El frente ‘Juan Andrés Álvarez’ controló la vía que une a Codazzi con Chiriguaná, en el Cesar. Contrabando, gasolina ilegal y muchos desaparecidos son los rastros que dejó a su paso.
Paramilitares del frente ‘Juan Andrés Álvarez’ sembraron el terror en la trocha de Verdecia, que une a los municipios de Agustín Codazzi (norte del Cesar) con El Paso, pleno corazón minero, sobre la Troncal de Oriente. Este corredor vial, de 64 kilómetros, fue clave para la expansión paramilitar y el fortalecimiento económico de este frente del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Por Verdecia pasaban los contrabandistas que venían con mercancía y gasolina de Venezuela, y salían los ganaderos con su leche y los productos que producían en las fincas, siempre y cuando pagaran la ‘vacuna’ exigida por los paramilitares.
“Los vehículos que llevaban gasolina de contrabando pagaban más, pero luego los ‘paras’ se dieron cuenta de que ese era un buen negocio y tomaron el control de la gasolina, todas las ganancias eran para ellos”, afirma un viejo poblador de Codazzi, quien aún recuerda las noticias de los muertos que aparecían en esta vía.
Pero más allá de controlar el transporte por la vía, había un negocio más grande: hombres del frente ‘Juan Andrés Álvarez’, según contó Óscar Ospino Pacheco, alias ‘Tolemaida’ en su primeraversión ante un fiscal de Justicia y Paz, cuidaban un trayecto del oleoducto y se aseguraban de que solo ellos fueran los que robaran gasolina.
En la Trocha de Verdecia había cinco válvulas clandestinas y los ladrones le pagaban al grupo dependiendo de la cantidad de gasolina o combustible hurtado. Según explicó alias ‘Tolemaida’, si llenaban una tractomula, pagaban un impuesto de cinco millones al frente paramilitar y si eran camiones más pequeños les cobraban dos millones de pesos.
Una líder de víctimas de Codazzi contó a VerdadAbierta.com que “por esa trocha hay muchas fosas comunes que todavía no han encontrado. A la gente la sacaban de las fincas, del pueblo y traían de otros municipios y las llevaban hasta el campamento donde estaba primero John Esquivel Cuadrado, alias ‘El Tigre’, y luego Oscar José Ospino Pacheco, alias ‘Tolemaida’, y nunca más se sabía de ellos”.
La trocha de Verdecia era una carretera destapada, de difícil acceso, que en época de invierno se volvía intransitable. Hoy, aunque está pavimentada casi en su totalidad, sigue generando temor. En los últimos tres años las víctimas son mototaxistas que salen desde Codazzi a hacer carreras a las veredas y fincas ubicadas en esa vía. Sólo este año han asesinado a más de cinco mototaxistas y los atracos siguen. Es una zona de nadie, a la que la gente prefiere no entrar.
“Yo soy mototaxista y trabajo todos los días, de 6 de la mañana a 5 de la tarde, y vemos cómo matan a nuestros compañeros, pero qué vamos a hacer si no hay otro trabajo. Es una lotería, uno sabe que sale a trabajar, pero no sabemos si regresamos”, cuenta un hombre moreno que recorre a diario la vía.
La trocha de Verdecia pasa por tres corregimientos. Saliendo desde Codazzi, se encuentra Minguillo, a 29 kilómetros, le sigue Rabo Largo, a 52 kilómetros y, finalmente, Cuatro Vientos, que está al finalizar la carretera.
El tramo más temido esMinguillo. Ahí desaparecieron a siete investigadores del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) en el año 2000. Sólo encontraron el vehículo en que se movilizaban, sus cuerpos jamás aparecieron. Este hecho provocó el desplazamiento de varios campesinos que sintieron temor por la presencia paramilitar y otros porque fueron amenazados.
Lo mismo ocurrió con el alcalde de Codazzi, Gilberto Gómez Gómez, quién fue secuestrado el 19 de septiembre de 1997, cuando iba de Valledupar a su pueblo, en un retén que instalaron los paramilitares entre los corregimientos de Los Brasiles y El Desastre. El mandatario local fue encontrado muerto horas más tarde en la finca El Hobo, a un kilómetro del sitio de su retención, y su carro apareció al día siguiente abandonado en la trocha de Verdecia.
Así como estos dos casos, ocurrieron cientos más. VerdadAbierta.com conoció que a la base que tenían los paramilitares del frente ‘Juan Andrés Álvarez en la vereda Sabana Alta, muy cerca a Minguillo, llevaban a las personas a rendir cuentas cuando no pagaban a tiempo el ‘impuesto’ a la tierra o la colaboración que ellos pedían con frecuencia.
