Habla Vicente Castaño (Semana)

      
El verdadero jefe de las autodefensas le da la cara al país por primera vez. Entrevista exclusiva de SEMANA.

José Vicente Castaño Gil jamás había hablado en público. La única imagen que se conocía de él era una vieja fotografía que tiene más de 30 años. En la última década su nombre ha estado cubierto por un manto de misterio. Por años dejó que sus hermanos, Carlos y Fidel, fueran los protagonistas públicos de la historia reciente del paramilitarismo en Colombia. Mientras ellos, Fidel en los 80 y Carlos en los 90, concentraban la atención de los medios y la opinión pública, en el transfondo del siniestro mundo paramilitar Vicente fue asumiendo las riendas de uno de los ejércitos ilegales más poderosos y sangrientos del país: las AUC. Mientras Carlos era el vocero, Vicente era el cerebro. Mientras Carlos salía en televisión, Vicente creaba frentes de paramilitares en distintas regiones del país. Fue él quien hace más de 10 años consolidó los primeros bloques de autodefensa y se encargó de diseñar y expandir el fenómeno paramilitar a todos los rincones del territorio.

No ha sido, ni es, jefe de ningún bloque de las autodefensas. No tiene a ningún hombre bajo su mando. Pero tiene el respeto y la obediencia de todos los comandantes. Vicente es hoy el único factor de cohesión de esa confederación armada bastante anárquica en que se han convertido las autodefensas.

Junto con Salvatore Mancuso convenció a los comandantes paramilitares de todo el país de sentarse en la mesa de negociación con el Estado. Y ha sido clave en dirimir las diferencias internas entre los paramilitares y afianzar un proceso de diálogo con el gobierno que ha estado lleno de tropiezos y escepticismo.

Antecedentes sobre la negociación con los paramilitares

Vicente Castaño ha estado relacionado con muchos episodios criminales y varias investigaciones penales. Una de ellas lo señala de haber ordenado el atentado del dirigente sindical Wilson Borja en diciembre de 2000. También está relacionado en los procesos que se abrieron tras los asesinatos de los ex congresistas araucanos Alfredo Colmenares Chía y Octavio Sarmiento. Su nombre también ha sido vinculado con el mundo del narcotráfico. El año pasado el fiscal David Kelly del Distrito Sur de Nueva York lo acusó, junto con Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, de haber exportado “miles de kilos de cocaína a Estados Unidos, y es responsable de haber proporcionado cómplices con rutas para la importación de miles de kilos de cocaína desde Colombia hasta Estados Unidos”, según el indictment.

La semana pasada el gobierno anunció la próxima desmovilización de Vicente Castaño. Después de años de silencio, ‘El Profe’, que es el alias con el que se le conoce por sus consejos hacia los comandantes, decidió ponerle la cara al país para hablar de todos los temas. SEMANA presenta en exclusiva la única entrevista que ha dado el verdadero hombre fuerte de los paramilitares.

SEMANA: ¿Por qué después de tantos años de permanecer en la sombra y en el anonimato decidió hablar públicamente?

VICENTE CASTAÑO: Porque estoy cada día más convencido de que las armas sobran y para tratar de convencer a la gente que las armas sobran hay que hablar.

SEMANA: ¿Cómo se vinculó usted con las autodefensas?

V.C.: Hace 11 años por un llamado de mi hermano Carlos cuando ocurrió la desaparición de Fidel. Antes de eso yo estaba dedicado a manejar los negocios de la familia.

SEMANA: ¿Por qué lo llamó su hermano Carlos?

V.C.: Porque él se sintió sólo. Cuando Fidel desapareció Carlos continuó con el grupo de Fidel y comenzó a formar unas autodefensas. Pero, como al año, él no sabía si seguir con las autodefensas. Fue ahí cuando me llamó en total desespero y me dijo que cogiera las riendas. En ese momento, hace 11 años, no eran propiamente autodefensas sino un pequeño grupo de hombres, menos de 40. Frente al desespero de Carlos yo asumo la dirección de lo poco que había en ese momento.

SEMANA: Una vez adentro, ¿qué hizo?

V.C.: La situación en el norte del país se comenzó a complicar y aumentaron los ataques de la guerrilla. Entonces yo llamé a todos los vecinos que tenían pequeños grupos para defenderse. El primero al que llamé fue a Mancuso. Eso fue a finales de 1995.

SEMANA: ¿Concretamente, qué papel desempeñaba usted y cuál era la posición de Carlos?

