En una carta a la OEA los ex paramilitares además señalaron que sus familias están en riesgo.
Ex paramilitares denunciaron en una carta que enviaron a José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, que hay un plan para exterminarlos a ellos y a sus familias. Segúm dijeron, ya son más de 400 desmovilizados los que han puesto quejas ante el gobierno por el peligro que está corriendo.
Fernando Soto, vocero de los desmovilizados y presidente del Movimiento de Reconciliación Nacional, dijo que grupos ilegales los amenazan si no se integran a sus filas. Sin embargo cuando abandonan sus regiones, las Farc y los integrantes de bandas emergentes ponene en peligro a sus familias.
Soto aseguró quetambién los han presionado para declarar contra políticos. Las amenazas han incluso llegado a familiares de ex ‘paras’ extraditados en Estados Unidos. En diciembre de 2009 desconocidos asesinaron a Sergio Tovar, el hermano de ‘Jorge 40’.
Las denuncias de los desmovilizados, reveladas por RCN Radio, indican que si ingresan a bandas armadas en zonas rurales les pagan un millón de pesos y en las ciudades 800 mil pesos.
Las zonas más afectadas, según Soto, se presentan en Medellín, Córdoba, Cali, Pereira y hasta Bogotá, “donde en la zona de Ciudad Bolívar se está presentando un reclutamiento muy fuerte”.
Los desmovilizados hicieron un llamado al gobierno de Juan Manuel Santos, para que se nombre a un director del Programa de Reintegración y se implementen políticas de acción para evitar los asesinatos y el reclutamiento de los desmovilizados.
En la carta a José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, también señalaron que es impostergable “la necesidad (…) de reformar la Ley 975, de Justicia y Paz, para que ofrezca seguridad jurídica a los postulados, garantías de satisfacción y reparación a las víctimas, y conocimiento de la verdad a Colombia y el mundo”.
Según la comisión de presos, esta ley debe ser enmendada “con carácter de urgencia para que no se esterilice en un laberinto sin fin, que vuelva imposible su cumplimiento”.
Con información de EFE y de El Espectador