Esta emisora de las Farc, que logró posicionarse en el Caribe colombiano durante más de dos décadas, cerró en el mes de marzo a raíz de los acuerdos en La Habana. Por su carácter de ilegalidad no podía continuar con la emisión y debe esperar a que entren en vigencia las emisoras comunitarias, que contempla el Acuerdo Final, para reanudar su programación.
“Sí, sí, Colombia; sí, sí, Caribe”. Con esta frase, de la canción “Colombia Caribe” del compositor Francisco Zumaqué – que se inmortalizó durante los partidos de fútbol de la selección nacional de fútbol- la emisora abría su programación para que la audiencia lograra sintonizar la frecuencia. Entre comunicados, partes de guerra, sátira política, música y poesía transcurrieron los 25 años que duró como emisora clandestina.
¡”Al aire CRB, cadena radial de la Resistencia Bolivariana! ¡La poderosísima voz de la resistencia! La que le dice la verdad al pueblo”, con esta cortinilla, ‘Adriana’, ‘Alex’ y ‘Manuela’, guerrilleros del Frente 19 del Bloque Caribe, saludaron a los oyentes de Barranquilla, Valledupar, Santa Marta y algunos municipios del sur del Atlántico en la última emisión de la emisora.
Durante los últimos meses la parrilla de programación estuvo destinada a la difusión de los acuerdos de paz. Mediante ejemplos, cada uno de los puntos acordados fue explicado, centrando mayor atención a la sustitución de cultivos de uso ilícitos, la reparación a víctimas y la participación política. El público objetivo: las comunidades indígenas de la Sierra Nevada y la serranía del Perijá, las organizaciones campesinas y los gremios sociales en general.
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‘Alex’, quien hoy se prepara como comunicador, cuenta que hasta en las épocas más sentidas de la guerra hubo espacio para transmitirinformación en los distintos dialectos de las comunidades que hacen presencia en el territorio, como los Kakuamos, Arhuacos, Yupkas y Wayuu.
“La prioridad, por nuestra composición étnica siempre fue saber comunicarnos con las comunidades con las que convivíamos en el territorio. Tuvimos muchos compañeros que se formaron en la guerrilla que no perdieron su lengua nativa, con ellos trabajamos para comunicar desde la radio y en esas estábamos por estos días“, recordó el ex combatiente.
Para los subversivos, hablar de la emisora es recordar 25 años de historia de las Farc. Del paso del Bloque Caribe por la Serranía del Perijá, San Lucas, en el sur de Bolívar y la Sierra Nevada de Santa Marta.
Quienes estuvieron a cargo de la cadena radial, en un principio, fueron ‘Iván Márquez’, ‘Solís Almeida’ y ‘Jesús Santich’. Con el paso del tiempo se sumaron ‘Simón Trinidad’, ‘Lucero Palmera’, ‘Juan can-can’ y ‘Clara’, entre otros guerrilleros que pasaron por los micrófonos de la emisora.
Los orígenes
Los primeros vestigios de la Cadena Radial Bolivariana Voz de la Resistencia (CRB-VR), como la bautizaron, se remontan a 1991 en la Sierra Nevada. Allí, en cumplimiento de lo demandado por las conferencias guerrilleras, se buscó crear el primer órgano de difusión radial de la organización que lograra tener cobertura a nivel regional.
‘Almeida’, comandante del Frente 19 y uno de los creadores de la emisora, recordó, entre risas, que la primera transmisión que lograron realizar fue del campamento a la “rancha” o cocina, y que el encargado de dar la noticia fue ‘Simón Trinidad’: “Con emoción el camarada decía que se había logrado sintonizar perfectamente, que se escuchaba muy bien”.
Pasados unos días descubrieron que los equipos que tenían eran unos walkie talkie de larga distancia, más no una consola de transmisión, la culpa se la otorgaron a un civil que les ayudaba con las telecomunicaciones.
Según los archivos de la emisora, el primer radio que compraron fue uno de 15 vatios, que para ese entonces pesaba alrededor de 48 kilos, 10 más que el equipo de guerra que están acostumbrados a cargar. Todos concuerdan en que eran muy pocos los que podían trastear el equipo por la incomodidad de su tamaño y peso, quienes lo hacían tenía que ser a hombro, no se podía usar mula por las condiciones que interponía el conflicto.
Fueron las veredas, de las estribaciones de La Sierra, los primeros lugares donde los empezaron a escuchar. Para la época, la editorial estaba a cargo de ‘Santrich’, luego había un espacio para presentar a las agrupaciones musicales del grupo armado con sus distintos géneros, para luego proceder a leer comunicados del Secretariado de la organización y de los Frentes, y denuncias en general que llegaban de los resguardos indígenas y comunidades campesinas.
“Al ver que empezaba a dar resultado tanto la parrilla de programación como los objetivos políticos de la emisora, el camarada ‘Iván’ definió que debíamos comprar un equipo más grande”, relató ‘Almeida’. Así, el siguiente radio fue uno de 250 vatios, con el cual ampliaron la cobertura a Barranquilla y sur del Atlántico.
Al tiempo que crecían en audiencia, el Ejército usaba la señal de emisión de los equipos como coordenadas para realizar operativos. Los primeros 11 años de la emisora se vivieron con combates terrestres y asaltos a la emisora que, pese a las acciones armadas, mantuvo frecuencia en la emisión diaria.
La situación cambió con la entrada en vigencia del Plan Patriota, ejecutado durante el primer gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). Como ya lo había reseñadoVerdadAbierta.com, jefes y mandos medios del Bloque Caribe reconocieron que la arremetida de esa política de seguridad diezmó el pie de fuerza de los frentes y los desplazó de la Sierra Nevada a la serranía del Perijá, acciones es las cuales la emisora también se vio afectada.
