El máximo jefe de esta organización guerrillera, Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timoleón Jiménez’, ordenó a todas las estructuras cesar todo acto hostil contra el Estado de manera definitiva poniendo fin a 52 años de guerra. Dos días antes había hecho lo mismo el presidente Juan Manuel Santos.
A partir de las 00:00 de este lunes, 29 de agosto, la guerrilla de las Farc cesará de manera definitiva todo acto hostil contra el Estado colombiano. La orden fue dada esta tarde por su máximo comandante, Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timoleón Jiménez’, desde La Habana, Cuba.
“En mi condición de Comandante del Estado Mayor Central de las Farc-Ep, ordeno a todos nuestros mandos, a todas nuestras unidades, a todos y cada uno de nuestros y nuestras combatientes, a cesar el fuego y las hostilidades, de manera definitiva, contra el Estado colombiano, a partir de las 24:00 horas de la noche de hoy”, dijo alias ‘Timoleón Jiménez’, en un breve discurso desde la isla del Caribe.
La decisión de los alzados en armas se da dos días después de que el presidente de la República anunciara en Bogotá la orden dada a todas las tropas de suspender toda acción militar contra las Farc a partir de la media noche de este domingo, dando inicio así al “Cese al fuego bilateral y definitivo” que pone fin a una sangrienta y dolorosa confrontación de 52 años.
“Quiero infórmarles a los colombianos que como Jefe de Estado y como comandante en jefe de nuestras Fuerzas Armadas, he ordenado el cese al fuego definitivo con las Farc a partir de las 00:00 horas del próximo lunes 29 de agosto. Se termina así el conflicto armado con las Farc”, declaró el Presidente desde el Capitolio Nacional.
En su breve intervención, el máximo jefe de las Farc recordó que desde el 20 de julio de 2015 estaban en cese al fuego y de hostilidades de manera unilateral, y tras haber escuchado la orden de Santos, dijo: “recibimos emocionados la orden presidencial a su Ejército. Y procedemos, en consecuencia, a dar la orden correspondiente a nuestra tropa”.
La decisión comienza a cristalizar los consensos logrados entre gobierno nacional y ese grupo guerrillero, incluso, semanas antes de que se dé la firma final del Acuerdo de Paz que, se espera, se produzca la tercera semana de septiembre en la ciudad de Bogotá y de la refrendación ciudadana mediante el Plebiscito, que fue convocado para el próximo 2 de octubre.
Como se recordará, el “Cese al fuego bilateral y definitivo” hace parte del “Punto 3: Fin del conflicto”, que incluye, además, lo concerniente a la dejación de armas por parte de la organización alzada en armas. Allí, ambas partes acordaron un cronograma de acciones que iniciarán luego de la firma definitiva del Acuerdo Final a manos del presidente Santos y del jefe de las Farc, Rodrigo Londoño, alias ‘Timoleón Jímenez’, evento que se conoce como el “Día D”.
A partir de ese momento, las Farc tienen un tiempo estimado de 160 días para movilizarse hasta las 23 Zonas Veredales Transitorias de Normalización (Zvtn) y las ocho zonas campamentarias ya establecidas, suministrar información sobre armamento y combatientes y entregar las armas a delegados de las Naciones Unidas. Las reglas de funcionamiento de las Zvtn, así como la logística para la entrega de armamento y movilidad de los guerrilleros una vez dejen las armas, también quedaron consignadas en el Acuerdo Final.
En dicho documento también se pactó que “el mecanismo de monitoreo y verificación (MM&V) del cese al fuego será un mecanismo técnico tripartito, integrado por representantes del gobierno nacional (fuerza pública), de las Farc y un componente internacional consistente en una misión política con observadores no armado de la ONU integrada principalmente por observadores de países miembros de la Celac”.
Disminución histórica
Si bien ambas partes ajustaron poco más de un año realizando un conjunto de acciones para desescalar gradualmente el conflicto armado y así, construir confianzas mutuas para alcanzar un acuerdo final, el anuncio del Presidente encierra un profundo significado simbólico, toda vez que se reconoce que el Estado colombiano ya no ve en las Farc el enemigo histórico que combatió con fiereza por más de cinco décadas.
Dentro de las acciones de desescalamiento llevadas a cabo durante la etapa de diálogos, se destacan la suspensión de los bombardeos por parte de la Fuerza Aérea Colombiana y varias treguas unilaterales decretadas por las Farc. La última de ellas inició el 20 de julio de 2015 y aún se mantiene vigente.
Al respecto, el más reciente informe del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac), señala que durante los últimos 14 meses el país experimentó una caída histórica en los niveles de confrontación y muertes violentas por cuenta del conflicto armado.
