Lo que dijo Mancuso contra Mario Uribe

      
En el juicio el ex jefe paramilitar señaló que las Auc ayudaron a Mario Uribe en la campaña de 2002 mientras el ex comisionado de paz Luis Carlos Restrepo dijo que no autorizó a Uribe para hablar con grupos ilegales. La Procuraduría  pidió su absolución.

Mario Uribe a la salida de la cárcel La Picota de Bogotá, el pasado 20 de agosto del 2008.



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Desde una cárcel de Estados Unidos, elex jefe del Bloque Norte, Salvatore Mancuso, reconoció que apoyó políticamente la campaña del ex senador Mario Uribe al Congreso en 2002. Según el desmovilizado, después de una supuesta reunión con Mario Uribe, le ordenó a sus subalternos apoyar su candidatura.

Según dijo Mancuso, en 2002 se reunió con Mario Uribe y con la ex congresista Eleonora Pineda, condenada por ‘parapolítica’, en la finca La Capilla, en Tierralta, Córdoba. En ese encuentro Pineda presuntamente le habló de un acuerdo político entre ella y Mario Uribe para obtener votos en Córdoba.

Después de la reunión, Mancuso aseguró que se comunicó con sus jefes militares y con líderes políticos de municipios de Córdoba como Puerto Libertador, Planeta Rica y Montelíbano para que “en nombre de las autodefensas” apoyaran la candidatura de Uribe al Senado.

“Yo avalé ese acuerdo tácitamente, llamé al comandante del Alto San Jorge y le dije que fuera a apoyar a Mario Uribe en esos municipios”, explicó el ex paramilitar ante la Corte Suprema.

Según Mancuso, al principio iba a apoyar el ex senador Miguel de la Espriella, también condenado por ‘parapolítica’en 2008, como fórmula de Eleonora Pineda al congreso. Pero luego de la reunión de Tierralta  “cambió de opinión” y prefirió ayudar a Mario Uribe, primo del ex presidente Álvaro Uribe Vélez.

“Quien hizo el pacto fue Eleonora con Mario Uribe, ella me lo contó delante de Mario Uribe y después de la reunión di la orden que en nombre de las autodefensas apoyaran a Mario Uribe y no a Miguel de la Espriella”, señaló el ex paramilitar, extraditado en 2008 a Estados Unidos por narcotráfico.

Además de la declaración de Salvatore Mancuso, la defensa de Uribe recibió otro golpe. Luis Carlos Restrepo, ex comisionado de paz, dijo que el político nunca recibió la autorización del gobierno para negociar y hacer contactos con grupos al margen de la ley.

El testimonio de Restrepo parece contradecir lo que Uribe y Pineda afirmaron desde el inicio del juicio a mediados de este año, cuando aceptaron que se habían reunido con Mancuso en 2002 para tratar temas de paz.

En julio pasado el ex senador admitió que esta reunión se dio después de las elecciones de Congreso de 2002 y poco antes de los comicios presidenciales. También señaló que se encontraron de manera sorpresiva cerca de Montería, por iniciativa de Pineda (ver nota: Mario Uribe acepta que se reunió con Mancuso pero que no hizo pactos con ‘paras’).
 
Según el político, en esa reunión, el ex jefeparamilitar le manifestó la intención de utilizar sus vínculos familiares para contactar a su primo Álvaro Uribe Vélez, entonces candidato presidencial. Mario Uribe dijo que le respondió al ex paramilitar “de manera cortés”, pero que rechazó su propuesta. “Discutimos rápidamente, quería convertirme en enlace con el próximo presidente de la República, quería que yo le sirviera de enlace. No acepté ese encargo”, le dijo Uribe a la Corte Suprema.
 
“No pacté nada con Mancuso. Nunca celebré acuerdos de ninguna índole. La reunión fue inesperada, después de oírle su discurso, simplemente respondí de manera cortés queno era posible y que sin embargo en una situación tan difícil la paz era un objetivo plausible. De hecho, Salvatore dice expresamente que nunca hice gestión para ellos ni que él jamás pidió un voto para mí” señaló en ese momento el ex senador .

En una audiencia del 15 de septiembre pasado, Eleonora Pineda aceptó la reunión con Mancuso, pero aclaró que sólo hablaron del proceso de paz con los paramilitares. “En la reunión, Mancuso pretendía que muchos sectores acompañaran el proceso de paz con lasautodefensas”, explicó la ex representante en ese momento (Ver nota: “Me reuní con Mancuso y Mario Uribe para tratar temas de paz”: Eleonora Pineda).

El retiro de Mancuso

Mancuso declaró como testigo del juicio al ex congresista antioqueño pero explicó que no participaría más en la audiencia ni en ningún otro proceso judicial (salvo en aquellos en los que ya había confesado crímenes) por la falta de seguridad de su familia y de aquellos que trabajaron con él.

El ex jefe paramilitar leyó un documento en el que explica las razones de sus negativas para seguir declarando, entre las cuales el incumplimiento del Estado con compromisos adquiridos a través de la Ley de Justicia y Paz ( Ver carta de Mancuso).

Mancuso mencionó que su extradición hacia Estados Unidos representó un obstáculo para el proceso de Justicia y Paz y que el asesinato de su contador a principios de septiembre, la renuncia de sus abogados y las amenazas contra su hijo,  hacen imposible que él siga declarando. “No tengo seguridad, ni las personas con las cuales me relaciono. Estoy aquí para ratificar mi constante compromiso con el proceso de justicia y paz, pero físicamente me es imposible seguir participando en estos procesos judiciales” indicó el ex paramilitar.  

