Reporte lavado de activos 2006 (Semana)

      
Los movimientos financieros sospechosos se concentran en unas pocas ciudades, revela una investigación del Ministerio de Hacienda.
El lavado ha sido uno de los más grandes retos de las autoridades colombianas. Foto SEMANA/Guillermo Torres

¿Qué tienen en común un alcalde que vendió una propiedad a su propio municipio, un comerciante de la frontera que importa materia prima para hacer copias de discos compactos, un grupo de vecinos que reciben al mismo tiempo giros del exterior, y un industrial al que le llega capital del exterior para inyectarle a su empresa? Que todos están en la mira de la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf) del Ministerio de Hacienda. La razón: sus transacciones fuera de lo normal llamaron la atención de las entidades financieras que participaron de ellas. Por el temor de que tras de estas pueda haber una operación de lavado de activos, bien sea con dinero de corrupción, contrabando, piratería o narcotráfico, quedaron registradas como un Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS). Esta clase de reportes se da cuando la entidad financiera no obtiene una explicación precisa y clara del cambio en el comportamiento financiero de sus clientes.

En un reciente informe de la Uiaf se discriminan las principales ciudades del país que el año pasado tuvieron mayor número de ROS. Sus resultados son reveladores. Bogotá ocupa el primer puesto entre las capitales de departamento, seguido de Cali y Pereira. Luego aparecen Medellín, Barranquilla, Armenia, Cúcuta, Bucaramanga, Cartagena e Ibagué. Y Palmira lidera el top ten de las ciudades que no son capitales de departamentos. Le siguen Buenaventura, Ipiales, Itagüí, Cartago, Tuluá, Buga, La Unión, Montenegro y Envigado. En total, en 2005 en esta veintena de ciudades se dieron 8.018 alertas.

“Con este ‘ranking’ no se busca estigmatizar a esas ciudades”, dice Alberto Lozano, director de la Uiaf, y aclara que el propósito del informe es alertar a los entes financieros y las autoridades sobre las zonas donde se está dando mayor concentración inusual de dinero.

Según informes de la Policía, muchas de estas ciudades coinciden con las regiones donde hay mayor actividad del narcotráfico. Esto sucede con los municipios del Eje Cafetero y el norte del Valle del Cauca. También aparecen ciudades de frontera y, obviamente, las principales ciudades del país donde los lavadores de dinero buscan esconder su actividad aprovechando el alto volumen de transacciones financieras que se dan allí. Llama la atención que no aparecen entre los municipios que clasificaron con mayor número deROS aquellos considerados de alta influencia paramilitar, como sucede con algunos de la costa caribe.

Cuando estos reportes llegan a la Uiaf, se analizan y confrontan contra bases de datos como las de bienes inmuebles y seguridad social. De esta forma se establece si hay o no mérito de informar a las autoridades sobre una posible conducta criminal. Vale la pena destacar que el lavado de dinero no se da sólo en caso de narcotráfico. Se les sigue la pista también a los dineros que, por ejemplo, cobran bandas de extorsionistas, secuestradores y las actividades de funcionarios corruptos.

A partir de la semana pasada, este tipo de investigaciones cuenta con una nueva y poderosa herramienta. Es un sistema que se conoce como Pijao y que permite consultar en línea la información de 15 entidades públicas, como superintendencias, Fiscalía, Dijín, Procuraduría y Contraloría, y una privada, la Asobancaria. “Esto es como el Google de la investigación financiera”, dice Lozano, y explica la facilidad que ahora van a tener las autoridades para que en un solo lugar y en pocos minutos encuentren la información que antes se lograba luego de tediosos y largos trámites.

Con el montaje de este sistema, Lozano se retira, luego de tres años, de la Uiaf, y le daba paso a su nuevo director, Mario Aranguren, quien fue director de la Dian, donde tuvo un amplio reconocimiento por su trabajo persiguiendo a los evasores de impuestos. Su misión ahora es que el silencioso trabajo de la Uiaf continúe siendo ese insumo de análisis e investigación que tantos casos ha ayudado a esclarecer.

Publicado en SEMANA Fecha: 06/11/2006 -Edición 1258