V.C.: Carlos empezó manejando y coordinando todas las relaciones entre los diferentes grupos. Él se encargaba de las relaciones con la fuerza pública y del poco trabajo político que se podía hacer en ese momento. Él toda la vida ha sido muy fuerte en ese tema. Yo empecé a crear y manejar la escuela de formación.

SEMANA: ¿Cómo era la escuela de formación?

V.C.: Inicialmente la escuela era de formación militar. Después fue de formación política y trabajo social.

SEMANA: ¿Usted sabía de táctica militar?

V.C.: Yo no sabía nada de entrenamiento militar. Esa tarea se la delegué al comandante Rodrigo quien era un hombre brillante y había sido el jefe de seguridad de Fidel. Rodrigo había sido capitán del Ejército y tenía gran conocimiento de táctica y estrategia militar. La escuela empezó a crecer gracias a los contactos y las amistades que Rodrigo y Carlos tenían para ingresar armamento al país.

En la entrevista con el director de SEMANA, Alejandro Santos, y el editor de Orden Público, Ricardo Calderón, Vicente Castaño afirmó que “mi hermano Carlos siempre soñó con negociar y entregarse a la justicia de Estados Unidos”

Según Vicente Castaño fue Salvatore Mancuso quien le propuso iniciar un proceso de negociación con el gobierno

SEMANA: ¿Cómo era el reclutamiento?

V.C.: Al comienzo fue muy difícil reclutar gente del común. Entonces se empezó a reclutar a miembros y ex miembros de las Fuerzas Armadas pero casi ninguno servía porque la instrucción inicial de las autodefensas era muy drástica y ellos veían que la cosa iba a ser muy complicada y con mucha disciplina.

SEMANA: ¿Usted contrató como instructores a mercenarios extranjeros como los israelíes?

V.C.: Asesor militar extranjero nunca hubo. Carlos fue el único que recibió instrucción de los israelíes, de Yair Klein y compañía. La instrucción militar la hacía el comandante Rodrigo que era un formador militar impresionante. Rodrigo fue realmente el hombre que entrenó a las autodefensas en táctica militar.

SEMANA: ¿Si Rodrigo se encargaba de las escuelas de formación, usted entonces qué hacía?

V.C.:Yo fui el creador de la expansión nacional.

SEMANA: ¿Cómo fue ese proceso?

V.C.: Inicialmente Rodrigo comenzó con un reentrenamiento de lo poco que existía y fue creciendo en grupos de 20 hombres, después de 30, 50, 100 hasta que llegamos al punto que había un pelotón permanente de 200 hombres en formación en el norte de Urabá. La primera etapa de expansión fue con Mancuso. Él formó su frente del Sinú y después empezó a expandirse por toda la Costa Atlántica hasta llegar a la frontera con Venezuela.

SEMANA: ¿Cómo se financiaban?

V.C.: Todo venía de los ganaderos y los industriales que hacían aportes directos. En ese momento era mucho más fácil que ahora porque aportaban mucho más. Esos dineros se utilizaban para impulsar el crecimiento de los grupos en otras zonas en donde no había esas personas pudientes que aportaran dinero.
CARLOS CASTAÑO

SEMANA: Durante años Carlos Castaño fue el comandante de los paramilitares y de un momento a otro decidió renunciar. ¿Qué pasó?

V..C.: Fue una cosa que inicialmente nunca entendimosy él nunca lo explicó. Después con el tiempo ya nos dimos cuenta, y él mismo confesó que renunció por algo estratégico que era tratar de tomar distancia de la Corte Penal Internacional -CPI-.

SEMANA: ¿Pero cuál era la estrategia?

V.C.: Él empezó a estudiar muy bien el tema cuando salió el rumor de que podía ser juzgado por la CPI. El argumento de Carlos era que tenía que tomar distancia porque había ciertas fechas a partir de las cuales la Corte empezaría a cobijar los delitos que le imputaban y necesitaba blindarse.

SEMANA: Usted y Carlos estaban distanciados y se habla de discusiones muy fuertes entre los dos por diferentes temas.

V.C.: Nosotros nunca tuvimos riñas. Carlos siempre hacía sus cosas solito y yo siempre hacía las mías. Él nunca me anunciaba sobre sus cosas y yo siempre le anunciaba las mías. A nosotros nunca nos vieron alterados. Nuestras relaciones toda la vida fueron buenas. Jamás llegamos a tener un problema.

SEMANA: ¿Qué opina de la versión que le atribuye a usted el asesinato de su hermano Carlos Castaño?

V.C.: La versión de que yo lo mandé matar apareció porque hubo un incidente entre los hombres que manejan mi seguridad en un intercambio de disparos. La versión sale del hecho de que a mi gente de seguridad la vieron en el lugar de los hechos y que, como ellos no hacen nada sin mi consentimiento, entonces la conclusión fue que yo lo había ordenado.