“De aquí de Codazzi sacaban a la gente y la mataban por allá, unos aparecían y otros no. Por ejemplo, el caso del señor Rubén Brito y ‘Poncho’ Miranda, que era dueño de una quesera en el mercado, se los llevaron para esa trocha y hasta el sol de hoy no han aparecido”, dice otro líder de víctimas de Codazzi.
Incluso este hombre cuenta que en esa base paramilitar hubo hasta un matrimonio que se celebró “con bombos y platillos, por todo lo alto, entre una jovencita de Codazzi y un jefe paramilitar, alias ‘Mochila’. Allá llevaron un chef. Uno en el pueblo se enteraba de cosas, pero no podía hacer nada porque también lo mataban”.
A esa zona también conducían a personas de otros municipios cercanos, como Becerril, La Jagua, Chiriguaná, El Paso y Bosconia, que en supuestamente tenían cuentas pendientes.
La hija de una líder de mujeres víctimas de delitos sexuales de Bosconia contó a VerdadAbierta.com cómo raptaron a su hija de 16 años y la mantuvieron durante 24 horas como esclava sexual: “A mi hija se la llevaron de Bosconia y cuando despertó estaba en una casa junto con otras jóvenes de su edad. Se la habían llevado por la Troncal de Oriente y tomaron la trocha que va de Cuatro Vientos –municipio de El Paso- a la trocha Verdecia, controlada por el frente ‘Juan Andrés Álvarez”.
Algunos casos atemorizaron a la población. Uno de ellos ocurrió en 1998, cuando aparecieron muertos William Bustos Perdomo, carnicero; Jorge Eliecer Ospina Vélez, conductor; y el comerciante Wilmer Ospina Lozano, quienes iban por esa carretera en tres vehículos. A ellos los mataron de varios impactos de bala y los tres carros fueron quemados. Otro se perpetró en 2001, cuando paramilitares sacaron de la finca Santa Teresita a tres trabajadores y los mataron en la trocha El Vallito, muy cerca de Verdecia. Sus cuerpos aparecieron apedreados y con heridas de cuchillo.
Violencia en Codazzi
Por su ubicación estratégica, que permite tener un amplio corredor en la Serranía del Perijá hacia Venezuela, el municipio de Codazzi siempre ha estado en la mira de los grupos armados ilegales. Primero fueron las Farc con el frente 41 y luego el Eln con el frente José Manuel Martínez Quiroz. Presencia armada que se agudizó cuando llegaron las Auc y se fortaleció el frente Juan Andrés Álvarez.
Un año antes de que asesinaran al alcalde Gilberto Gómez, en septiembre de1996, secuestraron a 12 personas de la zona urbana de Codazzi. Para esa época ya se organizaban las Autodefensas en el Cesar, justo en los vecinos municipios de Becerril y La Jagua de Ibirico. De estas personas, unas aparecieron muertas, otras fueron liberadas y el resto continúa desaparecida. El 30 de enero de 1997, el frente 41 de las Farc dinamitó la sede de la Alcaldía, y el 14 de febrero fue asesinado el jefe de Personal de la administración municipal, Eliécer Argote, y seguidamente el concejal Jairo Fernández.
El 1997 fue un año violento. Amenazaron a la mayoría de los funcionarios públicos y concejales del pueblo. Estas circunstancias llevaron al alcalde Gómez Gómez a buscar ayuda ante el Gobierno Nacional y como resultado hicieron el primer Cabildo por la Paz, en agosto de ese año, esfuerzo que no sirvió de nada, puesto que un mes después lo mataron. Una semana antes de morir, el alcalde también tuvo que enfrentar otro hecho violento: una facción del Eln dinamitó la sede de la Registraduría Municipal.
Todos estos acontecimientos generaron una arremetida paramilitar que conllevó secuestros, asesinatos y extorsión. Los agricultores, ganaderos, transportadores, comerciantes, profesores, fueron presas fáciles del grupo armado que amainó las fuerzas de las guerrillas y se adueñó del territorio.
“Si para la zona de Verdecia llovía, para la serranía no escampaba. Uno no sabía para donde coger y aquí en Codazzi lo único que sabíamos hacer era trabajar la tierra, una tierra bendita que permite cultivar de todo, pero la violencia nos quitó esa oportunidad”, relata un líder campesino que intenta sobreponerse a los estragos de la violencia.
