Álvaro Araújo padre y Álvaro Araújo hijo están acusados del secuestro de Víctor Ochoa. Este último por primera vez cuenta su historia.
Víctor Ochoa fue secuestrado el 13 de enero de 2002. Foto: Semana |
Uno de los casos más sonados en el escándalo de la para-política ha sido el de la familia Araújo. A diferencia de los otros parlamentarios que han sido acusados de aliarse con los paramilitares para conseguir votos, el ex ministro Álvaro Araújo Noguera y el ex senador Álvaro Araújo Castro han sido acusados, además, de secuestro.
El caso data del 13 de enero de 2002, cuando Víctor Ochoa Daza, reconocido político de Cesar, fue secuestrado por ‘Jorge 40’. Después de 80 días, fue liberado. El plagio no tuvo mayor trascendencia sino cuatro años y medio después, cuando su hermano Elías, ex alcalde de Valledupar, y para entonces cónsul en Barquisimeto (Venezuela), le dijo al vicepresidente Francisco Santos que los Araújo habían promovido el secuestro de su hermano y le dejó una carta en la cual explicaba con detalles lo ocurrido.
La noticia se conoció en enero de 2007 en el país y se desató un escándalo político que llevó al retiro de su cargo como canciller a María Consuelo Araújo, hija y hermana de los implicados. Para esa época, Elías Ochoa ya se había retractado. Manifestó que había escrito esa carta “ofuscado” porque se sentía maltratado por la Cancillería y aseguró que la misiva no era una denuncia porque en ella había cosas “producto del rumor”. La molestia de Ochoa radicaba en que quería que lo trasladaran de Maracaibo, donde temía retaliaciones de la guerrilla de las Farc por haber testificado en contra de ‘Simón Trinidad’, pero su petición no fue concedida y, según dijo, creía que esa negativa podía ser parte de una persecución política del hermano de la canciller.
Esa retractación le pareció convincente a la Procuraduría y no a la Corte en su momento, ni tampoco a la Fiscalía, que en abril pasado llamó a juicio a los Araújo. La Fiscalía considera que es necesario aún aclarar las circunstancias en que se dio el secuestro. Según testimonios allegados al caso, Víctor Ochoa y los Araújo hicieron un pacto político que, entre otras condiciones, obligaba a Víctor a ser el segundo de la lista al Senado de Álvaro. Sin embargo, y después de que los Araújo habían cumplido su parte del trato, Ochoa anunció en una concentración pública que no iría en la lista de Álvaro y que la otra gran figura de su movimiento político, Juanita Ramírez, sería candidata a la Cámara.
Al día siguiente de esta concentración Víctor fue secuestrado por ‘Jorge 40’; y durante el cautiverio, ‘40’ le pidió a Juanita Ramírez que viajara hasta su cuartel general y allí le advirtió que para salvar la vida de Víctor Ochoa debía renunciar a su aspiración a la Cámara y convertirse en la segunda en la lista al Senado de Araújo, justo en el lugar que había declinado Ochoa. Y así ocurrió.
El protagonista de todo este episodio, Víctor Ochoa, el secuestrado, no había hablado con ningún medio de comunicación. Hasta ahora.
SEMANA: Álvaro Araújo padre y Álvaro Araújo hijo están acusados de secuestrarlo a usted. El caso ha tenido connotación nacional durante dos años, ¿por qué no había aceptado hablar hasta ahora?
VÍCTOR OCHOA: Porque a pesar de no ser abogado, tengo claro que cualquier declaración por fuera del proceso podría interferir con la investigación que adelantó la Fiscalía y aun correr el riesgo de violar la reserva del sumario. Por eso cuando declaré en el proceso, decidí que era mejor hablar sólo frente a los estrados judiciales.
SEMANA: ¿Y por qué ahora sí públicamente?
V.O.: Porque considero que ahora es el momento oportuno y no violo la reserva del sumario. La Fiscalía ha hecho un llamamiento a juicio acusando al doctor
Álvaro Araújo y a su hijo, a pesar de que nosotros hemos declarado en varias oportunidades, aclarando y precisando, los hechos que vivimos o conocimos. Lo que pasa es que muchas veces la prensa ha tergiversado la información y eso no es sano.
SEMANA: Denos un ejemplo de información tergiversada
V.O.: Por ejemplo, en muchos medios se ha dicho que éramos adversarios políticos de los Araújo en ese momento y que yo iba a ser candidato contra ellos. Eso no era cierto, para la fecha de mi secuestro teníamos vigentes unos pactos políticos y estábamos prestos a cumplirlos.
SEMANA: Pero al fin y al cabo, fue su hermano el ex cónsul Elías Ochoa el que denunció su secuestro y adjudicó la responsabilidad a los Araújo?
V.O.: Eso no es tan así. Yo le he escuchado en varias oportunidades a mi hermano que él no los denunció, que él lo que hizo fue contarle al señor
Vicepresidente unos hechos que él vivió durante mi secuestro y unos comentarios que un amigo le hizo posteriormente. Yo pienso que si él hubiera tenido certeza sobre eso, ahí sí los habría denunciado, porque sé que no le falta temple para hacerlo.
SEMANA: ¿Su secuestro fue político o tuvo motivaciones económicas?
V.O.: Inicialmente parecía político, pero se transformó en económico y se exigió por parte de las AUC el pago de 100.000 dólares.
SEMANA: Entonces ¿cuál es el papel que habrían jugado los Araújo en ese secuestro?