“Fue una decisión un poco apresurada la del Presidente de ordenar la detención de ‘Berna’ en la zona de ubicación”

Según Vicente Castaño a los narcotraficantes Víctor y Miguel Angel Mejía, conocidos como ‘Los Mellizos’, los nombraron comandantes del Bloque Vencedores de Arauca porque ninguno de los jefes paramilitares quizo esa zona

SEMANA: ¿Y que hacía su gente de seguridad en el lugar donde desapareció Carlos Castaño?

V.C.: Solucionando un problema de tierras del cual Carlos estaba enterado.

SEMANA: ¿Carlos Castaño está vivo o muerto?

V.C.: Está desaparecido porque ninguno de nosotros lo ha visto muerto. Hasta que no aparezca o lo vea muerto no diré nada.

SEMANA: Entonces, ¿qué pasó con él?

V.C.: Él manejaba unos sofismas que nunca los entendíamos y nunca los entenderemos. Él, por ejemplo, preguntaba por Pedro para averiguar por Juan. Hacía cosas planeadas con show y cuando las cosas son así uno nunca puede asegurar qué fue lo que pasó.

SEMANA: ¿Está insinuando que negoció y se entregó a la justicia de Estados Unidos?

V.C.: Él toda la vida siempre soñó con eso. Fue un sueño que mantuvo pero nunca los americanos le aceptaron una negociación.

SEMANA: ¿Por qué no?

V.C.: Porque nosotros no hemos entendido todavíala verdadera política de los americanos respecto al narcotráfico. Él hizo una vez una gran convocatoria a nivel nacional con los narcotraficantes más poderosos y los convenció de entregarse. La lista era de más de 100 personas dispuestas a negociar con los gringos. La presentó a la embajada y se la rechazaron. Ni siquiera se la recibieron.

SEMANA: ¿Pero él negoció con los estadounidenses?

V.C.: No puedo decirlo con seguridad. Lo que sí sé es que él mantenía buenas relaciones con algunos americanos. Lo del asilo político y de sus dos esposas es muy diciente. La primera esposa tiene asilo político y la segunda tiene carácter de refugiada en ese país.

SEMANA: ¿Usted cree que como contraprestación a eso Carlos Castaño colaboró con la justicia de Estados Unidos?

V.C.: Es una posibilidad que no es descartable.

Proceso de paz y extradición

SEMANA: ¿Cómo han asumido los comandantes de las autodefensas el proceso de paz?

V.C.: En las autodefensas no todo el mundo estaba preparado para un proceso de paz. Comenzando porque en las autodefensas había algunas pocas personas que siempre soñaron con tener un grupo con poder, unas buenas relaciones y una buena cantidad de dinero. Y, en el momento en que consiguen todo eso, se les dice ya no más: ahora a entregarse. Eso cayó como un baldado de agua fría para muchos comandantes. El trabajo de convencimiento que nos tocó hacer al comienzo a Mancuso y a mí fue muy duro para que la gente aceptara la posibilidad de dialogar sobre un proceso de paz.

SEMANA: ¿Cuál es su papel en el proceso de paz?

V.C.: Convencer a todos los comandantes de entregar las armas. La seguridad democrática funcionó y se nos ha terminado la razón de existir. Las autodefensas nacieron porque el Estado no podía defendernos pero en este momento el Estado está en capacidad de defender a los ciudadanos.

SEMANA: ¿Usted decide desmovilizarse porque cree que ahora sí hay seguridad?

V.C.: El Estado sí puede garantizar la seguridad en las zonas en donde nosotros estamos. Si no lo hace es porque no quiere, le da pereza, o le da miedo cometer algún exceso de fuerza. Pero no es por incapacidad. En donde el Estado quiere llegar, llega. Hay que obligar al Estado a que cumpla con sus funciones.

SEMANA: ¿Qué tan convencidos están los comandantes y los combatientes de desmovilizarse en plena campaña electoral?

V..C: El ambiente ahora es de preocupación e incertidumbre debido al cambio de presidente. Nosotros tenemos la palabra de un presidente comprometido con el país pero eso nos dura un año. A los comandantes les preocupa saber cuándo y en qué condiciones les va a tocar desmovilizarse. Cuáles van a ser las condiciones de la ley de justicia y paz. Y cuál va a ser la posición del próximo presidente frente a las autodefensas. Porque con Uribe uno ya sabe a qué atenerse.

SEMANA: ¿Eso quiere decir que el compromiso de desmovilizar todas las estructuras paramilitares a finales de 2005 no se cumpliría?

