Los chilenos de las Farc

      
Por primera vez la justicia logra comprobar y documentar cómo cuatro ciudadanos de Chile forman parte de la guerrilla colombiana. Fotos y correos encontrados en el computador de Raúl Reyes son la prueba.
José Bozo, Manuel Francisco Olate, Valeska Carolina López y Mónica
Paz son integrantes del Partido Comunista en Chile. / FOTO SEMANA

Tras el exitoso y cinematográfico rescate de los 33 mineros, los chilenos difícilmente imaginaron que otro asunto pudiera acaparar la atención del público. Sin embargo, desde el sábado de la semana pasada no ha pasado un solo día en que los medios de ese país no registren una noticia sobre un tema que se ha convertido en una polémica nacional.

Se trata de la captura de un hombre llamado Manuel Francisco Olate. Lo que hace fascinante el tema para sus conciudadanos es que se trata del primer ciudadano chileno en ser arrestado y solicitado en extradición, acusado de ser un miembro de las Farc. Y lo que es más grave, no es el único. Otros cuatro chilenos están en la mira de las autoridades de ese país por ayudar y formar parte de la guerrilla colombiana.

El caso ha causado controversia en Chile ya que, como parte de su estrategia de defensa, Olate y otros de los involucrados han tratado de sembrar dudas sobre un caso que no tiene antecedentes en la justicia de ese país, al afirmar que se trata de un montaje del gobierno colombiano. Como miembro del poderoso Partido Comunista chileno, Olate ha conseguido que se hayan realizado manifestaciones públicas a su favor y el respaldo de algunos sectores políticos. Estos ya han empezado movimientos para impedir que Olate sea extraditado a Colombia para ser juzgado por financiamiento de terrorismo, uno de los cargos en su contra. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Olate y sus camaradas por tratar de desvirtuar sus vínculos con las Farc, las pruebas en su contra son contundentes.

En primer lugar, la investigación que terminó con la captura de Olate en Santiago, el 30 de octubre, comenzó hace más de dos años, desde que la Policía colombiana descubrió en los computadores delabatido jefe de las Farc Raúl Reyes las primeras fotografías de Olate. Desde ese momento, los hombres de Inteligencia de la Policía comenzaron una paciente labor con ayuda de sus colegas chilenos hasta probar que existe una célula de las Farc en Chile que actuaba en los dos países. Las fiscalías colombiana y chilena también adelantaron sus propias diligencias. De hecho, solo en los últimos seis meses, varios fiscales chilenos viajaron en por lo menos tres oportunidades a Colombia para recolectar testimonios de desmovilizados que ponían en evidencia que Olate era mucho más que un simple diseñador gráfico, como decía ser, y que en realidad él y otros chilenos han desempeñado un papel clave y muy activo para las Farc.

Gracias a una serie de correos electrónicos desencriptados de los computadores de Reyes, los investigadores establecieron que Olate era conocido en las Farc con el alias de ‘Roque’. Esto permitió saber que había una fluida, constante y muy comprometedora comunicación con quien era el segundo de las Farc. “Tenemos la visita de Roque con dos colegas más (…) Aprovechemos ahora que se encuentra aquí a ver si logramos enlazarnos con ellos en el propósito de asegurar hacia el futuro nuestra presencia en la web. Es todo. Un gran abrazo. Raúl”, señala un correo del 20 de junio de 2005.

En otro mail, Olate le solicita a Reyes entrenamiento para integrantes del movimiento chileno conocido como Los Mapuches, catalogado por las autoridades de ese país como un movimiento subversivo y terrorista. “Existen compañeros del pueblo mapuche que hace rato están en lucha con el Estado por la devolución de sus tierras (…) A través de unos contactos se acercaron a nosotros para pedir apoyo en términos de instrucción”, dice uno de los apartes. Para la Fiscalía chilena es claro que Olate y las Farc entrenaron a miembros de esa facción. No solo los correos de Reyes lo prueban, sino el hecho de que meses después de esas comunicaciones Los Mapuches comenzaron a realizar acciones y a atacar en varias regiones del país austral, copiando tácticas idénticas a las empleadas por la guerrilla en territorio colombiano. “Un gran abrazo y mil disculpas por el silencio, sepa que estamos trabajando y seguimos cohesionados y pilosos, no se engañe por mi silencio involuntario, y si tuviese problemas con la policía ya sé dónde está mi retaguardia, mi caleta y mis botas”, dice un mensaje enviado a Reyes en julio de 2007.
 
Las fiscalías colombiana y chilena indagan también si Olate ayudó a conseguir armas para las Farc, tal y como se desprende de otro de los correos electrónicos enviados en 2007. “El chileno, en diálogo privado, se nos identifica como del MIR y nos hace la siguiente oferta: entregar a las Farc, en nombre de la organización, como solidaridad, más de 8 toneladas de fusiles M-16 que tienen encaletados en el norte de Chile. Nosotros tendríamos que transportarlos desde allá…”. Los investigadores chilenos se dieron también a la tarea de cruzar las fechas de los correos entre Reyes y Olate y determinaron que este estuvo por lo menos en seis oportunidades en campamentos guerrilleros en Colombia, Ecuador y Venezuela, entre 2005 y 2008. Una de sus últimas visitas a Reyes tuvo lugar cuatro días antes del bombardeo al campamento. Allí quedaron las que son consideradas las evidencias más comprometedoras. Se trata de una serie de fotografías que, después de un año de cotejos, le permitió a la justicia chilena identificar plenamente en marzo de este año quiénes aparecían allí. Se trata de cuatro chilenos más, señalados también de formar parte de esa red de las Farc. En las fotos aparecen Valeska Carolina López, José Bozo y Mónica Paz (ver fotos).

Sobre esas comprometedoras imágenes en las que aparece con camuflado y una de sus compañeras porta un fusil, Olate ha dado una explicación inverosímil. Según él, estuvo en el II Congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB) en Quito y aprovechó para visitar en la selva a Reyes. Pero no para recibir instrucción en el manejo de armas, sino porque se “trataba de un momento histórico” en su vida como luchador comunista. Ese argumento, así como la versión de que le tocó vestirse con camuflado porque tenía la ropa mojada debido a la lluvia, resulta francamente absurdo, especialmente porque eso no explica por qué tenían que portar fusiles AK-47.

La importancia de la captura y eventual extradición de Olate, así como el descubrimiento de chilenos vinculados con las Farc, es que hoy resulta claro que los espacios internacionales cada vez se les están cerrando más a quienes ayudan a los subversivos colombianos. Así como los chilenos acaban de dar una valiosa lección de no tolerar que un ciudadano de su país tenga vínculo alguno con las Farc, otras naciones ya han hecho lo mismo. España, México y Costa Rica son algunos de los países en donde al igual que el caso de Olate, han sido arrestados y procesados ciudadanos a los que se les han probado sus relaciones con la guerrilla colombiana. Como viene ocurriendo, cada vez menos habrá células en el exterior similares a la que acaba de ser desvertebrada. La de los chilenos de las Farc.

Revista Semana