Los castigos contra las mujeres en Puerto Gaitán, Meta

      
Los hombres de ‘Guillermo Torres’ sacaron a las niñas de sus casas y las obligaban a trabajar. Algunas fueron prostituidas y a otras las raparon por no seguir las “reglas” de los paramilitares.

300-puetogaitan-vs“Yo lo odio y siempre lo odiaré. No sé con qué cara viene usted y dice que no me violó, si por lo que usted y los demás me hicieron es que hoy estoy metida en este mundo de la prostitución”, dijo María*, una de las mujeres que llegó hasta Villavicencio para encontrarse en una audiencia con el ex paramilitar Rafael Salgado Merchán, alías ‘Águila’, su victimario.

María relató que fue raptada por un grupo paramilitar con la excusa de que su mamá la había entregado a ‘Los Carranceros’, nombre con el que se conoce a las Autodefensas Campesinas del Meta y Vichada. Su mamá, que estaba presente en la audiencia, dijo entre llantos que eso no era cierto y que sufrió con la ausencia de su hija tanto como hoy sufre cada vez que su hija vuelve al negocio de la prostitución.

Según lo ha documentado la Fiscalía, decenas de mujeres fueron secuestradas por los hombres de José Baldomero Linares, alias ‘Guillermo Torres’, jefe de ‘Los Carranceros’.  Las llevaban a fincas y las obligaban a trabajar en labores del campo: las hacían cargar piedras de camiones, arreglar carreteras, hacer puentes, tapar huecos y limpiar las calles. Esto a la vista de toda la comunidad, incluso, algunas portaban carteleras donde decía que estaban “castigadas por las Autodefensas”.

Los maltratos podían incluso durar meses. Según una investigación de la Procuraduría General de la Nación, a algunas de estas mujeres las llevaron hasta los laboratorios de coca: en el día las obligaron a trabajar por largos periodos al tiempo y  en  las noches eran violadas por varios de los paramilitares.  

“Don Guillermo y sus hombres se llevaban a las niñas de los colegios y de los barrios, entraban a las casas y las raptaban delante de sus padres, se las llevaban para los campamentos, a tener sexo con uno o con veinte, a lavarles y a cocinarles, y también a trabajarles en las cocinas (de coca)”, dice uno de los testimonios recogidos por los investigadores de la Procuraduría.

Otra práctica común entre los paramilitares era dejar calvas a las niñas. Según ‘Guillermo Torres’  rapaban a las mujeres que llegaban tarde a sus casas, las que se “metían en chismes” y las que “no respetaban las leyes de la organización”.  (Ver: Las calvas de Puerto Gaitán https://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/3035)

Según han relatado las pocas víctimas de Puerto Gaitán que se han acercado a los fiscales de Justicia y Paz, estar calvas les generó un estigma que aún la gente del pueblo recuerda.  Una de las mujeres entrevistada por la Fiscalía contó: “Me daba pena volver al pueblo, me decían callejera, me discriminaban. Eso dañó mis estudios, mi reputación, quedé como algo de lo peor. Terminé mi relación con un muchacho, mi amigos se alejaron, pensaban que yo estaba castigada, nadie quería salir conmigo”.  

Otras investigaciones señalan que a causa de los múltiples abusos contra las mujeres, en el año 2000 muchos paramilitares y sus víctimas resultaron contagiados con el virus del Sida. Entonces los ‘paras’ obligaron a las mujeres a realizarse exámenes de sangre y a las que les salía positivo eran rapadas.

Algunas mujeres se escondieron y nunca fueron a un hospital por miedo a las represalias que podían tomar los paramilitares. Según la investigación de la Procuraduría, muchas de ellas continúan en el pueblo y hoy se encuentran en estado terminal porque nunca recibieron tratamiento médico.

El miedo persiste
María tuvo el valor de enfrentarse a su victimario, pero como ella misma contó, dos de sus compañeras pasaron por lo mismo y decidieron no asistir a la audiencia porque aún sentían miedo de contar sus historias.

La Procuraduría en su informe hace énfasis en que aún hoy las mujeres no  se atreven a denunciar. Muchas aseguran que temen porquealgunos de los paramilitares que se desmovilizaron con ‘Los Carranceros’, y otro que no lo hicieron, continúan en la zona. Según reportes de la  Defensoría del Pueblo, las trabajadoras sexuales son todavía obligadas a hacerse exámenes de VIH Sida.

Según el Ministerio Público una de las mayores preocupaciones es que las actuales autoridades locales de Puerto Gaitán son personas que, según las versiones de los desmovilizados, estuvieron relacionadas con estos crímenes.

‘Guillermo Torres’ ha dicho en sus versiones libres que lo que le hicieron a las mujeres contó con el visto bueno del personero municipal, el comandante de la Policía y la fiscal de Puerto Gaitán. El entonces personero, Édgar Silva González, reconoció en una entrevista que para la época era común que se aplicaran ese tipo de castigos. Silva es actualmente el alcalde de Puerto Gaitán.

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