Una grabación prueba que el paramilitar quería usar las confesiones no para hacer un homenaje a la verdad, sino para enlodar a muchos y salvar el pellejo de sus cómplices.
Una grabación revelada por La W radio vino a ratificar lo que ya muchos habían dicho antes: que los paramilitares estaban utilizando las confesiones, más que como una vía de reconciliación, como una estrategia para salvarse ellos y salvar a sus aliados políticos de fuertes condenas.
La grabación de siete horas registra un diálogo informal entre el jefe paramilitar Salvatore Mancuso, hoy extraditado, con los entonces congresistas Eleonora Pineda y Miguel de la Espriella, ambos hoy condenados por nexos con los paramilitares. El audio fue grabado por el propio Mancuso -posiblemente en el centro de reclusión de La Ceja, Antioquia, poco antes de la desmovilización- y en él destapa su estrategia: les da la instrucción de revelar los nombres de políticos y personalidades que entraron en contacto con los paramilitares.
“Hay que meter a todo el mundo al baile”, sentencia el jefe ‘para’ antes de pedirles a Pineda y De la Espriella un recuento de los congresistas que entraron en contacto con su organización criminal. Según se infiere de la conversación, Mancuso les pide hacer memoria porque fueron ellos mismos los encargados de facilitar los contactos.
El ex senador antioqueño Mario Uribe, primo del presidente Álvaro Uribe, es uno de los salpicados. Pineda afirma que él recibió apoyo de los paras en Montelibano, Córdoba, pero admite que teme involucrarlo porque puede salir afectada. La ex representante a la Cámara menciona también una reunión con el congresista a la que le resta importancia ya que no se lograron acuerdos “Eso fue en el Capilla, pero no fue mucho, más bien para hablar de la región”, explica Pineda.
“Lo importante es que mientras más gente se meta, más rápido hay una solución. (Álvaro) Uribe no puede meter a la cárcel a 20.000 personas, y no puede meter a la cárcel a 100 personas importantes de este país, no puede. ¿Cómo va a hacer con sus ministros, con el ministro de Defensa, cómo va a hacer con su vicepresidente?”, dice Mancuso.
El nombre del ex senador Álvaro García, hoy condenado, también sale a relucir. De éste, Mancuso afirma que en varias oportunidades se reunió con el sanguinario Rodrigo Mercado Pelufo, alias ‘Cadena’, jefe paramilitar de Sucre. Otros políticos mencionados en la conversación son la ex representante Muriel Benito Rebollo y el senador Armando Benedetti. De éste, Pineda dice que se salió de un consejo comunitario para asistir a una reunión con Mancuso en la que manifestó su apoyo al proceso de paz.
Muchos de los mencionados ya han sido investigados; algunos fueron absueltos, otros, condenados. El cálculo de Mancuso era que si lograban enlodar a toda la clase política por nexos con los paramilitares, las responsabilidades de estos desaparecerían. Si todo el mundo es culpable, nadie lo es.
El ventilador que ordenó encender Mancuso se empezó a hacer efectivo en noviembre de 2006, cuando Miguel de la Espriella reveló la existencia del Pacto de Ralito. El famoso pacto firmado en 2001 por una veintena de congresistas en alianza con los paramilitares “para refundar la patria”.
¿Le ha servido para algo la estrategia al clan Mancuso? Es difícil decirlo. Lo cierto es que Eleonora Pineda ya está en libertad, después de pagar una corta condena de prisión, teniendo en cuenta que utilizó su curul en el Congreso como fachada para defender los intereses de un grupo criminal que tanta sangre le costó al país. Y también es cierto que esa verdad a cuentagotas, que enredaba a personalidades, estaba provocando cierta inestabilidad en el país y esa pudo ser una de las razones para extraditar, hace siete meses, a los jefes de las autodefensas.
La grabación se conoció apenas ahora, cuando Miguel de la Espriella estaba pidiendo que tuvieran en cuenta como colaboración con la justicia el hecho de que él hubiera revelado el ‘Pacto de Ralito’. Pero la justicia no se lo aceptó. Porque en realidad, esta nueva grabación, además de revelar la estrategia de Mancuso, lo que deja en evidencia es la actitud servil de congresistas que tuvieron el atrevimiento de ocupar curules como representantes del pueblo.
Publicado en: Semana Edición 1390