Esta población ocupa el primer lugar en las estadísticas de Justicia y Paz del Cesar donde más ocurrieron masacres y después de Ciénaga, Magdalena, con 49, es el municipio con más masacres registradas en la Costa Atlántica. De los 123 homicidios colectivos documentados a 2009, que dejaron 605 muertos, 34 ocurrieron allí con 126 personas asesinadas y desaparecidas, y tan solo el 9% ha sido aceptado por miembros de las Auc. Hasta el momento no existe ninguna formulación de cargos por ellas.
Historia desgarradora
VerdadAbierta.com conoció la historia de una mujer víctima de delito sexual en hechos ocurridos en una finca ubicada en la trocha de Verdecia. Hoy ella trata de olvidar todo lo sucedido con la ayudade la Organización Víctimas Emprendedoras, un trabajo que lidera una de las mujeres cercanas a Angélica Bello, la defensora de Derechos Humanos que luego de una vida de desplazamientos, torturas y abusos sexuales, se suicidó en Codazzi en el 2012.
“Yo seguí el trabajo que Angélica venía haciendo con mujeres. Me han amenazado mucho, pero aquí estoy ayudándolas. En la organización tenemos a 200 mujeres y 15 de ellas son víctimas de delitos sexuales, muchas no querían denunciar sus casos, pero ya hoy varias han contado lo que les pasó”, dice la líder, que prefiere no decir su nombre por razones de seguridad.
Pese al dolor que produce el recuerdo, aceptó narrar lo vivido. Su historia es una de las tantas que ocurrieron en la trágica trocha de Verdecía, en el corregimiento de Minguillo.
“Yo me encontraba viviendo con mi marido en Macondo, ya que era el sitio de trabajo de él. Tenía tres meses de embarazo y cada 15 días me tocaba salir de compras a Codazzi. Un día, de regreso, tomé un carro como de costumbre y, desafortunadamente, se varó a pocos kilómetros de la finca. Me tocó dejar las compras guardadas en un potrero para ir por mi marido para que él las viniera a buscar.
“Cuando iba llagando a la finca, cerca al portón, me agarraron tres paramilitares y me obligaron a caminar por largo rato hasta llegar a un lugar lejos de la casa, me maltrataron, me taparon la boca y me decían palabra groseras. Los tres abusaron de mí.
“Escuché varias veces mencionar que a uno de ellos le decían ‘El Zángano’, era el comandante de la cuadra y el comandante mayor era un alias ‘El Tigre’. En ese momento ellos me pegaban fuerte y me repitieron varias veces: “como hables te mueres y a tu marido lo vamos a dejar estampado en la pared”. Desde ese momento empezaron las humillaciones más grandes de mi vida.
“Ellos me acercaron hasta un caño cercano a la casa, ahí me dejaron. Me lavé mis partes genitales y traté de fingir para que mi marido no se diera cuenta de lo que me había pasado. Al llegar a la finca, insistía en preguntarme que por qué estaba así arrastrada y con moretones en los brazos y piernas. Yo le dije que nos habíamos accidentado y que las compras estaban a un lado de la carretera escondidas en un monte.
“Esa misma noche el grupo paramilitar llegó a la finca y se quedó supuestamente por órdenes del dueño de la finca. Eran más de 600 hombres y me tocaba atenderlos; ellos se burlaban de mí y en cualquier oportunidad que tenían me decían que el día que hablara de lo sucedido, me arrancaban la lengua.
“Así dure alrededor de seis meses, ya no tenía vida marital con mi marido, por lo cual él me reclamaba y yo no encontraba qué decirle. Entonces tomé la decisión de dejarlo e irme para Codazzi. Ese día tuve una fuerte discusión con él porque decía que en el pueblo no había trabajo y que no iba a dejar ir. En ese momento alias ‘El Zángano’ se metió en la discusión y preguntó qué pasaba, entonces mi marido le respondió que yo lo quería dejar porque no quería estar más en el monte. ‘El Zángano’ le respondió a mi marido: ‘déjala que se largue, mujeres hay muchas’.
“Al llegar a Codazzi me refugié en la casa de un señor mayor de edad que desde hace mucho tiempo me había ofrecido su casa ya que el permanecía más en el campo. A los pocos días de estar allí perdí la memoria, se me adelantó el parto y tuvieron que hacerme una cesárea, la cual se complicó. Los médicos decían que podía morir en cualquier momento, pero lograron salvarme la vida. Hoy en día padezco problemas de hipertensión, me dan pesadillas y mi hijo tiene problemas psicológicos. Nunca más volví con su padre.
“Al año de haber tenido a mi hijo logré recuperar la memoria gracias a unos talleres a los que asistía con frecuencia para ayudar a mi hijo. Hoy tiene 12 años y también sufre con las pesadillas, despierta llorando. Nunca me atreví a denunciar este hecho hasta hace poco tiempo”.
