado minas muy cerca de las escuelas rurales, según Luz Dary Pineda, voluntaria de la Campaña Colombiana Contra las Minas (CCCM) en Vista Hermosa y víctima de una mina antipersonal.

Ella le contó a VerdadAbierta.com que en la vereda de Loma Linda, a pesar de la presencia de estos artefactos, profesores y estudiantes siguieron asistiendo regularmente a las clases sin que las minas que siguen allí sean desactivadas.

Los habitantes también han encontrado esta clase de explosivos en la cancha de la escuela de la vereda Puerto Esperanza y a 15 metros de la escuela de la vereda Trocha 26, ubicada a 20 minutos del casco urbano de Vista Hermosa. Incluso, en un lugar conocido como Loma del avión, en la vereda Caño Ánimas, los padres no volvieron a enviar a sus hijos a clase por miedo de que pisaran una mina y la escuela tuvo que cerrarse.

Además del estudio, las minas también han desencadenado problemas ambientales y en el uso de la tierra, según el secretario de Gobierno. Al respecto, José Martínez, líder de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc) del Meta, señaló que las minas resquebrajaron sus relaciones comunitarias y limitaron las oportunidades de trabajo y de desarrollo económico y social.

“No se puede hacer un uso adecuado de la tierra. El temor o la sola sospecha de que pueda haber minas, impide una planificación productiva de los suelos. Incluso, se opta por generar el menor riesgo, que es prácticamente la no intervención productiva en el territorio”, indicó.

Una estrategia de defensa

minas vista hermosa 2Las campañas de educación contra las minas han llegado hasta las escuelas de Vista Hermosa. Foto: archivo Semana.

Durante los más de 35 años que llevan en el territorio, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) han minado a Vista Hermosa para protegerse de la avanzada de las Fuerzas Militares.

Históricamente, Meta ha sido un centro de toma de decisiones políticas por parte de este actor armado. De hecho, es un lugar estratégico para el Estado Mayor del Bloque Oriental y del Secretariado de esta organización insurgente, como consignó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en su Informe Especial de Conflicto y Minas Antipersonal en el Meta.

En los noventa, el Frente 44 de las Farc se estableció en Vista Hermosa, Puerto Concordia y Mapiripán; mientras que los frentes 7, 26, 27, 31, 40, 43 y 53 estaban en el resto del departamento. Posteriormente, entraron las Autodefensas Campesinas de Casanare, el Bloque Centauros y las Autodefensas de Meta y Vichada.

A finales de los 90, el Ejército salió de Vista Hermosa, de otros tres municipios de Meta y de uno más de Caquetá para crear la Zona de Distensión. Allí, el Gobierno de Andrés Pastrana dialogó con las Farc entre 1998 y 2002.

Pero mientras estaban sentados en San Vicente del Caguán, el paramilitarismo se extendió en el país y el Gobierno hizo varias giras internacionales y logró el apoyo de Estados Unidos para la creación del Plan Colombia, que en plata blanca significaban más recursos y más capacidad militar.

Por su parte, las Farc también crecieron militarmente y además incrementaron sus lazos de cooperación con los grupos subversivos Eta de España e Ira de Irlanda, como lo indica Carlos Medina en su investigación ‘Farc-Ep. Flujos y reflujos’. Incluso, en el período de negociaciones crearon su plataforma política Movimiento Bolivariano, fundada en el 2000 en San Vicente del Caguán.

Una vez el entonces presidente Pastrana ordenó acabar con la Zona de Distensión, se reanudó la actividad militar. En 2002 se lanzó la Operación Tánatos para retomar el control del territorio y a los meses siguientes comenzó la Seguridad Democrática del Gobierno de Álvaro Uribe. “Las operaciones militares recrudecieron el problema de minas y de otros fenómenos como homicidios, desplazamientos y desapariciones”, aseguró Álvaro Jiménez, director de CCCM.

Varias de estos operativos se enfilaron para debilitar las estructuras de las Farc en el Meta. La operación Libertad Uno y la Operación JM obligaron a la guerrilla a replegarse en zonas rurales de los municipios de La Macarena, Uribe y Vista Hermosa.

Luego, bajo la operación Colombia Verde, el Gobierno empleó a más de 900 campesinos para erradicar manualmente cultivos ilícitos. “Esto sólo trajo muerte y serias dificultades para el mismo programa de erradicación”, afirmó Jiménez a VerdadAbierta.com, pues las Farc intentaron proteger sus cultivos de hoja de coca sembrando más minas antipersonales.

Si bien Jiménez aclaró que a partir del inicio de las negociaciones en La Habana “la accidentalidad ha bajado de manera importante, circunstancia que puede deberse a la labor de educación de riesgo en minas que han hecho organizaciones como la CCCM o la Cruz Roja”, tanto las Farc como el Eln continúan haciendo uso de estos artefactos en el territorio nacional.

Pero para el secretario de Gobierno de Vista Hermosa, “en el municipio nunca ha cesado la guerra”.

“Antes nadie corría riesgo cuando iba al campo a trabajar. Uno podía ir por cualquier lado. Después vino la zozobra, el peligro, el miedo a pisar una mina. Mucha gente salió por eso, pues en cualquier momento uno podía caer en una mina”, expresó Gildardo Cifuentes, quien perdió uno de sus pies al pisar una mina antipersonal.

Gildardo sufrió su accidente el 16 de junio de 2005, en la vereda del Alto Guainí, a dos horas y media del casco urbano de Vista Hermosa. Ahora, once años después y ante la posibilidad de que se firme el proceso de paz, él aún siente desconfianza frente al desminado. “Ojalá sea una realidad para que la gente pueda trabajar bien, que sea pronto y efectivo y no un engaño, porque lo que uno escucha es que siempre quedan minas por ahí regadas”, sostuvo.

En Vista Hermosa aún no se realiza el desminado humanitario ni ha habido uno en los últimos años. Allí “la única herramienta que se ha usado cuando se presenta un evento es el Formulario de Ubicación y Localización de Eventos (Fule)”, como reporta la Daicma en el Plan Local de Acción Integral contra Minas Antipersonal.

El secretario de Gobierno detalló que hace algunos meses una organización civil que realiza desminado humanitario visitó el municipio, pero faltó voluntad política para llevar a cabo el proceso.

“No creemos en el desminado humanitario porque las personas que minaron esos sitios puede que no estén vivas y las personas que están entregando los mapas de los sitios minados no los conocen bien. La comunidad no cree que el desminado sea una herramienta efectiva para que el territorio quede limpio de minas. Lo más efectivo puede ser involucrar y tener más en cuenta a los propios pobladores para que ellos mismos cuenten en donde creen que hay presencia de estos artefactos”, concluyó Luz Dary.