Según dicho informe, entre el 20 de julio de 2015 y el 19 de julio de 2016 las acciones ofensivas de las Farc cayeron un 98 por ciento; mientras que los combates con la Fuerza Pública disminuyeron un 91 por ciento. Como consecuencia lógica de lo anterior, las muertes de civiles y combatientes también cayeron a niveles históricos: 98 y 94 por ciento respectivamente.
“El Cerac encontró que, en los últimos siete meses, las Farc han suspendido muchas -aunque no todas- las formas de acciones ofensivas violentas que ejercía típicamente en el pasado cercana”, resalta el documento, que consigna cifras como las del siguiente gráfico:
Durante el periodo analizado por el Cerac se constataron diez acciones violatorias de la tregua unilateral por parte de las Farc, la cuales causaron la muerte de cuatro personas: un civil y tres integrantes del Ejército, y causaron heridas a cuatro más. La acción más reciente se registró el pasado 12 de junio, cuando guerrilleros de las Farc atacaron un grupo de soldados del Ejército en Vista Hermosa, Meta, en hechos que le produjeron la muerte al uniformado Wilmar Arley Muñoz.
“En este mismo período se han presentado otras seis acciones con una alta probabilidad de ser responsabilidad de las Farc y violatorias del cese de acciones ofensivas por parte de este grupo guerrillero. Estas acciones requieren verificación de su autoría por parte de las autoridades judiciales correspondientes. No hemos conocido de reporte de las autoridades con respecto a la responsabilidad ninguna de estas acciones”, señala la Cerac en su informe.
Durante el mismo periodo se presentaron 21 combates entre la guerrilla y la Fuerza pública donde se desconoce quien tuvo la iniciativa. Dichas acciones se concentraron en el norte de Antioquia, sur del Tolima, el departamento del Meta y el norte de Caquetá. El Cerac destacó que en el último mes no se registró ninguna acción violatoria de la tregua unilateral.
Para Jorge Restrepo, director del Cerac, las treguas unilaterales decretadas por las Farc permitieron mejorar las condiciones de seguridad en regiones altamente conflictivas; mostraron un nivel importante de cohesión al interior del grupo guerrilero; pero lo más importante, “nos hemos ahorrado muchas víctimas”.
Para Restrepo, el cese al fuego bilateral y definitivo supone un gran paso en aras de construir una paz estable y duradera toda vez que “la máquina de guerra que han sido las Farc también ha requerido de una máquina criminal, ligada con actividades ilegales que van desde la extorsión, el cobro de gramaje y hasta minería ilegal, que se supone también debe desaparecer”.
Implicaciones
Desde hace varios años, diversas organizaciones sociales nacionales e internacionales exigían un cese bilateral del fuego como estrategia de confianza para continuar con las negociaciones en La Habana. Las ultimas expresiones en ese sentido se conocieron en mayo del año pasado, cuando la guerrilla de las Farc decidió no continuar con el cese unilateral, lo que generó ataques en varias regiones del país.
En esa ocasión, La Comisión Colombia Europa Estados Unidos y Comunidades Construyendo Paz en los Territorios, que agrupan cerca de 400 organizaciones de base, divulgaron un comunicado en el que advirtieron que “de no avanzarse hacia un cese bilateral, cada muerte evitable seguirá hiriendo la conciencia moral de la sociedad y seguirá sumando a la responsabilidad de quienes pudiendo desescalar la confrontación, no tienen la voluntad de hacerlo”.
Por su parte, la Fundación Ideas para la Paz, en un análisis realizado a finales de junio pasado, indicó que el “silenciamiento de los fusiles” de ambos lados permite consolidar “el divorcio entre las armas y la política, pilar sobre el cual se fundamenta el ejercicio de la política”; desactivar total o casi totalmente “un aparato de guerra que ha tenido un inmenso impacto humanitario y ha generado costos de todo tipo para la sociedad colombiana”; y brindar garantías de no repetición, que supone “que dicho aparato de guerra pueda transitar al ejercicio de la política sin que sea perseguido y estigmatizado, junto con otras organizaciones y movimientos sociales”.
Monitoreo
Un día después del anuncio presidencial, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, anunció que a la par del comienzo del cese bilateral, se pondrá en marcha el Mecanismo de Monitoreo y Verificación tripartita que se acordó con las Farc en La Habana, y que está integrado por representantes del Gobierno, delegados de las Farc y observadores no armados de la ONU.
“El Comando Conjunto de Monitoreo y Verificación contará con 1.500 hombres adicionales. 500 integrantes son las Naciones Unidas, que ya están en Colombia y que estarán en las 26 zonas veredales donde se concentrarán las Farc; además en Bogotá, Medellín y Cali”, resaltó Luis Carlos Villegas en rueda de prensa.