Diez periodistas quisieron demostrar que el relato de la guerra no define al pueblo de San José de Uré, pero fueron obligados a callar violentamente. Hoy corren tiempos de implementación del acuerdo de paz y Uré sigue siendo epicentro de asesinatos y desplazamientos que se cuentan en los medios nacionales. Los reporteros locales todavía no se atreven ni a soñar con ejercer el periodismo.