“Empresarios y militares que patrocinaron la guerra en el Cesar deben responder”: ‘Solís Almeida
Los años de guerra
“El Plan Patriota llegó para quedarse”, exclamó Álvaro Uribe durante una alocución presidencial a inicios del año 2003. Poco tiempo después, la frase se sintió en el terreno con la misma contundencia que fue recitada. Los primeros bombardeos sobre la Sierra terminaron con la vida de ‘Clara’, una de las locutoras aprendices de ‘Satrich’ y a quien hoy día siguen recordando como una de las guerrilleras más dadas a la radio.
“Junto con ‘Clara’, en ese bombardeo, cayó el camarada Toño, quien era el director de la emisora. Perdimos todos los equipos, pero sobre todo mucho talento humano, ‘Clara’ era la que más le había aprendido a ‘Santrich’ en cuanto a programación y alocución, era una de las profesoras encargadas de la enseñanza a los demás guerrilleros”, comentó Alirio Córdoba, quien fue hasta hace poco otros de los históricos locutores de la cadena radial.
Ante los bombardeos y asaltos, la respuesta de la guerrilla fue utilizar antenas transmisoras de información, las cuales eran ubicadas a una distancia prudente del estudio de emisión, buscando con ello evitar que se destruyeran los equipos o que se viera afectado el campamento. Entonces, mientras unos grababan, los demás eran los encargados de ubicar en picos de montañas las antenas.
Son cientos las anécdotas alrededor de la emisora que recuerdan los jefes de los frentes 19 y 52, entre ellas, que usaban espacios de la programación para mandarles mensajes a los policías y militares, diciéndoles, que en caso de confrontación se rindieran o que no expusieran la vida y entregaran el armamento.
“Nosotros sabíamos que ellos nos escuchaban. En el corregimiento de Santa Rosa de Lima, colocaban la emisora desde la trinchera, no se sabe si adrede o con qué fin, pero todo aquel que pasara por la calle nos escuchaba. Un día que atacamos la estación de Policía, uno de ellos decía: comandante nosotros escuchamos su emisora, a lo que le respondimos: por eso, entréguese con las armas. Y así sucedió, los soldados preferían salvaguardar la vida”, aseveró ‘Almeida’.
Según relatan los viejos guerrilleros, fueron varias las veces que ocurrió el mismo asalto a la estación, pues, según ellos, el corregimiento era uno de los bastiones del paramilitarismo. “Los ‘paras’ iban de arriba abajo en el pueblo y la Fuerza Pública no decía nada, pese a los mensajes que emitimos por la emisora siempre se hizo caso omiso”, agregó ‘Aldemar Altamiranda’.
Al igual que ocurrió con Santa Rosa de Lima, en varios territorios como Becerril y Agustín Codazzi se hizo uso de la emisora para alertar de las posibles incursiones armadas o para denunciar algún tipo de violación a los derechos humanos sobre las comunidades indígenas y campesinas por parte del Ejército.
Con el calor de la guerra vino consigo también la modernización de los equipos, no se podían seguir cargando a lomo de mula ni dejar tirados o escondidos por las largas caminatas. Entrado el año 2005, un radio de 500 vatios empezó a acompañar al Frente 19, doblando la cobertura del último radio que se había perdido por los bombardeos.
“Poco nos faltó para ser emisora nacional”
De igual manera ocurrió en otras regiones del país, donde por cada bloque de la guerrilla, al menos dos frentes tenían radio. Para el caso del Caribe, el contacto más cercano que realizaron fue con el Bloque Magdalena Medio y el José María Córdova, que operó en Antioquia. Con un total de tres emisoras buscaron enlazarse entre sí y emitir como uno sola cadena radial, no obstante, pocas fueron las veces que lograron realizarlo.
El proyecto planteado en la Séptima Conferencia había funcionado parcialmente, cada facción de la guerrilla hizo sus primeros pinos en la radio en el tiempo establecido, tres años. De esta manera, los frentes del Bloque Sur se comunicaban con el Oriental; el Occidental con el Magdalena Medio y este a su vez con el Caribe.
Las antenas les fueron de utilidad para enlazar a tres emisoras, como ocurrió con el Frente 19 en el caribe, el 37 de la serranía de San Lucas y algunos de los que operaron en la parte norte de Antioquia. “Le llegamos a millones de personas con nuestro mensaje, no lo hubiésemos podido hacer con la propaganda escrita casa a casa, o como siempre habíamos querido y hasta ahora lo estamos logrando hacer, persona a persona”, aseguró ‘Almeida’.
Hay otros que aseguran que fue poco lo que faltó para hacer funcionar la emisora a nivel nacional, que de no haber sido por los estragos de la guerra la conexión se hubiera realizado a través de las antenas que con el paso del tiempo fueron dejando en montañas, páramos y serranías.
Una vez firmado el Acuerdo Final en el Teatro Colón, de Bogotá, en noviembre del año pasado, varios de los frentes suspendieron las trasmisiones radiales y otros hasta inicios de este año. Al estar en tránsito hacia la legalidad, la emisora no podía seguir funcionando por no tener la autorización de Ministerio de Telecomunicaciones y por usar frecuencias a nivel nacional de manera ilegal.
El deseo que se mantiene, al menos en el Bloque Caribe, es que sea el acuerdo de pazy su implementación el que posibilite, a través de las emisoras comunitarias, la participación del partido político en las cadenas radiales con su parrilla de propaganda y agitación política, al igual que en años anteriores, pero esta vez sin la coerción de las armas.