Mario Calderón y Elsa Alvarado, investigadores del Cinep

      
Mario Calderón nació el 13 de octubre de 1946 en Manizales. Es descrito por sus amigos como un ser sensible, de espíritu libertario y con buen sentido del humor. Toda su vida estuvo comprometido con la defensa de los más vulnerables, trabajó casi 20 años en derechos humanos y promoción de la paz del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep) y era un ferviente ambientalista.

Siguiendo su vocación de entrega y compromiso por los demás, ingresó a la Compañía de Jesús. Allí empezó trabajando en proyectos sociales, organizando habitantes de barrios de invasión de Bogotá amenazados de desalojo.

Seguidor de la Teología de la Liberación, Mario Calderón completó su formación con un grado en filosofía y un master en teología en la universidad Javeriana. Posteriormente vivió casi diez años en Europa, donde obtuvo un doctorado en Sociología en la Escuela de Altos Estudios de París.

En 1987 la Compañía de Jesús lo envió a nombre del Programa por la Paz al Magdalena Medio, al Alto Sinú y al San Jorge, regiones con fuerte presencia paramilitar. En Tierralta, Córdoba, es nombrado coordinador del programa y trabajaba con los campesinos de la región, promoviendo procesos organizativos.

El 1 de junio de 1989 asesinaron en Tierralta a su colega jesuita Sergio Restrepo Jaramillo. Calderón se salvó de milagro y decidió abandonar los votos sacerdotales y abrazar la vida civil.

Se metió de lleno en la lucha ambiental, trabajando con ecologistas y campesinos en la región del Sumapaz, que definía como la “república de las aguas”. Allá fundó la Asociación Reserva Natural de Suma-Paz, que adelantaba proyectos de protección del páramo, recuperación de la memoria de la región y talleres con los habitantes de la región.

En la administración Mockus fue además miembro del grupo de Asesores Culturales Locales del Instituto Distrital de Cultura y Turismo.

Elsa Alvarado
Elsa Alvarado nació en Bogotá el 4 de diciembre de 1961. Tras estudiar comunicación en la Universidad Externado de Colombia y especializarse en tecnología educativa en la Universidad Javeriana, se vinculó al Cinep donde conoció a Mario Calderón.

En el Cinep, Elsa investigaba temas ligados a la democratización de la comunicación, la opinión pública y el poder de los medios. Sus allegados describen como una mujer alegre, amante de los viajes y de la cocina, llena de vitalidad. En sus últimos meses de vida trabajó con el Ministerio de Comunicación en relaciones entre audiencias y medios de comunicación.

El crimen
Hacia las ocho de la mañana del 19 de mayo de 1997 cinco hombres vestidos de negro y fuertemente armados llegaron al edificio donde vivía la pareja en el barrio Chapinero en Bogotá.

Haciéndose pasar por agentes del Cuerpo Técnico de Investigación la Fiscalía,amordazaron al portero y subieron al piso de los Calderón. Tumbaron la puerta y obligaron a Mario, a Elsa y a los padres de ésta, que por casualidad estaban esa noche allí, a ponerse de rodillas y les dispararon.

Milagrosamente la madre de Elsa, una mujer de setenta años, salió con vida, aunque herida de gravedad. Iván, el hijo de la pareja de apenas 18 meses, también logró salvarse ya que su abuela alcanzó a esconderlo en un armario.

El crimen conmocionó el país, pues la pareja siempre luchó por una solución pacifica al conflicto armado de Colombia. El país perdió a dos agudos investigadores, comprometidos con la paz y los sectores sociales. El páramo de Sumapaz dejó de tener a dos ambientalistas comprometidos con sus habitantes y su protección. Y el hijo de la pareja, Iván Calderón, quedó huérfano y exiliado.

El caso Calderón Alvarado
El crimen fue de inmediato atribuido a los paramilitares. Las sospechas se confirmaron varios años después cuando ‘HH’ aclaró que Carlos Castaño ordenó el crimen, pero que en ellos participaron de forma directa e indirecta miembros de la fuerza pública.

De acuerdo con otro testimonio la decisión de cometer el asesinato fue tomada por Carlos Castaño en el mes de junio de 1996 en la hacienda San Nicolás, ubicada en el suroeste antioqueño con la presencia de Salvatore Mancuso, ‘Doble Cero’, ‘Don Berna’ y Castaño. La banda de sicarios ‘La Terraza’ se habría encargado de realizar el asesinato.

La única persona condenada por estos hechos es Juan Carlos González Jaramillo, condenado a 40 años de prisión por ser autor material del homicidio. Alexander Londoño y a Edward Melguizo Londoño también fueron acusados de ser coautores del crimen, pero fueron absueltos por duda probatoria.