Así habla Diego Bautista, director de Paz Territorial de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, sobre las Zonas Veredales donde se concentrarán los guerrilleros por seis meses e iniciarán su tránsito a la vida legal, sin armas.
Desde antes de la firma del acuerdo de paz entre el gobierno nacional y la guerrilla de las Farc, el pasado 24 de noviembre, se estaba preparando la logística para movilizar los cerca de 7 mil guerrilleros que se agruparán en las 20 Zonas Veredales y 7 Puntos Transitorios de Normalización.
Diego Bautista, director de Paz Territorial y Arquitectura Institucional para el Posconflicto de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, explica que tantola preparación de las sedes locales del Mecanismo de Monitoreo y Verificación, que es donde estarán ONU, Farc y Gobierno, y la de los campamentos como tal, están a cargo del Gobierno a través de Fondo Paz, la Unidad de Gestión de Riesgo, ingenieros militares y la guerrilla.
La logística no solo consiste en montar el lugar donde vivirán por 180 días los miembros de las Farc sino, además, en establecer los mecanismos para dar ropa y alimentación a los guerrilleros y crear puestos de salud para atenderlos, que estarán afuera de las zonas de concentración.
Según las cifras de la Oficina del Alto Comisionado, el arriendo de un terreno para instalar un campamento puede costarle al gobierno nacional cuatro millones y medio de pesos; la sede local del Mecanismo de Monitoreo y Verificación unos tres millones y medio de pesos; y el puesto de salud un millón de pesos. En conversación con VerdadAbierta.com, Bautista da más datos al respecto.
VerdadAbierta.com: El acuerdo estipula que de aquí al Día D+30, es decir el 30 de diciembre, las Farc se deben movilizar por completo a las zonas. ¿Ya hay campamentos listos para recibirlos?
Diego Bautista: Sí hay un avance importante en muchas zonas y hay muchos temas que terminarán de concretarse una vez las Farc lleguen ahí. En algunos sitios, por ejemplo, construiremos instalaciones con ayuda de las Farc aprovechando que ellos tienen un conocimiento en eso, como lo mostraron en el Yarí. Lo que sí es cierto es que de aquí al 30 de diciembre todo estará en las condiciones mínimas básicas requeridas.
V.A.: ¿Cuáles son esos mínimos?
D.B.: Qué tan perfectas estén las instalaciones, dependerá de cada territorio. Qué tanto estén todos los acabados últimos de lo que se considera una habitabilidad en condiciones dignas, pues, eso se puede ir trabajando. Esto es paso a paso. Lo importante es avanzar como se ha hecho. Incluso, trabajar conjuntamente para hacer mucho más habitables los territorios a los que van a llegar, pero el Día D+30 deberán estar listas las 27 zonas.
V.A.: ¿Vivirán en las mismas condiciones en las que lo han hecho durante estos años o cómo serán esos campamentos?
D.B.: Han vivido de distintas formas. Unos que han estado toda la vida en carpas, otros en instalaciones de madera. Lo que proponemos son soluciones que garanticen que esto sea transitorio. Por eso estamos evitando ciudadelas que sean o parezcan instalaciones que durarán. Pero en cada territorio será distinto. Incluso por condición climática. En una reunión el pasado viernes (2 de diciembre), nos comprometimos a hacer visitas conjuntas de gobierno y Farc para adelantar cómo participaremos y cómo hacemos de la mano esa habitabilidad.
V.A.: ¿Cómo harán con las zonas donde hay coca, resguardos indígenas o consejos comunitarios, si el Ministerio de Defensa dijo que en lugares así no podría haber agrupamiento de la guerrilla?
D.B.: En las visitas de reconocimiento que hicimos a todas las zonas, con compañía de alcaldes y delegados de las gobernaciones respectivas, hablamos con Juntas de Acción Comunal, autoridades locales, personeros y demás. Ahí salieron a flote los problemas correspondientes. En una zona no puede haber coca, pues no tiene ninguna presentación que haya donde estará la ONU y las Fuerzas Militares. En los sitios donde había coca, en lo que era una zona proyectada, se hizo un plan de erradicación con comunidades.
Ahora, en regiones con coca más allá de las zonas, como Tumaco y Tibú, deberá iniciarse la implementación que está contemplada en el punto de los acuerdos. Lo que pasó es que como no teníamos acuerdo, entonces no regía el plan que estaba estipulado allí, pero ahora ya podemos hacer un plan con las comunidades que estén en el punto de cultivos ilícitos.
