Miles de colombianos salieron a las calles de cientos de municipios del país a expresar sus inconformismo con las políticas sociales y económicas que se vienen adoptando desde tiempo atrás. En un ambiente festivo, reclamaron mayor atención a necesidades apremiantes que es urgente resolver.

Los mensajes enarbolados en pasacalles, trozos de cartón, camisetas e improvisados pliegos de papel tenían un sentido muy claro: reclamar por una mejor calidad de vida en Colombia. Así se lo hicieron sentir al actual gobierno nacional, miles de mujeres y hombres que colmaron las calles este 21 de noviembre atendiendo la convocatoria de paro.

Las extensas y nutridas marchas en las principales ciudades del país, en las que participaron estudiantes, obreros, profesionales de diversas áreas, activistas en derechos humanos y artistas, pusieron sobre el pavimento temas tan sensibles como las falencias en la implementación de los acuerdos de paz firmados por el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos (2010-2018), las debilidades en la protección a los líderes sociales, las últimas acciones de la Fuerza Pública que acabaron con la vida de varios menores de edad en un campamento de grupos disidentes en zona rural del departamento de Caquetá y posibles reformas que golpearían los ingresos de la clase media y de los jubilados.

La jornada, además de festiva, fue bastante reflexiva y ahora queda en manos del gobierno nacional, liderado por el presidente Iván Duque, los reclamos de una ciudadanía que, en el fondo, reclama decisiones estatales que favorezcan la vida. Fueron movilizaciones que se destacaron por ser pacíficas la mayor parte del tiempo y estuvieron empañadas por algunos focos de violencia, que los mismos marches rechazaron e intentaron detener.

Al final, para que la última fotografía del día no la tuvieran los violentos, de manera espontánea se realizó un cacerolazo en horas de la noche para reivindicar la protesta en paz y centrar los reflectores en las demandas de quienes se arrojaron a las calles por más de doce horas.