V.C.: Si hay seguridad legislativa se podrá cumplir con todas las desmovilizaciones. Si no tenemos seguridad y no sabemos con qué política llegará el nuevo presidente será muy difícil convencer a toda la comandancia de las virtudes del proceso de paz. Habría que esperar el nuevo gobierno.

“Hay incertidumbre por saber cuál es la posición del próximo Presidente porque con (Álvaro) Uribe uno ya sabe a qué atenerse”

“Cuando el comisionado Luis Carlos Restrepo llegó lo veíamos como un loco pero después uno no es capaz de vivir sin él. Eso pasa siempre con los siquiatras”

SEMANA: ¿Cuando hablan de seguridad jurídica, incluyen el tema de la extradición y la Corte Penal Internacional?

V.C.: Por supuesto. Es muy difícil desmovilizarse y entregar las armas si existe la posibilidad de terminar en una cárcel de Estados Unidos. Cuando hablo de un blindaje jurídico incluyo la extradición.

SEMANA: ‘El Espectador’ reveló una acusación en su contra de 1989 por haber enviado un cargamento de 650 kilos de coca que fue decomisado en Alemania.

V.C.: Esa fue una de las estrategias que utilizaba Pablo Escobar para presionar. Él quería que uno de los hombres que lo acompañara en la guerra contra la extradición fuera Fidel pero Fidel siempre lo eludía. Ese cargamento fue decomisado en un barco que yo utilizaba para cargar café. Yo le comenté a mi hermano Fidel el incidente y me dijo que iba a investigar. Empezó a averiguar y descubrió que Pablo Escobar había metido la droga en el cargamento. Era una estrategia. Él trataba de ensuciar a las personas para que, una vez los pidieran en extradición, se vieran obligados a entrar con él y los Extraditables en la lucha contra el Estado.

SEMANA: Usted, ‘Don Berna’ y ‘Macaco’ están solicitados en extradición. ¿El anuncio de la desmovilizavión de los tres no es un manera de tratar de evitar la extradición?

V.C.: Esas son especulaciones políticas ligadas a la coyuntura. Nosotros no entramos a las autodefensas por miedo a ser extraditados o miedo a terminar en una cárcel. Entramos a luchar por este país. Sin embargo qué sentido tiene entrar a un proceso de negociación si no tenemos las garantías de que no nos van a extraditar.

SEMANA: Es decir, que si no se resuelve el tema de la extradición, ¿no se entregan?

V.C.: Nosotros siempre hemos visto el tema de la extradición como un tema político que depende de las buenas relaciones que Colombia tenga con Estados Unidos. Creemos mucho en el Presidente y en el aval que le han dado los americanos al apoyar el proceso. Los americanos nunca incumplen.

SEMANA: ¿La palabra del Presidente es suficiente?

V.C.: La palabra del Presidente es pública sobre el tema de la extradición pero no basta. Nosotros siempre hemos pensado que el tema de la extradición debe sellarse con un acto legislativo. Todos los temas de la negociación deben terminar con un acto legislativo.

SEMANA: ¿Y el tema de la Corte Penal Internacional?

V.C.: Tenemos la misma posición. Creemos que el gobierno debe buscar las soluciones a esos obstáculos para lograr la paz.

SEMANA: ¿Cómo ve el proyecto de justicia y paz que cursa en el Congreso?

V.C.: Todavía no estamos muy contentos con él porque falta solucionar el tema de la extradición y ahí no se dice nada al respecto.

SEMANA: ¿Usted está dispuesto a ir a la cárcel para pagar por sus delitos?

V.C.: Dependiendo del tipo de cárcel.

SEMANA: ¿Por ejemplo La Modelo?

V.C.: Nosotros nos encaminamos por una colonia agrícola.

SEMANA: ¿Cuántos años está dispuesto a pagar?

V.C.: Lo menos posible.

SEMANA: ¿Las autodefensas cómo van a reparar a las víctimas de sus crímenes?

V.C.: La reparación es más simbólica. No entendemos cómo le podemos reponer a una persona un familiar perdido. Nosotros también hemos sido víctimas. El solo hecho de vernos obligados a ingresar a una guerra que nunca quisimos nos convirtió en víctimas desde el primer momento.

SEMANA: ¿Pero la reparación podría incluir, por ejemplo, las tierras que ustedes se han apropiado o han comprado?

V.C.: Si nos toca dar las tierras para programas sociales no hay diferencia porque eso ya lo venimos haciendo con proyectos productivos en varias zonas del país. Queremos que nos dejen hacer nuevos modelos de empresas que ya hemos venido desarrollando a nivel nacional

SEMANA: ¿En dónde está desarrollando esos proyectos?

