Los gnósticos y los ‘paras’

      
En la Sierra Nevada de Santa Marta paramilitares desplazaron una cooperativa campesina de dos fincas cafeteras y según los desplazados se las entregaron a una comunidad de gnósticos. En las próximas semanas este grupo será desalojado para devolverle los predios a sus dueños.

La Sierra Nevada de Santa Marta es uno de los santuarios de la comunidad gnóstica.


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Una comunidad de gnósticos que llegaron a la Sierra Nevada de Santa Marta en 2004 será desalojada en los próximos días de dos predios que al parecer despojaron con la complicidad de las Autodefensas de Hernán Giraldo. 

Este grupo religioso, que pregona la no violencia, ocupó estas tierras que pertenecen a una cooperativa de campesinos de San Pedro de la Sierra, que fueron desplazados por hombres del ex jefe paramilitar en 2004, cuando fueron tildados como guerrilleros.  

Desde entonces, 26 familias campesinas de la cooperativa Cooagrosac luchan por recuperar las fincas San Carlos y La Paz, en este corregimiento de Ciénaga, Magdalena.

La pelea entre la comunidad y los campesinos llegó hasta un tribunal de Santa Marta, que hace unas semanas ordenó la restitución de las dos fincas a los labriegos desplazados. Los gnósticos han querido retener las propiedades aduciendo que son poseedores de buena fe y que nada tuvieron que ver con los paramilitares y el despojo a estos campesinos.

Sin embargo, la justicia encontró que ellos no son los reales propietarios y tienen que devolver las tierras a sus dueños.

Una tierra, tres desplazamientos
Desde los ochenta la violencia ha marcado las fincas San Carlos y La Paz. Los dos predios, de 153 y 60 hectáreas, pertenecían a los Fernández De Castro, una familia adinerada de Santa Marta.

Por la presión de las Farc, que empezaron a delinquir en las tierras altas de la Sierra Nevada en 1982, los Fernández De Castro se marcharon. Hasta diciembre de 1998, el abandono campeó en estas tierras, fecha en la que la familia le vendió los predios a la cooperativa agraria Cooagrosac.

Esta cooperativa, que juntó 26 familias campesinas, adquirió San Carlos y La Paz con un crédito del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (INCORA). Laborando bajo principios cooperativistas, los campesinos compartían las siembras, las cosechas y todos los dividendos que les dejaba el cultivo de café. Según cifras entregadas por los campesinos despojados, las cosechas les dejaban hasta 350 millones de pesos por año.

Antes de enfrentarse a los ‘paras’ de Hernán Giraldo, los campesinos de la cooperativa huyeron una primera vez de San Pedro por las amenazas de la guerrilla. “Cómo la tierra era de una familia de ricos de Santa Marta, dijeron que era de paracos, ordenaron que la cooperativa se acababa  y que ahora trabajaría como ellos dijeran”, recordó Pablo Torres*, uno de los miembros de Cooagrosac.

Gran parte de los parceleros se desplazó y sólo volvió a ocupar San Carlos y La Paz en 2003, cuando el Ejército se instaló en la zona. Sin embargo, a principios de 2004, menos de un año después del retorno de la fuerza pública a San Pedro de la Sierra, los ‘paras’ empezaron a merodear por las fincas de la cooperativa.

Les decían que los estaban investigando por ser presuntos colaboradores de la guerrilla. En agosto de 2004, según relataron los campesinos, cerca de 200 paramilitares del Frente Resistencia Tayrona, al mando de José Daniel Mora López, alias ‘101’, irrumpieron en esta región, los amenazaron y les dijeron que iban a coger esas tierras porque ahí trabajaban milicianos de la guerrilla.

“A la finca llego un señor apodado ‘101’, enviado por Hernán Giraldo, y nos dijo que mientras ellos estuvieran por esos lados, teníamos que desocuparle la finca, o si no, nos mataban”, recordó Juan Ruiz*, un cafetero de la cooperativa. Añadió que “ese mismo día nos tocó abandonar la finca y dejar todo tirado, lo único que pudimos sacar fue la ropa”.

Por más de dos décadas Hernán Giraldo, alias ‘El Patrón’, sembró el terror en la Sierra Nevada. Se calcula que cometió varias masacres en la región, robó decenas de hectáreas de tierras y apoyó su poder sobre el tráfico de drogas. Las amenazas de ‘El Patrón’ dejaron completamente vacías las fincas de San Carlos y La Paz.

