“Quiero saber qué entiende el Eln por participación de la sociedad civil”

      

Carlos Medina Gallego ha dedicado más de dos décadas a estudiar la violencia en Colombia: las guerrillas, los paramilitares, el narcotráfico, los procesos de paz. VerdadAbierta.com habló con él sobre la posibilidad de que, ahora sí, el Eln inicie formalmente negociaciones con el gobierno nacional.

carlos medina gallego 1Carlos Medina Gallego, investigador académico del conflicto armado colombiano.Carlos Medina Gallego hace parte de un grupo de intelectuales y académicos colombianos que ha dedicado su vida profesional a estudiar las causas del conflicto armado, sus consecuencias y plantear líneas de interpretación sobre el mismo.

Licenciado en Ciencias Sociales, magister y doctor en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, Medina Gallego ha enfocado sus intereses investigativos en entender las lógicas y las dinámicas de cada uno de los actores que ha protagonizado esta guerra. Prueba de lo anterior son sus libros: “Eln: una historia contada a dos voces”; “Violencia y lucha armada: el caso del Eln” y “Las Farc-Ep y Eln: una historia política comparada”. También retrató a los paramilitares en obras como “La violencia parainstitucional en Colombia” y “Autodefensas, paramilitares y narcotráfico en Colombia”.

Su producción intelectual lo ha convertido en voz autorizada para opinar sobre la realidad de estos dos grupos subversivos; sobre el fenómeno de las llamadas bandas criminales pero, fundamentalmente, sobre lo que viene ocurriendo en el país por cuenta de los diálogos de paz con la guerrilla de las Farc en La Habana, Cuba.

A su juicio, el reto –y el peso- del proceso de transición que arrancará una vez se firme el acuerdo de paz estará en los ajustes tanto institucionales como constitucionales que requerirá el país si realmente se pretende construir una paz estable y duradera. “Se requieren transformaciones económicas y sociales, pero más importante, se requieren profundas transformaciones políticas y del Estado”, planteó Medina Gallego, quien dijo además que “Colombia nunca ha tenido una revolución que transforme la cultura política. Ojalá las nuevas generaciones, en un escenario sin guerra, la puedan hacer”.

Pero, de acuerdo con Medina Gallego, todo lo anterior deberá acompañarse de una transformación de la Fuerza Pública, de su doctrina y su nuevo papel en la sociedad, pues: “no se puede acabar con el conflicto armado y seguir con las hostilidades hacia el movimiento social tal como viene ocurriendo. La protesta hace parte fundamental y necesaria de la democracia”.

VerdadAbierta.com dialogó con él sobre las probabilidades de que, más temprano que tarde, el gobierno y la guerrilla del Eln anuncien el inicio formal de las negociaciones de paz.

VerdadAbierta.com: ¿Cree que, ahora sí, el Eln se sentará a negociar con el gobierno nacional?

Carlos Medina Gallego: Pienso que está en un momento de decisiones importantes. Está ad portas de iniciar el proceso de conversaciones con el gobierno nacional y creo que ha afinado elementos de agenda en toda esta fase exploratoria y se encuentra en la parte que tiene que ver con los aspectos operativos, logísticos y metodológicos.

VA: Entrando en el terreno de las especulaciones, ¿cuál cree que podría ser la sede de estos diálogos?

CMG: “Las demandas que el Eln está haciendo son para que la mesa funcione, no en La Habana ni en Ecuador, sino en Venezuela. Claro, hay una coyuntura política muy difícil, porque hay tensiones entre el gobierno colombiano y el venezolano por la expulsión de los colombianos y,  además, porque Venezuela está en un periodo pre-electoral, que se consolida el próximo 3 de diciembre. Yo creo que el gobierno nacional no tendría dificultad en que pasada esta coyuntura política pudiera instalarse una mesa teniendo como sede la ciudad de Caracas o alguna otra de las ciudades intermediadas venezolanas. Realmente no le veo dificultad”.

VA: ¿Cree que en algún momento podría haber un cruce de agendas entre una posible negociación de paz con el Eln y el proceso que parece estar llegando a feliz término con las Farc?

CMG: “El gobierno tiene que entender que entre más rápido se inicie ese proceso en la fase pública, mayores son las posibilidades de comenzar a cruzar agendas con el proceso que hay en La Habana. El gobierno, además, debe respetar las autonomías de cada uno de los que el proceso”.

carlos medina gallego 2Medina insiste que deben cesar las agresiones contra los movimientos sociales y respetar el derecho a la protesta para que pueda prosperar la paz.VA: ¿Por qué ha dado tanta dificultad iniciar diálogos con el Eln? Incluso, los obstáculos han sido más difíciles de sortear si se compara con el proceso con las Farc…

CMG: “La etapa exploratoria ha estado cargada de múltiples dificultades, que van desde las tensiones personales y los temperamentos de los miembros de las dos comisiones, pasando por el afinamiento de las temáticas de agenda y llegando a temas que son muy difíciles de resolver en una fase exploratoria, como el que tiene que ver con la dejación de armas y la doctrina militar. Son puntos muy difíciles de tratar. Yo pienso que temas como esos deben ser el resultado de las conversaciones en la mesa pública”.

