Para Ricardo Alvarado la construcción de una paz estable no es sólo el silencio de los fusiles, es responder a las necesidades históricas que han tenido las comunidades. VerdadAbierta.com conversó con el mandatario sobre los retos y expectativas que existen frente a la implementación del Acuerdo con las Farc.
Arauca es uno de los departamentos en los que la guerra no ha dejado de sonar. Allí hay una fuerte expectativa ante la inminente firma del Acuerdo Final con las Farc, pero la guerrilla del Eln hace presencia en cerca del 60% del territorio y ejerce un férreo control social, económico y político. En es medio de esas tensiones, y de aprobarse el plebiscito, la implementación de lo acordado en La Habana se convertirá en un reto para las autoridades locales.
Buena parte de esa tarea recae sobre el gobernador Ricardo Alvarado, un médico cirujano que ha alternado su vida entre los hospitales, la academia y la política. Fue concejal del municipio de Arauca para los periodos de 1988 y 1991, y elegido como Alcalde en 1992; director del departamento de servicios del hospital San Ignacio de Bogotá en 2001; y ha sido profesor en distintas oportunidades de la Universidad Javeriana. Llegó a la gobernación conel apoyo de una coalición de partidos que reunió a Cambio Radical, Partido de La U, Verde, Conservador y la Alianza Social Independiente (ASI).
En esta conversación con VerdadAbierta.com, Alvarado asegura que Arauca debe “despetrolarizar su economía”, entre otras razones porque ha generado un convulsionado panorama social entre las comunidades y las compañías petroleras debido a la injerencia en los territorios, los daños ambientales y los históricos reclamos de las comunidades indígenas.
VerdadAbierta.com (VA): ¿Cuáles son los retos que tiene el departamento para la implementación del acuerdo con la guerrilla de las Farc?
Ricardo Alvarado (RA): La implementación de los acuerdos tiene que responder a varios elementos transversales: el primero es reconocer a los diferentes actores, las Farc y Eln; el segundo es Arauca y su condición de frontera, el cual agrega un condicionante social importante y es la dificultad social que vive el hermano país que es asiento a lado y lado de la presencia guerrillera. Por ende, cualquier cosa de paz tiene que pasar por la interpretación de esos actores.
VA: ¿Cómo ha articulado la gobernación el acuerdo de la Habana al Plan de Desarrollo?
RA: Antes de empezar a soñar con un Plan de Desarrollo pensé que lo importante era abrirnos, tener apertura e inclusión, que los diferentes actores pudieran tener varios espacios de diálogo con la institucionalidad. Antes de que se aprobaran en La Habana los diferentes acuerdos, yo incluí el primer punto, el segundo y la sustitución de cultivos de uso ilícito de La Habana en el Plan de Desarrollo. Lo demás le compete a la Nación. Por lo tanto, se puede señalar que ese espacio ya está abonado, lo otro es ir a la población. La única respuesta que yo tengo clara es que hay que meterle pueblo, no solo dinero, la paz se construye con la gente.
VA: Bocas de Ele y Filipinas, las dos veredas escogidas como Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN), fueron territorio de disputa entre las Farc y el Eln durante la guerra que adelantaron desde el 2005 hasta el 2010 que dejaron temores latentes ¿Cómo superar los miedos y evitar nuevos conflictos?
RA: Para la normalización del territorio existen tres temores: el temor de la muerte; el temor de que se vuelva una guerra en el territorio por los espacio que se dejan, donde aparezcan otros actores, entre esos el Eln; y el gran temor es la frustración de que todo se dé y no valga la pena.
Nosotros, como Gobernación, hemos pedido, primero, que protejan a la gente, el Estado debe garantizar los derechos de los civiles. En este territorio se vivió la guerra entre las Farc y el Eln más horrible que hubiera podido suceder, hubo desplazamiento y muerte, y lo más triste es que la muerte no fue entre ellos mismos, sino entre la población. Luego vino en el año 2000 en adelante el paramilitarismo que acabó el territorio, principalmente la parte de Piedemonte y en Tame, eso no puede volver a suceder en el territorio. Este gobernador se compromete a facilitar todo lo que sea necesario para que el proceso de paz se dé con respeto a los derechos de los ciudadanos.
VA: Una de las mayores preocupaciones que hay en estas veredas es que los campesinos no tienen titulada la propiedad ¿Se ha adelantado algún proyecto para buscarle solución a la problemática?
RA: El día 8 de septiembre se hará un pacto agrario con la Agencia Nacional de Tierras para tres cosas: primero un proceso de legalización de la tierra, el segundo es la administración inteligente de los baldíos, porque el problema no es quién es el dueño de la tierra, sino quién la tiene, entonces se las vamos a entregar para que los campesinos que administran y la saben usar al final se queden con ella. También decimos que la paz es sostenibilidad territorial y ambiental, eso significa, además, que hay que empezar un proceso de formalización. Hay que evitar esas grades concentraciones de la tierra, hay que hacerla es productiva.
También tenemos el proyecto de construir vivienda social digna y productiva, soñamos que a los pobres no hay que condenarlos a la pobreza, hay que permitirles que ellos salgan adelante. La equidad social significa eso, vivienda, educación y salud.
VA: En parte del territorio de Bocas de Ele está asentada la comunidad indígena Hitnu, que tras su condición de desplazamiento fueron protegidos por el Auto 382 de 2010 de la Corte Constitucional ¿Se ha cumplido con el mandato?