V.C.: En Urabá tenemos cultivos de palma. Yo mismo conseguí los empresarios para invertir en esos proyectos que son duraderos y productivos. La idea es llevar a los ricos a invertir en ese tipo de proyectos en diferentes zonas del país. Al llevar a los ricos a esas zonas llegan las instituciones del Estado. Desafortunadamente las instituciones del Estado sólo le caminan a esas cosas cuando están los ricos. Hay que llevar ricos a todas las regiones del país y esa es una de las misiones que tienen todos los comandantes.
Paras y política

SEMANA: ¿Qué tan grande es la penetración de los paramilitares en la política?

V.C.: Hay una amistad con los políticos en las zonas en donde operamos. Hay relaciones directas entre los comandantes y los políticos y se forman alianzas que son innegables. Las autodefensas les dan consejos a muchos de ellos y hay comandantes que tienen sus amigos candidatos a las corporaciones y a las alcaldías.

SEMANA: Pero ahora que se avecinan las campañas políticas ¿cuál es la instrucción que le ha dado a los comandantes en las diferentes regiones?

V.C.: Tratar de aumentar nuestros amigos políticos sin importar el partido al que pertenezcan.

SEMANA: Pero en esa intención de ‘aumentar los amigos’ las autodefensas han acudido a las amenazas y al proselitismo armado. Son varias lasregiones del país dominadas por ustedes donde sólo se presenta a elecciones un candidato. ¿Eso continuará en la próxima campaña?

V.C.: Por eso le estamos aconsejando a todos los comandantes que entreguen las armas para que no haya lugar a discusión y a que los adversarios políticos digan que los amenazamos. Pero en esta campaña en la regiones que controlamos todos los candidatos van a tener garantías para hacer su proselitismo político.

SEMANA: Hace varios años Salvatore Mancuso dijo que las AUC tenían el 30 por ciento del Congreso. ¿Qué hay de cierto en ese porcentaje?

V.C.: Creo que podemos afirmar que tenemos más del 35 por ciento de amigos en el Congreso. Y para las próximas elecciones vamos a aumentar ese porcentaje de amigos.

SEMANA: ¿Usted aspira a hacer política?

V.C.: No, esa nunca ha sido ni será mi intención. Mi campo es el campo social y desde la legalidad podré hacer más en este campo?. ‘DON BERNA’

SEMANA: Uno de los que no ha cumplido con el cese al fuego es ‘Don Berna’ y eso fue justamente lo que desató hace dos semanas una crisis en el proceso cuando se libró una orden de captura contra él por el asesinato del diputado de Córdoba…

V.C.: Fue una decisión un poco apresurada la del Presidente la de ordenar la detención de ‘Berna’ en la zona de ubicación. Pero vimos una salida muy salomónica por parte del Estado y ‘Berna’ con el acuerdo al que se llegó.

SEMANA: ¿Qué acuerdo hay entre el gobierno y las AUC detrás de la entrega de ‘Don Berna’?

V.C.: Ninguno. El único acuerdo es que el proceso de paz tiene que proseguir y estar por encima de estos incidentes.

SEMANA: ¿Pero la decisión del gobierno de permitir que ‘Don Berna’ permanezca recluido en una casa-finca hace inevitable pensar que existió un acuerdo secreto debajo de la mesa y que puede ocurrir lo mismo que pasó con Pablo Escobar y la Catedral?

V.C.: Nosotros no hemos notado que desde aquí se den órdenes para efectuar acciones militares afuera de la zona. No sabemos qué pasó en el caso de ‘Berna’.

SEMANA: Pero la Fiscalía tiene pruebas de que ‘Don Berna’ ordenó a sus hombres asesinar al diputado.

V.C.: No sabemos ni tenemos certeza que en ese episodio haya estado ‘Don Berna’ o su gente.

Narcotráfico

SEMANA: Parte de la expansión de las autodefensas fue también posible debido a que usted vendió ‘franquicias’ de grupos paramilitares a narcotraficantes para consolidar esa expansión territorial.

V.C.: La evolución de las autodefensas se da por varios procesos. Cuando tuvimos la avalancha de gente de todo el país pidiendo que lleváramos a las autodefensas eso causó una oleada que se desbordó en una cantidad de acciones armadas sin control en todo el país. Todo el mundo comenzó a armar grupos. El Estado para tratar de frenar esos excesos libró una cantidad de órdenes de captura contra muchos ganaderos y eso los obligó a frenar su financiación. Ahí empieza un nuevo proceso evolutivo de las autodefensas.