VA: Diversos sectores sostienen que una negociación de paz con el Eln tendría una diferencia radical con relación a la negociación que se ha adelantado con la guerrilla de las Farc y es la participación de la sociedad civil. ¿Usted lo ve así también? ¿Cómo sería esa participación?

CMG: “Lo que yo quiero saber es qué entiende el Eln por participación de la sociedad civil. Si la participación de esta se va dar en el marco de una sociedad civil cualificada o si lo que se cree con la participación de la sociedad civil es que se hagan eventos multitudinarios. Yo lo que creo es que esta participación será acertada si quienes se convocan a deliberar sobre las temáticas en los territorios son liderazgos naturales y cualificados de la sociedad civil. No debe ser solo una  multitud, porque usted puede tener un evento donde hay cuatro mil personas, pero es para marchar y  no necesariamente para deliberar. Para ello se necesita un liderazgo cualificado que se siente a aportar elementos para la agenda. No sé cómo lo están entendiendo ellos”.

VA: ¿Cómo se puede entender ese protagonismo militar que ha venido adquiriendo el Eln en los últimos meses?

CMG: “El Eln viene operando bajo la lógica de llegar, en alguna medida, con algún tipo de visibilización que realmente no necesita. Lo que quiero decir es esto: a veces las fuerzas implementan acciones militares que preceden a la instalación de una mesa de conversaciones como para tratar de imponerse psicológicamente en una correlación de fuerza favorable. Yo creo que eso ya no es necesario. El Eln tiene un reconocimiento histórico, tiene una importante solidaridad social, académica e institucional que no requiere de ese tipo de acciones. Es hora de que se tome la decisión última de irse a la mesa de conversaciones públicas y darle tránsito a la agenda que tienen”.

VA: ¿Cree que hay unidad suficiente al interior del Eln como para pensar que realmente habrá negociación de paz con ellos?

CMG: “Al interior del Eln, de sus bases y de sus zonas de influencia, debe haber un trabajo muy fuerte para pasar de esa postura que toma distancia de los procesos de solución política a una negociación que sea incluyente de todos los sectores y todas sus influencias. Y yo creo que, a veces, las bases sociales son más radicales que los hombres en armas. Y cuando eso ocurre, la fuerza militar tiene la tendencia de dejarse arrastrar por las fuerzas sociales y políticas”.

VA: En los últimos meses ha habido enfrentamientos armados entre el Eln y las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) en diversas regiones del país, ¿podría ser eso un obstáculo para la paz?

CMG: “Los paramilitares se han transformado sustancialmente. Ya no son una estructura de bloques pero pueden tener cuerpos armados sobre los territorios. El problema grave es que ha habido una ‘societalización’ del paramilitarismo. Son redes que administran como activos económicos el miedo y el terror y que están permeando la institucionalidad política y económica en la región (…) el paramilitarismo hoy es responsabilidad de las nuevas estrategias de inteligencia del Estado; y el Estado sabe que es así, pero además sabe quiénes son los paramilitares en las regiones. Lo que tiene que iniciar es un proceso de recogimiento y sometimiento a la justicia porque los paramilitares ya tuvieron su proceso, no van a hacer otra mesa de negociaciones con ese tipo de cosas. Yo considero que el paramilitarismo es una empresa económica de criminalidad administrando social y políticamente territorios y eso es necesario rectificarlo”.

VA: Finalmente, ¿cómo se imagina a las Farc sin armas?

CMG: “Las Farc ya comenzaron a trabajar con miras a los postacuerdos. Primero, están planteando que se van a convertir en una fuerza política. Segundo, están demandando una presencia temporal en los lugares de decisión política: Senado y Cámara, pero también en las Asambleas y los Concejos. Es decir, están diciendo: ‘queremos unas curules para estar en el escenario de las decisiones políticas al menos durante dos años’. Yo creo que el Estado debe pensarlo y verlo como positivo. No se dejan las armas para organizar un movimiento político para que dentro de cuatro, seis u ocho años llegue al Parlamento. No, se llega con un acuerdo político, con unas curules, que le permitan estar en el Parlamento e ir construyendo su movimiento político, haciendo el proselitismo que le da la legitimidad para poderse proyectarse. Eso lo están haciendo”.