El procurador delegado Jorge González dijo que no le da credibilidad a las declaraciones del paramilitares. Cuestionó que después de que Mancuso aseguró apoyar a Uribe, se negó a seguir respondiendo y no permitir que las partes contrainterrogaran.

Según el procurador González, contrasta el testimonio de Mancuso con el testimonio de la ex congresista Eleonora Pineda, que aseguró que jamás hizo pactos con Uribe.

Lo que tiene a Mario Uribe tras las rejas

El proceso deMario Uribe Escobar había vuelto al terreno de la Corte Suprema, luegode que el Fiscal General encargado lo hubiera dejado libre el 19 deagosto de 2009 pero vinculado al proceso por sus presuntos nexos conparamilitares.

Ahora la Corte considera, en su acusación, queUribe y los paramilitares se aliaron para lograr el poder político enlo que llamaron “estados liberados” (Ver acusación de la Corte Supremade Justicia contra Mario Uribe).

“Nunca satisfechos y en procurade lograr una representación política que compartiera sus idearios de“Nación”, desde aproximadamente el año 2001 diseñaron un plan deexpansión que les permitiera obtener una representación nacional através de aliados que o bien llegarían por primera vez al Congreso, oestándolo, coadyuvarían a la afirmación de sus propósitos. En esesentido, diseñaron una propuesta convencional que entre otros lideraronMiguel de la Espriella y Eleonora Pineda, el uno un curtido políticodel Departamento de Córdoba y la otra concejal de un pueblo apartado dela Región del San Jorge con aspiración de convertirse a nivel nacionalen la representante de las autodefensas”, dice la Corte en sucomunicado anunciando la decisión.

Para la Sala, “la alusión ala manera como operó el aparato paramilitar en sus orígenes, permiteexplicar mediante una visión de conjunto, la razón de ser de lagravedad del injusto que se atribuye al doctor Uribe Escobar, al pactarcon Salvatore Mancuso, líderde esas fuerzas ilegales, la promoción degrupos armados al margen de la ley que inicialmente fueron concebidoscomo un medio de presión sobre pueblos enteros, pero que luegopretendieron asumir la condición de “actores” políticos, con elrespaldo y auspicio de quienes ostentaban la condición derepresentantes del Estado”.

La acusación de la Corte se centraen los resultados atípicos que tuvo Mario Uribe en Sahagún,Montelíbano, Planeta Rica y Chinú. El análisis de las votaciones de1998, 2002 y 2006 deja la pregunta de “cómo puede alguien (refiriéndosea Mario Uribe), quien quiera que sea, que no es de la región y quetiene una vinculación de otra especie más que política, obtener unosniveles de votación como nunca los había tenido y luego volver a suscauces normales sin mayor explicación”.

En Montelíbano, Uribe obtuvo en 1998 sólo ocho votos. En 2002 sacó4.087 votos y en 2006, con 13 votos, volvió a sus niveles normales. Osea que en las elecciones de 2002 aumentó su caudal electoral 510veces. Este comportamiento “atípico” se reproduce en los otrosmunicipios, que para la época tenían una fuerte presencia paramilitar,con aumentos de votaciones entre 42 por ciento y 1200 por ciento.

Aunque Mario Uribe explica el aumento de sus votaciones gracias aalianzas con políticos locales como Otto Bula y Mariano Cura Demoya, laCorte no se explica cómo en las elecciones parlamentarias de 2006 talesresultados no se reprodujeron.

La duda de la Corte sobre los resultados atípicos se refuerza conlos testimonios de varios dirigentes locales del movimiento ColombiaDemocrática, partido de Mario Uribe, que dijeron que no conocen aMariano Cura Demoya y que nunca lo vieron haciendo proselitismo en laregión.

Uribe además tenía que saber que aliándose con Eleonora Pineda en laregión de San Jorge se estaba juntado con alguien que tenía notoriosnexos con Salvatore Mancuso. Según la Corte “no es improbable que Pineda haya celebrado un compromiso electoral con Mario Uribey que el mismo (compromiso) lo haya avalado Salvatore Mancuso”.

En versión libre de Salvatore Mancuso dijo que era imposible queMario Uribe no supiera qué tipo de relación existía entre él y EleonoraPineda. El ex jefe de las Auc dice que “si yo le mando (a Mario Uribe)una razón con Eleonora, me imagino que él le habrá preguntado, Eleonoraqué tipo de relaciones tienes tú con el Comandante Mancuso o por qué meestá citando”.

La Corte añade que Eleonora Pineda, como aliada de los ‘paras’,también tuvo resultados extraños en los municipios donde Mario Uribeaumentó de forma atípica su caudal electoral, lo que permite demostrarun acuerdo entre Mancuso y los dos políticos.
 
En conclusión laCorte dice que “es altamente probable que Mario Uribe Escobar sehubiese reunido con Salvatore Mancuso no para hablar exclusivamente delproceso de paz, sino para delinear un apoyo en una zona especialmenteconflictiva”.

La Corte sin embargo desvirtuó los testimonios de varios ex ‘paras’que vinculan a Mario Uribe con el robo de tierras en Sahagún y Caucasiaen 1998, con la complicidad en el asesinato de un campesino en su fincaLa Palmira en Hispania, Antioquia y con la colaboración del BloqueÉlmer Cárdenas para presionar los votantes del Urabá antioqueño parafavorecer a Mario Uribe.