SEMANA: Pero es innegable que ‘Los Mellizos’, Mejía en Arauca, Arroyave en los Llanos y ‘Gordolindo’ en el Pacífico, que eran narcos, fueron algunos de los que compraron ‘franquicias’ paramilitares…

V.C.: Lo que sucedió es que cuando la expansión llegó a esos territorios en donde sólo había narcotráfico, Carlos se inventó esa cuestión de que se estaban vendiendo los frentes pero eso no era así. Aquí nunca se le ha vendido un frente a nadie.

SEMANA: Pero hace dos años una investigación del CTI de la Fiscalía señalaba que usted le vendió a ‘Los Mellizos’ el bloque Vencedores de Arauca en 2.000 millones de pesos.

V.C.: Acá nunca se vendió un frente.

SEMANA: ¿Cómo explica que ‘Los Mellizos’, que eran narcotraficantes reconocidos, terminaran como comandantes paramilitares?

V.C.: La llegada de ‘Los Mellizos’ acá tiene una explicación. En la parte final de la expansión quedaron unas zonas muy difíciles a las que las autodefensas no pudieron llegar. No había con quién cubrirlas. Entonces se abrió un consenso nacional para saber quién podría encargarse de esas regiones. Una de las regiones fue Arauca, donde la guerrilla era amo y señor. Se le pidió a los comandantes Ramón Izasa, ‘Botalón’, a los del norte y nadie quiso encargarse de esas zonas por lo difícil y complicado que era. En ese entonces la política era terminar de cubrir todos los territorios a nivel nacional y sólo estaban descubiertos cuatro.

SEMANA: ¿Cuáles?

V.C.: Nariño, Arauca, Guaviare y Caquetá. De allí fue que salió el Bloque Libertadores del Sur, que se encargó de Nariño, y que lo cogió ‘Don Berna’ en compañía del Bloque Central Bolívar (BCB). Ese bloque también cogió la zona del Caquetá y Guaviare. Arauca nadie lo quería. ‘Los Mellizos’ eran conocidos de la organización y se fueron acercando ofreciendo donaciones para los grupos de los Llanos hasta que nos dijeron que por qué no les dábamos ese frente. Nosotros tuvimos al comandante ‘Pablo Mejía’ (Víctor Mejía Múnera) un año en formación y después de eso él empezó a manejar el Bloque Vencedores de Arauca. Con ‘Gordolindo’ fue igual. Él se acercó y fue él quien expandió el Bloque Calima hacia el Cauca. Él financió los costos de su entrada financiando el bloque totalmente por un año.

SEMANA: ¿Pero usted le vendió a Miguel Arroyave la ‘franquicia’ del Bloque Centauros en los Llanos en seis millones de dólares?

V.C.: Arroyave llegó después de que él sale de la cárcel. Arroyave había sido un gran apoyo en logística cuando nosotros entramos a los Llanos, pero después de que él salió de la cárcel vio que nosotros no fuimos capaces de controlar el Llano. Carlos estaba al frente de eso y me preguntó la forma de penetrar sólidamente en los Llanos. Yo le dije que el problema era que no había una persona capaz de controlar el Llano y esa persona tenía que tener dinero. Entonces fue cuando él tomó la determinación de designar a Arroyave como comandante.

SEMANA: ¿Por qué matan a Arroyave?

V.C.: Fue por la descomposición en que venían las autodefensas producto del nerviosismo en que entraron todas las autodefensas desde que empezó el proceso de paz.

SEMANA: Los casos de ‘Los Mellizos’, Arroyave y ‘Gordolindo’ son una muestra de que en ese afán por expandirse, los narcotraficantes fueron clave. ¿No les importó convertirlos en jefes paras?

V.C.: En las autodefensas la mayoría éramos ilegales y con problemas jurídicos. Nunca vimos problemas que alguien con problemas jurídicos ingresara.

SEMANA: Pero esa política terminó abriendo las puertas para que entraran poderosos narcotraficantes…

V.C.: Cuando eso no se hablaba que las autodefensas iban a entrar a un proceso de negociación, ni que iba a haber un proceso político. Nosotros sólo pensábamos en la libertad del país de la opresión guerrillera.

SEMANA: ¿El tema del ingreso de narcotraficantes, el que algunos bloques protejan a capos y la financiación del dinero de la droga ha causado divisiones en las autodefensas?

V.C.: El tema del narcotráfico nunca nos ha dividido.