La negativa de los gnósticos
Hasta 2006, cuando el Frente Resistencia Tayrona se desmovilizó, los campesinos de la cooperativa se mantuvieron lo más lejos posible de sus tierras. Confiados de que su vida ya no estaba en peligro, los lideres de Cooagrosac subieron a San Pedro de la Sierra para reinstalarse en sus fincas cafeteras.

En su retorno Se sorprendieron al encontrar una comunidad esotérica gnóstica instalada en sus casas, trabajando la tierra como propia y con poca intención de devolverla. Aunque aseguran que los contactaron para recuperar lo suyo, sin tener que pasar por un proceso jurídico, según una fuente que conoce el proceso la congregación no quiso devolver las dos fincas cafeteras.

Los campesinos se enteraron de que después de su desplazamiento, los ‘paras’ les entregaron las tierras a los gnósticos, que tienen una comunidad numerosa en la región y consideran la Sierra Nevada de Santa Marta como uno de sus centros espirituales.

Según varios miembros del grupo religioso, los ‘paras’ los obligaron a tomarse estas tierras, de lo contrario los echaban de la zona. Además las autodefensas les exigieron el 60 por ciento de las ganancias que dejaban las dos fincas cafeteras.

Uno de los campesinos de la cooperativa se quejó ante la justicia que, cuando fue a reclamar sus tierras, algunos gnósticos los tildaron de guerrilleros y les advirtieron “que si regresaban los mataban, porque los paramilitares los habían dejado ahí”.

El desplazamiento y las amenazas contra los campesinos de la cooperativa de San Pedro de la Sierra fueron aceptados en versiones libres por Hernán Giraldo y alias ‘101’, que dijo: “los gnósticos tenían las posesiones (de las fincas), les di la orden de trabajar, pero tenían que pagar un impuesto, fue un impuesto que se cobró en la región, como si fuera obligatorio. En  el año 2005 me pagaron 35 millones de pesos, el dinero con el que pagaban venía de la recolecta del café que se pagaba por hectárea”.

Por el lío, los campesinos de la cooperativa denunciaron la situación ante el Despacho 9 de Justicia y Paz. Para el despacho judicial es claro que las cosechas de las fincas financiaron los paramilitares y no consideran los gnósticos poseedores de buena fe, estos “fueron colocados allí por el grupo de autodefensas, de manera que su estadía en los predios tienen origen en una causa ilícita”, reza un documento de la Fiscalía.

Además para los investigadores de la Fiscalía es curioso que, a pesar de que los ‘paras’ ya se desmovilizaron hace cuatro años, los gnósticos aún ocupan las dos fincas.

Uno de los desplazados de San Pedro de la Sierra dijo que “ya muchos de los asociados han denunciado, las fincas tienen tres años abandonadas del cual hemos dejado de recibir todas las utilidades desde entonces. Nosotros tenemos todos los títulos de predios y registros de las fincas, exigimos reparación moral y material por todo lo que hemos sufrido por estar sin trabajo”

Por eso los representantes de la cooperativa Cooagrosac demandaron el grupo de gnósticos para poder recuperar su tierra. Aunque, a través de la Defensoría del Pueblo de Magdalena, trataron de recuperar la tierra de manera amigable, una fuente le dijo a VerdadAbierta.com que no quisieron.

¿Quiénes son los gnósticos?
Esta es una corriente espiritual milenaria según la cual los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al sacrificio de Cristo sino mediante la gnosis, o conocimiento introspectivo de lo divino.

La comunidad que ocupa las fincas de San Pedro de la Sierra hacen parte de Movimiento Gnóstico, una secta mística, esotérica. Actualmente existen asociaciones gnósticas en más de cien países.

Parte de los gnósticos colombianos consideran la Sierra Nevada de Santa Marta “Sumum Supremum Sanctuarium Gnóstico”, o santuario supremo. Al macizo, cerca de San Pedro de la Sierra, llegó en los años cincuenta Víctor Manuel Gómez, o Samael Aun Weor, uno de los líderes históricos del gnosticismo en el país. Y en ese corregimiento de Ciénaga, Magdalena, funciona uno de los centros espirituales de la secta.

En 1999 un grupo de gnósticos fue noticia cuando varios familiares de miembros de la congregación denunciaron que el grupo Stela Maris de Cartagena había viajado a la Sierra Nevada de Santa Marta a esperar el fin del mundo y la llegada de una nave extraterrestre.

El DAS estuvo buscándolos unos días, hasta que varios miembros de la congregación le dijeron a los medios que estaban en un retiro espiritual en una propiedad privada cerca a Santa Marta.
 

*Los nombres de los campesinos de San Carlos y La Paz fueron modificados por razones de seguridad.