V.A.: Mientras llegan los programas, ¿cómo sobreviven las personas donde ya se erradicó?
D.B.: Hay unos compromisos de proyectos y unos estipendios contemplados durante el proceso mientras se resuelve en estos seis meses.
V.A.: ¿Y qué han hablado con las comunidades étnicas?
D.B.: Ya nos reunimos con el Cric en Cauca y con los Yukpa en Cesar, por ejemplo, y acordamos un mecanismo de comunicación permanente. Incluso, la guardia indígena podrá hacer presencia en los lugares pues tal como hemos dicho, las zonas veredales no van en contra del Estado de Derecho. Donde no puede haber personal civil es en los 27 campamentos, independientemente de si es alguna de las 20 zonas o de los 7 puntos, pues allí es donde habrá entrega de armas. Pero alrededor del campamento, hay tránsito normal. El alcalde sigue siendo el alcalde y las comunidades pueden seguir transitando como lo hacen.
V.A.: En Tumaco, por ejemplo, los consejos comunitarios temen que se les titulen las tierras a las Farc o que ellos impongan las reglas en medio de la disputa histórica que han tenido. ¿Qué pasa en casos como ese después de los seis meses de agrupamiento?
D.B.: No hay posibilidades de que se titule a las Farc porque todos los predios a los que estamos llegando con las zonas tienen propietarios y arrendamos la tierra. Fue muy difícil conseguir baldíos pues eran muy lejos o eran inmanejables desde las condiciones necesarias para que funcione. Es tan así que Villarrica, que era la zona de Tolima, la pasamos a Icononzo, básicamente porque no fue posible llegar a un acuerdo con los dueños de las fincas. Arrendamos y solo por seis meses.
V.A.: ¿Cuánto les ha costado el arriendo de estos 27 predios?
D.B.: Ha sido de mucha especulación el tema. En el 80% fue precio comercial, pero en otros no fue posible. Pedían 20 millones por dos hectáreas, una cosa bárbara. O pedían cánones de arrendamiento buscando más cosas que negociar el precio. Ese es el caso de Tibú, donde, además, los precios eran exorbitantes y casi que imposible instalar la zona ahí. La idea es que el gobierno, las Farc, las Juntas de Acción Comunal y las Fuerzas Militares lleguemos a un acuerdo sobre el plan de sustitución de cultivos y seguramente ya el tema de arrendamiento pasará a un segundo lugar.
V.A.: ¿Cuántas zonas faltan por arrendar?
D.B.: Unas tres, que se deben resolver esta semana. En Icononzo ya hablamos con dos dueños: uno ya quiere arrendarla y el otro tiene dudas, pero es mejor el terreno para nosotros. Mirar el tema como lo hicimos, en un mapa, era facilísimo. En La Habana trazamos las zonas, pero cuando nos fuimos a territorio nos encontramos que hay un río que atraviesa un pedazo, que las distancias pueden ser cortas, pero hay montañas de por medio. Eso es lo que estamos verificando en cada visita, poniendo unoslímites naturales pues lo que más nos interesa es que la ONU pueda cumplir con su papel de verificación.
V.A.: ¿Qué tanto miden las zonas más grandes?
D.B.: Varía. Hay una de 15 hectáreas, otro como de 28. Las más grandes por lo general están en los Llanos. Mientras que el campamento (donde estarán las Farc armadas) tiene como dos hectáreas.
V.A.: La prolongación del acuerdo puso en suspenso la implementación y así se vio con los asesinatos de los líderes sociales y con la muerte de dos guerrilleros en el Sur de Bolívar. ¿Cómo asegurar que estos hechos no se repitan?
D.B.: Son dos cosas distintas. El tema de los líderes requiere una Unidad Especial para luchar contra las bandas criminales, como ya se ha anunciado, y que es la que está contemplada en los acuerdos. Lo otro es la atención que se tiene que dar en estrategia de seguridad para zonas rurales, que el gobierno nacional anunciará en estos días. Lo que tiene que ver con los incidentes de las dos personas es una cosa distinta y seguramente será casi nulo hacia el futuro. Esto es parte de ese limbo que teníamos un poco en la movilización que había antes del acuerdo. Creo que en la medida que pasen los días, podemos afinar mucho más los protocolos para evitar ese tipo de incidentes. Las reglas y protocolos están muy claras.