SEMANA: Pero fue justamente el tema del narcotráfico en las AUC uno de los detonantes de la guerra entre Rodrigo, que criticó abiertamente la presencia de narcotraficantes en las autodefensas, concretamente con ‘Don Berna’…

V.C.: Rodrigo y ‘Berna’ estuvieron juntos en la guerra contra Pablo Escobar. Rodrigo era el jefe de seguridad de Fidel y el coordinador de todo lo de los Pepes era ‘Berna’. Desde esa época Rodrigo no quería a ‘Berna’. Rodrigo nunca aceptó que ‘Berna’ fuera autodefensa. La ideología de Rodrigo era que las autodefensas debían estar conformadas por personas muy selectas, muy puritanas.

SEMANA: ¿Pero usted y el estado mayor de las AUC terminaron tomando partido en esa guerra a favor de ‘Berna’?

V.C.: Inicialmente todo el estado mayor terció en favor de Rodrigo. Todos lo llamamos para que se reconciliara con ‘Berna y él se negó. Rodrigo empezó a atacar a todo el mundo. Hubo ataques militares de Rodrigo al BCB y la respuesta fue autorizar para que se defendieran militarmente. Rodrigo no me perdonó nunca que no me hubiera hecho del lado de él y que otras personas de las autodefensas ayudaran a ‘Berna’. Ahí Rodrigo cogió un odio infernal contra mí.

SEMANA: ¿Cómo ve el tema de los desmovilizados?

V.C.: Están improvisando con ese tema. Uno de los más difíciles ha sido por ejemplo el de los miembros del Cacique Nutibara porque la mayoría fueron personas recogidas de las bandas que no tenían una formación muy profunda en las autodefensas.

SEMANA: ¿Y cómo ve que están funcionando los albergues de desmovilizados en Bogotá?

V.C.: Los albergues en Bogotá son un fracaso total. Un gran porcentaje de los que están ahí no son desmovilizados de las autodefensas o de la guerrilla. Son colados que se metieron ahí a ver qué pescan. Creo que lo mejor para los desmovilizados es involucrarlos en departamentos de seguridad, en seguridad privada o con el Estado. Son muchachos que son profesionales en un campo, que es la seguridad, y si se les pone a hacer cosas que ellos no saben hacer van a estar inconformes.

SEMANA: ¿Qué opina del comisionado Luis Carlos Restrepo?

V.C.: Que es un hombre muy inteligente, muy pragmático y muy sagaz. Lo malo es que es muy personalista. Todo lo quiere manejar él y al modo de él. Cuando llegó lo veíamos como un loco pero después uno no es capaz de vivir sin él. Eso pasa siempre con los siquiatras.

SEMANA: Desde su perspectiva de líder de las autodefensas, ¿cómo ve a las Farc?

V.C.: El Estado les ha quitado territorio. Pero la comandancia está intacta. Están acudiendo a la estrategia de esperar y ganar tiempo. Si la política de seguridad democrática continúa habría éxito frente a la guerrilla. Si el próximo presidente no continúa con esa estrategia, las Farc, en uno o dos años, recuperarían todo el terreno que han perdido con las autodefensas y el Estado.

SEMANA: ¿Cree que las Farc han sido golpeadas militarmente?

V.C.: Las Farc tienen muchas armas y deben tener alrededor de 15.000 hombres. Y eso es un pequeño ejército. Todas las armas que tienen son nuevas. La renovación de todo su armamento se dio en el período del Caguán. Tienen mucho material de apoyo liviano como morteros, lanzagranadas, ametralladoras y municiones por cantidades. Hay que reconocer que, aunque los hemos sacado de muchas regiones de Colombia, tienen más capacidad de fuego y armamento que nosotros.

SEMANA: ¿Es cierto que en el campo militar la guerrilla se desempeña mejor que las autodefensas?

V.C.: No. Nos llevan ventaja en cuanto a armamento. Aunque debemos reconocer que algunos de nuestros mejores comandantes en la actualidad son ex guerrilleros. En este momento debemos tener a unos 4.000 ex guerrilleros en nuestras filas, eso es cerca del 40 por ciento del total de nuestro pie de fuerza. Tuvimos una época en la que ese porcentaje llegó al 80 por ciento.

SEMANA: ¿Y tienen muchos ex miembros de la Fuerza Pública?

V.C.: Los ex militares que tenemos en nuestras tropas son muy buenos en la parte administrativa pero malos para combatir. Algunos de estos soldados son buenos es en táctica de defensa, especialmente cuando hay que salir corriendo, porque hasta para correr se necesita táctica.

SEMANA: ¿Ha estado en un combate?

V.C.: Nunca.

SEMANA: ¿Por qué le dicen ‘El Profe’?

V.C.: Mi hermano Fidel me puso el ‘Profesor Yarumo’ porque cuando yo lo visitaba yo le decía que empezara programas en el campo.La mayoría de los comandantes me dicen ‘El Profe’ porque me han visto como un consejero nacional.

