Las opciones de ‘Simón Trinidad’

      
¿Puede ser repatriado este miembro del Estado Mayor de las Farc, extraditado y condenado a 60 años de cárcel en Estados Unidos?

0-extradicion-simon-trinidad‘Simón Trinidad’ al momento de su extradición a Estados Unidos. Foto: archivo Sermana.

Muchos colombianos recuerdan claramente los últimos momentos de Ricardo Palmera, alias ‘Simón Trinidad’, en Colombia. Esa imagen del integrante del Estado Mayor de las Farc data de hace más de diez años, cuando esposado y con chaleco antibalas, fue entregado a agentes norteamericanos, que lo pusieron en un avión de la DEA y lo trasladaron a Estados Unidos. Aquel parecía un vuelo sin retorno. ‘Trinidad’ –hoy con 65 años de edad– está condenado a 60 años de cárcel. Sin embargo, cada día se comenta a más alto nivel la probabilidad de que regrese.

Esta es una posibilidad remota pero no imposible. La situación de ‘Trinidad’ es mucho más que complicada. En los tribunales estadounidenses enfrentó dos juicios: uno por narcotráfico y terrorismo y, otro, por secuestro. El primer expediente nunca prosperó, el segundo sí. Se le halló culpable de “conspirar para mantener a tres ciudadanos estadounidenses como rehenes”.

Se trataba de tres contratistas norteamericanos que cumplían una misión para el Pentágono y que cayeron en manos de las Farc cuando sobrevolaban selvas del sur de Colombia en 2003. Durante el juicio a ‘Trinidad’ los estadounidenses continuaban secuestrados y fueron considerados civiles, no militares. Tras ser declarado culpable, la lectura de la sentencia de ‘Trinidad’ fue aplazada en dos ocasiones (entretanto él envió infructuosas cartas al Secretariado de las Farc solicitando la liberación de los contratistas).

En enero de 2008 Royce Lamberth, el juez del caso finalmente se pronunció: “Las familias de estas personas están siendo torturadas y ninguna nación civilizada puede permitir esto. Su sufrimiento no acabará con esta sentencia, pero la severidad de ella quizás disuada a otros de cometer este crimen”, y agregó: “Esto fue y es un acto de terrorismo, fue un acto bárbaro que atenta contra las leyes de todas las naciones civilizadas”. Sin más, firmó la sentencia y le deseó buena suerte a ‘Simón Trinidad’.

Posteriormente, en julio de 2008, los tres estadounidenses fueron rescatados junto con Ingrid Betancourt y una doce de militares colombianos en la Operación Jaque. Aunque en la práctica la sentencia a ‘Trinidad’ es cadena perpetua –saldría con 111 años de edad–, legalmente se limitó a 60 años sólo porque el tratado de extradición no permite a EE.UU. imponer condenas superiores a las que admite la ley colombiana. Tratándose de una sentencia de tal envergadura existe sólo una vía para que salga de prisión: el perdón presidencial. En Estados Unidos el Presidente ostenta el poder absoluto y discrecional de indulgencia, capaz de imponerse sobre cualquier condena.

Desde George Washington, en 1794, hasta Obama, todos los presidentes han hecho uso de esa facultad, pero siempre con pinzas, por el costo político que conlleva, o tragándose la vergüenza y enlodando su puesto en la Historia cuando razones extra políticas se impusieron: quince años atrás Bill Clinton indultó a su hermano Roger. En 1976, Gerald Ford indultó a su exjefe y antecesor, el ex presidente Richard Nixon por “todos los delitos que hubiera cometido” en el llamado Watergate, escándalo que le costó el cargo a Nixon, indulto que le costó las elecciones a Ford.

El eventual indulto a ‘Simón Trinidad’ tomó alto vuelo en los últimos días cuando el presidente Santos afirmó que podría interceder ante Estados Unidos por Farc. “Tenemos que encontrar una solución. Nadie va a entregar las armas para irse a morir a una cárcel norteamericana. Eso es totalmente irrealista. Eso ya es una responsabilidad mía en mis relaciones con los Estados Unidos de buscarle una solución a eso”, dijo Santos en España. Tras esto, Shlomo Ben Ami, ex canciller israelí y asesor de los diálogos en La Habana, cuando se le preguntó concretamente por la exigencia de las Farc de que ‘Trinidad’ esté en la mesa como parte de sus negociadores, respondió: “Eso ya se ha mencionado en conversaciones con el vicepresidente (estadounidense) Jhon Biden”, además agregó “Eso también se le ha mencionado a la Administración norteamericana”. Y la polémica se desató.

El ex presidente Uribe trinó: “Santos nos ofende a muchos colombianos pidiendo a USA que libere a ‘Simón Trinidad'”. “‘Simón Trinidad’ aprovechó información bancaria privilegiada para secuestrar personas en Valledupar. Santos pide liberarlo”. El procurador Ordóñez puso el grito en el cielo y se dirigió al senador estadounidense Marcos Rubio, del partido republicano, para cerrar filas contra “tentativas y posibles gestiones para que el criminal Ricardo Palmera, alias ‘Simón Trinidad’ (…) sea repatriado a Colombia para que se una a los diálogos”. Tratando de apaciguar el torbellino, el presidente Santos desmintió haber hecho tal solicitud al gobierno de Obama.

Qué dicen en Washington
Barack Obama, presidente de Estados Unidos. Foto: archivo Semana.

Expertos consultados en la capital de Estados Unidos acerca de la posibilidad de que Barack Obama extienda el manto de perdón sobre ‘Trinidad’, consideran es que un asunto más probable que improbable. Sin embargo, aseguran que es el cuándo y el cómo donde está la clave.