V.O.: Con tanta violencia las cosas eran confusas, aquí había muchos chismes y todo el mundo pescaba en río revuelto por interés personal. Un año después de mi secuestro, un amigo que ya murió le hizo un comentario a mi hermano, expresándole que le habían manifestado una versión sobre la participación de los Araújo; pero la verdad es que él nunca le dio importancia a ese cuento, porque no le encontraba sentido ni lógica habiendo sido ellos aliados y amigos políticos. En 2002 Alvarito Araújo tenía una coalición muy fuerte, la misma que había elegido gobernador y apoyó la candidatura a la alcaldía de mi hermano. Yo no veía cómo Alvarito podía perder. Creo que hasta en Bogotá sacó una votación importante…
SEMANA: ¿Y por qué su hermano escribió la carta acusando a los Araújo de secuestrarlo a usted para luego entregársela al Vicepresidente? ¿Fue esa carta la que dio lugar al inicio de todo este proceso?
V.O.: Le repito, no era una acusación. Si uno quiere acusar, va a una fiscalía. Mi hermano explicó en sus declaraciones que estaba muy ofuscado y molesto, y no encontraba razón a una serie de desaires y actitudes de la ex canciller María Consuelo Araújo. No es menester dar detalles aquí sobre ese episodio, pero sí vale la pena aclarar que ponían en gran riesgo su seguridad personal. El gobierno se había comprometido a protegerlo y cuando sintió que le estaban incumpliendo, lo que hizo fue pedirle consejo al Vicepresidente, quien era el garante de su seguridad, razón por la cual le dio esa información, incluidos los comentarios hechos por el amigo. Ese es el origen de la famosa carta.
SEMANA: ¿Desaprueba que el Vicepresidente haya remitido la carta de su hermano a la Corte?
V.O.: Yo no soy nadie para aprobar o desaprobar las decisiones del Vicepresidente, creo que él hizo lo que le pareció correcto. A lo mejor, él no dimensionó el alcance de esa determinación.
SEMANA: Usted, que fue el secuestrado, ¿considera que la justicia se ha excedido en este caso?
V.O.: Me parece muy osado emitir juicios sobre las decisiones del poder judicial, sobre todo cuando yo no tengo el perfil jurídico para valorar esas acciones. Sí, siento que este caso ha tenido mucha presión mediática, lo que ha provocado que muchas veces se hayan distorsionado las cosas. Yo lo que espero es que las autoridades judiciales valoren bien nuestras declaraciones y, con base en éstas, produzcan en derecho el fallo justo.
SEMANA: Pero hasta ahora la justicia está actuando con base a las acusaciones que hicieron tanto su hermano como su propio hijo…
V.O.: Reitero que ellos no los han acusado. Mi hijo contó apartes de su lucha desesperada por lograr mi libertad. El secuestro es una situación terrible y nosotros la hemos vivido profundamente con seis secuestros familiares. Si alguien supone de antemano que fueron ellos, entonces todo se entiende como una acusación; pero mi hijo ha explicado bien en sus declaraciones y él tampoco los acusa. Inclusive, hace poco, para precisar algunos comentarios, yo mismo le entregué al fiscal un relato aclaratorio, escrito y firmado por él anteun notario; también lo entregué a los Araújo y presumo que lo utilizarán en el momento en que les sea útil, porque a nosotros nos preocupa que por falta de claridad, no se dé un fallo justo.
SEMANA: Pero el hecho es que tanto Araújo padre como Araújo hijo acabaron comprometidos en ese enredo ante la justicia. ¿Alguno de los dos tiene algún tipo de responsabilidad?
V.O.: Usted sabe que yo estaba secuestrado y como tal no participé del proceso de mi liberación, por tal razón mal podría calificar responsabilidades. Es más, no me cabe en la cabeza que ellos sean capaces de participar en un delito tan abominable como el secuestro.
SEMANA: La realidad en este momento es que los Araújo pueden quedar condenados a 20 años de cárcel o más por cuenta de unas declaraciones de ustedes, los Ochoa. ¿Cómo hacen para convivir en una ciudad tan pequeña como Valledupar en esas circunstancias?
V.O.: Lo primero que hay que precisar es que cada una de las familias tiene su espacio y su círculo social en el cual se desenvuelve. Nosotros no tenemos como familia ninguna confrontación con los Araújo, inclusive cuando nos hemos encontrado con ellos nos saludamos sin ninguna prevención. Sus familiares saben que hemos dicho la verdad ante la justicia. El doctor Araújo es un hombre importante, que yo frecuentaba antes y después de mi secuestro, y con Alvarito también tuvimos siempre buena relaciones.
SEMANA: El fiscal que acusa y llama a juicio a los Araújo sostiene que la retractación de ustedes es fruto de presiones y amenazas. ¿A ustedes los han amenazado los Araújo?
V.O.: Nosotros nunca nos hemos retractado porque tampoco los hemos acusado. Yo nunca me he sentido amenazado o presionado por los Araújo. Pienso que ellos no son gente de amenazas. Todos hemos sido gente pacífica, por eso fuimos aliados en algunas contiendas políticas.
SEMANA: Sin embargo, su hermano Elías, en su última declaración ante la Fiscalía, manifestó que él sí se sentía amenazado.
V.O.: Mi hermano es un hombre de mucho valor civil y siempre ha asumido con responsabilidad sus acciones. Lo que yo en varias oportunidades le escuché decir es que el señor Edgardo Maya Villazón, procurador General de la Nación de ese entonces, desató una persecución contra él, la que por fortuna ya terminó.
SEMANA: Según usted, para que se haga Justicia ¿qué debe pasar?
V.O.: Deben ser castigados quienes llevaron a cabo el secuestro y todos los que hayan secuestrado a alguien. Y debe haber reparación para quienes hemos sido víctimas. Pero exonerar a los responsables o condenar a quienes nada tuvieron que ver no es ningún alivio, sino que se vuelve una mortificación más.