SEMANA: ¿Se considera más guerrero o estratega?

V.C.: No soy un guerrero. Soy un estratega.

¿Quién es Vicente Castaño?

El expediente de Vicente Castaño en los archivos de los organismos de inteligencia del país es quizá uno de los más precarios que existen. No hay fotos de él y sus datos biográficos son bastante vagos e inexactos. Lo poco concreto que se conoce sobre él se limita a las sindicaciones judiciales en su contra. Su vida personal, más allá de ser el hermano de Carlos y Fidel, ha sido un enigma lleno de conjeturas y leyendas.

José Vicente Castaño Gil nació el dos de julio de 1957 y fue el sexto de los 12 hijos de un matrimonio de campesinos de Amalfi, Antioquia. Su nombre lo heredó de un hermano mayor que murió un mes antes de su nacimiento y es el mismo de su abuelo. Su padre era un hombre dedicado a trabajar su finca. A los 12 años de edad dejó la escuela para ayudarlo con labores de ganadería. Apenas cumplió 18 años partió hacia Venezuela a probar suerte. Estuvo dos años trabajando en haciendas ganaderas en el país vecino.

A su regreso a Colombia se unió con su hermano Fidel en varios negocios. Tuvo una cantina, después incursionaron en la ganadería y probaron suerte con la comercialización de oro en Segovia, Antioquia. Con los dividendos de esos negocios partieron hacia Medellín en donde entraron en la industria de la venta del chance. Era el comienzo de los años 80 cuando el patriarca de la familia fue secuestrado, el 18 de septiembre de 1981, y asesinado por las Farc.

Ese hecho fue el detonante de una situación de la que no pudo regresar ninguno de los hermanos Castaño, incluido Vicente. Fidel conformó un pequeño grupo de autodefensas para atacar a la guerrilla. Con Fidel metido de lleno en la guerra, Vicente se encargó de velar por la familia y sus negocios. Pablo Escobar intentó convencer a Fidel de unirse en su lucha contra el Estado y la extradición. Ante la negativa de Fidel, el jefe del cartel de Medellín los convirtió en objetivos militares. Frente a esa situación, Fidel, su hermano Carlos y ‘Don Berna’, crearon el grupo ‘Perseguidos Por Pablo Escobar’ (los tristemente célebres ‘Pepes’) cuyo objetivo era defenderse de Escobar y ayudar al Estado a matarlo o capturarlo. “Los ‘Pepes’ los financiaron los hermanos Rodríguez Orejuela. Yo acompañé mucho a mi hermano Fidel en los últimos días de la lucha contra Escobar. Le daba consejos. El entró en una depresión muy grande por el trato que recibió por parte del Estado”, afirma Vicente Castaño. “Él no esperaba una recompensa por haber ayudado ni nada por el estilo, pero después de la guerra contra Escobar, el Estado, al que había ayudado, empezó a decirque él era el brazo armado del cartel de Cali. Ahí mismo le tocó venir y buscar refugio en Córdoba. Muy poco tiempo después de eso vino su desaparición” dijo a SEMANA Vicente Castaño.

Tras la desaparición de Fidel, Carlos quedó al frente del grupo de autodefensas que había montado su hermano mayor en Urabá. Luego de un año al frente de un grupo muy reducido de hombres armados (cerca de 40) el joven Carlos acudió a su hermano Vicente para que le ayudara a montar y crecer el grupo de paramilitares. En 1995 Vicente ingresó de lleno a los paramilitares. Desde ese año, Vicente, escudado detrás de la figura intensa y locuaz de su hermano Carlos, fue el responsable de la impresionante expansión paramilitar. Vicente fue el estratega que minuciosamente fue reclutando comandantes, creando frentes y organizado la estructura militar y geográfica de las AUC.

Hizo alianzas en todas las regiones, incluidas las hechas con narcotraficantes, para cumplir con su objetivo de fortalecer el movimiento paramilitar y darle una dimensión nacional. Está acusado de narcotráfico y varios homicidios. En los últimos 10 años transformó a los 40 hombres que tenía su hermano Fidel en una máquina de guerra que hoy llega a los 15.000 combatientes. Persuadido por Salvatore Mancuso, hace dos años decidió que era momento de ponerle fin a la guerra paramilitar. Decidió dejar de ser el poder en la sombra de las AUC y se metió de lleno a convencer a sus aliados para involucrarse en un proceso de paz. La semana pasada anunció su desmovilización.

Publicado en SEMANA, Fecha: 6/06/2005 – Edición 1205