En Washington nadie cree que la eventual liberación pueda ocurrir pronto. Más bien, de darse, sería después de noviembre de 2016, o sea, tras las elecciones de donde saldrá el sucesor de Obama. La razón es que los presidentes suelen aguardar hasta último momento para otorgar indultos, atenuando así el costo político que les pueda significar. Por otra parte, los analistas consideran que Obama sólo daría el paso cuando al proceso de paz le falte el último hervor.

Adam Isacson, de la organización Wola, dedicada a estudiar e investigar los intríngulis de la política estadounidense con relación a Latinoamericana, ve posible la liberación de ‘Trinidad’ sólo cuando se satisfagan dos condiciones: “Que el proceso de paz se encuentre en un estado muy avanzado, con muy poca posibilidad de fracasar (y entonces de ver a ‘Trinidad’ volviendo al monte). Y que el Presidente Santos solicité la liberación de una manera pública, explícita y por escrito, de tal forma que comparta plenamente el costo político”.

En el mismo sentido el internacionalista Antoine Perret, quien vivió cuatro años en Colombia, ha sido asesor de Naciones Unidas y es investigador de American University, considera: “No veo al gobierno estadounidense enviado a ‘Trinidad’ para que participe de los diálogos, eventualmente para firmar la paz, sí”.

Los expertos también llaman la atención sobre una posibilidad que no se ha mencionado en Colombia aunque está sobre la mesa: la variación de la pena. Efectivamente, el reglamento de la Oficina de Indultos, adscrita al Departamento de Estado, señala que “la clemencia ejecutiva puede tomar varias formas, incluidos el perdón, la conmutación de la sentencia, la remisión de la multa o restitución, y la suspensión temporal del castigo”. Es decir, el perdón de Obama puede ser tan amplio o estrecho cómo se requiera. Y esa flexibilidad permite negociaciones, como ocurrió en diciembre en el histórico anuncio de la reanudación de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba –tras 50 años–, para lo cual Obama liberó a tres cubanos acusados de ser expías y con sentencias en firme (uno de elloscondenado a dos cadenas perpetuas más quince años de prisión). Al mismo tiempoRaúl Castro sacó de la cárcel a un estadounidense y lo repatrió. “El Presidente Obama estaría dispuesto a hacer una concesión a las Farc, sólo con miras de alcanzar un objetivo superior”, anota Perret.

El más reciente pronunciamiento del gobierno de Obama sobre un perdón a las Farc se dio en enero cuando Yamit Amad le preguntó a Kevin Whitaker, embajador de Estados Unidos en Colombia, y este respondió: “Primero es importante recordar que la Rama Judicial es independiente. Segundo, una persona ya condenada está en posición bien distinta, y tercero, respaldamos plenamente al Gobierno de Colombia en sus esfuerzos para llegar a una paz negociada, y no queremos ser obstáculo, queremos ayudar”. Para Isacson, lo más llamativo de la respuesta es que el embajador “No dio un no en absoluto”.

Lo que luego vino –aún más importante– fue el nombramiento de Bernie Aronso como enviado especial de Obama al proceso de paz. En rigor se trata de un emisario para recibir y transmitir mensajes, sin facultad para tomar decisiones, sin embargo es un paso concreto en el nivel de involucramiento de Estados Unidos. Un paso que las propias Farc aplaudieron. La presencia del emisario de Obama revalúa el argumento de que Estados Unidos lo único que entiende respecto a las Farc es que son un grupo terrorista. “Hay terroristas y terroristas. Y las Farc no son ISIS ni Al Qaeda. Nunca aparece en los noticieros televisivos aquí, y solo esporádicamente en la prensa escrita. Por su bajo perfil, alguna concesión tendría mucho menor costo político, especialmente si es el gobierno colombiano quien la solicita”, dice Isacson.

‘Simón Trinidad’ no es el único jefe de las Farc con líos en la justicia de Estados Unidos. Este escenario también supone que el perdón de Obama vendría sólo cuando la firma de la paz sea inminente. Dado que el presidente de EE.UU. tiene la potestad de perdonar antes o después de una sentencia, lo más lógico es que si se va a hacer un arreglo se haga en conjunto. El presidente Santos lo dijo claramente cuando aceptó que intermediaría en Estados Unidos por las Farc, sí pero “cuando lleguemos al final del proceso, me corresponderá a mi plantearle a las autoridades norteamericanas una solución”.

Todo indica que la eventual repatriación de ‘Simón Trinidad’ es tan probable y próxima como la eventual firma de la paz en Colombia.

¿Quién es?
simon-trinidad-2-620x400La delegación de paz de las Farc en Cuba con una foto de ‘Simón Trinidad’ en tamaño real. Aparece en medio, entre ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’. Foto: archivo Sermana.

Antes de vincularse en las Farc alias ‘Simón Trinidad’ se tituló de Economista con una especialización en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, y fue un reputado banquero en la Costa colombiana. En 1987 se fue para el monte, operó en norte del país haciendo del secuestro su principal arma. Como integrante del Estado Mayor del Bloque Caribe participó en los diálogos de las Farc con el gobierno de Andrés Pastrana en el Caguán.

En 2004 fue capturado en Quito por autoridades ecuatorianas y posteriormente extraditado desde Colombia por el presidente Uribe. Desde el primer día de conversaciones públicas con el gobierno de Juan Manuel Santos, las Farc designaron a ‘Trinidad’ parte de su equipo negociador como “miembro plenipotenciario”. En La Habana, los negociadores de las Farc han hecho permanente  la “presencia” (y ausencia) de ‘Simón Trinidad’ a través de una foto tamaño real.