V.A.: El acuerdo de paz dice que para el Día D+5, es decir el 5 de diciembre, la Fuerza Pública se debió haber movido para facilitar el paso de las Farc a las zonas. ¿Ya está listo?
D.B.: Sí, está sucediendo desde el 26 de agosto, cuando se firmó el acuerdo en Cartagena. Desde entonces, las Farc se empezaron a mover hacia lo que serían las zonas. Cuando se perdió el plebiscito, continuaron hacia lo que acordamos como los puntos temporales. Y desde que se destrabó el acuerdo y hay un acuerdo nuevo, ya empezaron y ya están en algunos sitios las estructuras de la guerrilla en las zonas, siempre con el acompañamiento de la Fuerza Pública, cumpliendo unos protocolos, como por ejemplo mantener una distancia de tres kilómetros entre las estructuras guerrilleras y las militares. Hay una coordinación respecto a las coordenadas para poder moverse y hacer el despliegue, y el acomodo de la Fuerza Pública, pensando en ellos y en las comunidades donde transitarán.
V.A.: ¿Y qué pasa con esa franja en lugares donde hay otros grupos armados?
D.B.: En el despliegue, la Fuerza Pública asegura que sea una zona en la que se puede transitar, donde no habrá incidente ni con comunidades ni con otros grupos. Ha habido una coordinación milimétrica. Por eso no hay un solo incidente. El único es el que el país conoció en el Sur de Bolívar, pero eso es lo que tratamos de prevenir al otro día del plebiscito. En la primera reunión de la del 3 de octubre tocamos el tema que más nos preocupó: cómo mantenemos este cese, qué hacemos y nos pusimos de acuerdo en los puntos.
V.A.: ¿2017 arrancará con todos los guerrilleros en las zonas?
D.B.: Así es. Ahí tendremos unos temas críticos o que conviene resaltar, como los milicianos, los amnistiados que salen de cárceles y llegan a las zonas, quienes tienen deudas con la justicia, pero tienen que trasladarse también a las zonas y los que salen amnistiados, pero no quieren ir al campamento.
V.A.: ¿Cómo harán con los milicianos si, por ejemplo, en Tumaco se les salieron un poco de control a las Farc pues se denuncia que muchos de ellos ya se unieron a narcotraficantes?
D.B.: Creo que ya no porque tenían unos problemas con personas particulares que resolvieron al parecer en su propia ley. Habrá problemas. Nosotros no descartamos disidencias mayores. Eso en todo proceso de paz sucede. Perola buena noticia de haber llegado a un nuevo acuerdo, de tener definido el Día D, de que entren a la zona es justamente que habrá más control sobre ese tipo de incidentes, que ya estará el componente internacional en plenas funciones de monitoreo y verificación; y tanto para el gobierno como para las Farc será una mejor situación que la que hay ahora o que la que había antes del acuerdo.
V.A.: ¿Quién define qué frente va para cada zona?
D.B.: Las Farc. Esa decisión no es pública porque todavía estamos en proceso de discusión, pero ya está tomada, aunque es dinámica para ellos mismos. Corresponde a su organización, supongo que también a los lugares de orígenes de algunos de ellos y su organización política. Estamos definiendo cuántos entran.
V.A.: ¿Y cuántos son en promedio en cada zona?
D.B.: Dependiendo. Si la zona es grande, entran hasta 400 personas. En Meta o Caquetá son grandes. Pero hay otras pequeñas, sobre todo los Puntos de Normalización.
V.A.: ¿Y en los puntos?
D.B.: Podrían ser alrededor de 50 o 80 personas.
V.A.: ¿Ya se decidió si el Secretariado se queda en Bogotá o va para las zonas?
D.B.: Ellos tienen presencia en Bogotá porque hacen parte del Mecanismo de Monitoreo y Verificación. Esperaría que los integrantes que harán parte de esa comisión estén en Bogotá. Ellos son ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’ y ‘Victoria Sandino’. Otros estarán en sedes regionales, que son ocho como Popayán, Valledupar o Bucaramanga. Y desde luego en lo local.
V.A.: ¿Y Rodrigo Londoño, conocido como ‘Timochenko’?
D.B.: No se sabe todavía.