Cronología de muerte en Codazzi, Cesar
1997
8 de enero: aparecieron muertos Campo Elías Mera Lanziano, José Mogollón Serrano y Ángel Contreras Guillen.
24 de junio: Jhon Pérez, Germán Francisco Parra Brito, Cristóbal Carlos Sarmiento, Uriel de Jesús Gómez Pineda.
1998
21 de enero: Dora Vanegas Vanegas, Alex Peinado Ramos y William Edgar Calderón Santos.
13 de mayo: Víctor Manuel Cruz Talaigua, José Fernando Lozada Jiménez y Luis Miguel Lozada Jiménez.
1999
21 de septiembre: ocurrieron dos masacres. En la primera incursión mataron a Marco Aurelio Angulo Marcado, Imeleth Torrecilla Zambrano y Jhon Jairo Estrada Arroyo. Ese mismo día, asesinaron a Ángel Joaquín Quintero Sandoval, Nelson Román Fuentes Zuleta, Dailin Herrera Quintero, Nicolás Delgado Santiago, Domingo Abad Tapias Gómez y Eloina Arias Bayona.
2000
25 de enero: Juan Arroyo Sander, Mario Angulo Mercado y Emeleth Torrencilla Mercado.
6 de febrero: Néstor Yaruro Contreras, Miguel Ruiz Arango, Ramiro Antonio Manosalva, Héctor Flores Pérez y un N.N.
9 de marzo: Mario Abel Anillo Trocha; Danilo Javier Carrera Aguancha; Hugo Alberto Quintero Solano; Edilberto Linero Correa; Jaime Elías Barros Ovalle; Israel Roca Martínez; Carlos Arturo Ibarra Bernal. Investigadores del CTI.
16 de mayo: Miguel Ángel Osorio Arellana, Luis Alberto Jaimes,Juan Carlos Villadiego Arrieta, Euclides Corrales Martínez, Cecilia Mercedes Vivero Rodríguez y María Elena De Oro García.
18 de mayo: William Enrique Ríos Villazón, Ángel María Ospino, Ciro Alfonso Guerrero Rueda, Oscar Enrique Yance Atencio y Edilson Julio Galvis.
29 de agosto: Edwin Rafael Pérez Villazón, Alberto López Ramírez, Máxima María Becerra Martínez y Yesenia Mendoza Becerra.
10 de noviembre: Jorge Eliecer Ospino Vélez, Wilmer Ospino Lazano, William Bustos Perdomo.
2 de diciembre: Pedro Luis Fontanilla Vides, Luis Alfonso Serrano Durán y Manuel Fuentes Jaimes.
2001
14 de enero: Luis Rafael García Miranda, Juan Antonio Rodríguez Rojano y Néstor Manuel Daza Fernández.
5 de marzo: Otoniel Flórez Julio, Fernel Florez Julio, Emel Rangel Bacca, Luis Alfredo Duarte y José De Jesús García Rico.
1 de abril: Oreida Esther Olivella Vizcaíno, Gladys Esther Villanueva Buelvas, Esperanza Parra Ospino, Gabriel Enrique Oquendo Castilla y Luz Enith Montoya García.
22 de abril: Jorge Alberto Socarrás Riobo, de 17 años; Felipe Castillo Barraza, Armando Ochoa García, Omar Alfonso Guerrero Alonso y Eduardo Peinado.
19 de mayo: Edwin Enrique Rozo Díaz, Luis Rodríguez, José Eduardo Rodríguez López, Mildred del Carmen Correa Acosta y un N.N.
1 de junio: Edilberto Pérez Novoa, Adelina Adela Ascanio, Alfonso Cuellar Rincón.
3 de agosto: Robinson Sarmiento Redondo, DanielEscorcia Vaca, Alexander Gregorio Martínez Escorcia.
13 de noviembre: Juan de Dios mercado Cantillo; Guillermo Martínez Cantillo; Juan José Mercado Cantillo.
1 de diciembre: Luis Emer García Sánchez, Evelio Delgado Trujillo, Edel Urquijo Rodríguez y un N.N.
2002
1 de marzo: Wilfrán Salas Salcedo, Placida García Rico, José Brochero Cadena, Cesar Augusto García Fuentes, Norberto Enrique De La Cruz Payares. Por estos hechos se sindica a Carlos Castaño Gil, alias ‘Chitiva’ y alias ‘Sami’.
9 de junio: Diemer de Jesús Luque Martínez, Pastrana Álvarez López, Giovanni López Chona y Alfonso Álvarez López.