RA: Yo quiero decirlo con toda certeza: el único que ha cumplido es la Gobernación de Arauca. Les entregamos unos predios en Tame que han estado en constante disputa por la invasión del territorio por parte de los campesinos. Al ser una comunidad nómada no se le puede poner agua y alcantarillado porque al otro día están en otro lado, entonces a través de la educación pretendemos darles pertenencia a ellos como comunidad, estamos haciendo etnoeducación.
Ya hay unos convenios para la educación con los cuales aspiramos a seguir escalando, es decir todo indígena que quiera seguir estudiando después de su bachillerato podrá hacer lo que quiera, a eso que le apostamos. No es a cambiarles sus costumbres, es simplemente que ellos se apropien de saberes para que puedan introducirlo en medio de sus costumbres y puedan permanecer en el territorio, es una cuestión de oportunidades que hay que garantizar.
VA: Respecto al conflicto con los campesinos, ¿alguna autoridad ha entrado a mediar esas relaciones entre indígenas y campesinos en estas zonas tan alejadas?
RA: Permanentemente hay reuniones de la Gobernación con indígenas y campesinos. Eso es una cosa permanente nuestra y tenemos una oficina dedicada exclusivamente a eso. El problema es quetodo el mundo habla de los pobrecitos indígenas, pero cuando le ponen al indígena al lado de su casa, ahí si dicen que “mamera” tener indígenas acá al lado y ellos son nuestros hermanos mayores, que los hemos llevado a una condición de indefensión y tenemos que facilitarles para que ellos puedan desarrollar su plan de vida, de otra forma es muy difícil.
VA: Hay un temor latente entre la comunidad y es que tras la movilización de las Farc hacia las ZVTN quede el suelo desprotegido y se abra la oportunidad para que las petroleras ingresen ¿Cuál es la posición de la Gobernación?
RA: Yo he hablado a nivel nacional de la despetrolización de la economía. Si a mí me preguntan si vale la pena, en las condiciones actuales, seguir explorando y explotando petróleo, yo diría que no. Porqueyo necesito saldar la deuda social y ambiental que se tiene con el territorio por la explotación petrolera. Tengo que tener un estudio claro de las Unidades de Planificación Rural, que significa hacer un estudio sobre la tierra, y ver dónde puede tener impacto la explotación petrolera y qué daños ambientales se puedan generar, porque se han afectado los ríos, los manantiales, los peces ya no existen y hay muchos caños secos.
Los araucanos al petróleo lo llamamos “el cagajón del diablo”, eso significa que donde hay petróleo se genera una serie de expectativas, de ilusiones. Nosotros éramos 80.000 araucanos felices, pero con el petróleo tenemos más de 300.000 habitantes con miles de problemas y donde lamentablemente la participación económica del país no ha sido equitativa, entonces nos ha tocado con nuestros recursos hacerlo todo. Las vías las hicimos con nuestra plata, lo mismo con la luz y venimos haciendo lo mismo con el acueducto.
Hay que dar el debate sobre si la industrialización del petróleo, la manera agresiva de la explotación y explotación, se justifica con el fondo de regalías actuales. Yo diría que no, aun devolviendo toda la plata que nos han dado, no podemos compensar la deuda social y ambiental que existe.
VA: Los campesinos reclaman que si producen plátano, cacao y arroz en grandes cantidades no tienen como comercializarlo con otros departamentos ¿Cuáles son las vías esenciales para conectarla con los otros departamentos y con el país?
RA: Si seguimos pensado en territorio y no en región condenamos a aumentar las brechas sociales. Qué saco yo haciendo todas las vías internas, invirtiendo en productividad, si la frontera no tiene las vías que nos permita acceder a los mercados. Para nosotros es vital La Ruta de la Soberanía, que hoy llamamos la trocha de la soberanía, esa es la vía que comunica a Arauca, a través de Boyacá, con Norte de Santander. Hay una segunda vía que se llama la Ruta de los Libertadores, que la soñamos desde 1992, es una ruta que debería la comunicar a Caracas con el Pacífico. Se hizo parte, pero aún no se conecta con Bogotá.
En estos momentos nos toca sacar los productos por Paz de Ariporo, Casanare, y el puente se cae y toca hacer transbordo, no tenemos por donde sacar, nos toca por territorio Venezolano para llegar a Norte de Santander. Estamos aislados, si no pensamos en región estamos es fregados. Lo más triste es que Arauca cumplió con sus vías, con su plata. Hace falta que cumplan los otros.
VA: Hubo una disminución del cultivo de hoja de coca, algunos dicen que ha tenido que ver la guerrilla y otros que fue más efectiva la aspersión aérea, sin embargo, aún quedan alrededor de 600 hectáreas sembradas ¿Cómo continuar con la sustitución?
RA: No, fue cuando cayó el dólar que se fue disminuyendo el negocio. Hoy nuevamente está costosa la coca, entonces se ha vuelto a estimular la producción. Eso también va de la mano del proyecto de paz, ¿qué significa? Que si se dejan los cultivos en el territorio puede aparecer otro actor que le ofrezca al campesino dinero por una o dos hectáreas de cultivo de coca. Se vuelve atractivo y para algunos la solución de su vida, por lo tanto celebramos que dentro del acuerdo de La Habana el cuarto punto es la sustitución de los cultivos de uso ilícito con un programa que estará articulado y que nosotros apoyaremos completamente.